Pequeño Shoto | Shoto Todoroki

───── ❝ 𝟑 ❞ ─────

—Ya, pero a diferencia de ti, yo no soy la persona que le gusta a Todoroki-kun, ¿Ves? Ya se te daño el cerebro por andar colgado de cabeza.

—Ah, tal vez tengas razón ¿Tú que dices Todoroki-kun? —el niño lo ignoro y siguió tomando de su biberón.

—Pues es un bebé, mucho no te va a decir, y en cualquier caso yo tengo razón.

—Cómo usted diga, señora Todoroki.

—Ya cierra la boca cintitas que se te van a meter las moscas, y camina para la sala.

Ambos se sentaron en los sofás de la sala, mientras él pequeño seguía tomando.

—Otomoe-san, déjame ayudarte.

—Esta bien Deku, no hay problema yo puedo.

—Otomoe-san puede con todo, un bebé no sera la gran cosa.

—Gracias Kirishima ¿Que hora es?

—Son 10 y 27.

—Esta bien, iré a mi habitación, me llaman para el almuerzo —se levanto del sofá, tomo el elevador hasta la segunda planta, camino a su habitación, y allí entraron.

—Lo siento Shoto-kun, pero tengo tareas pendientes y atrasadas así que quédate aquí y termina tu biberón —dejo al pequeño sobre el puff y se sentó a hacer su tarea en su escritorio. —Si necesitas algo, llora —mientras hacia sus tareas escuchaba los sonidos tiernos que hacia el pequeño que en ningún momento había llorado.

Ya tenia todo terminado, se levanto de su lugar, tenia hambre así que agarro el biberón vació que había dejado el bicolor y salio de la habitación.

—Oh, Otomoe-san, iba a ir a llamarte, el almuerzo está listo.

—Genial ¿Que prepararon?

—Fideos con pollo, tenía que ser algo simple.

—Suena delicioso, iré a lavar mis manos y regreso.

—También trae a Todoroki-kun.

—Todoroki-kun está durmiendo, no creo que despierte pronto.

Ya todos estaban sentados en la sala, Tsuyu y Jiro traían los platos, y luego de agradecer por la comida, empezaron a comer.

—Otomoe-san ¿Que vas a hacer?

—¿A qué te refieres?

—A Todoroki-kun.

—Ah, pues cuidarlo hasta que se le pase el efecto del quirk, y luego seguir con la vida normal de un aspirante a héroe, graduarme, ser la mejor héroe, salvar a todos, ganar dinero, jubilarme e irme a vivir a una isla privada con playas paradisíacas ¿Por?

—¿Solo eso?

—Hanta ¿Que esperabas que haga?

—No nada, déjalo.

—Ya parece que te dió la loquera, o algo.

—Oye, más respeto que aquí la loca eres tu.

—¡Ah ¿Con que ésas tenemos?! —la peliazul con su quirk tiro a el pelinegro de su asiento e hizo que su plató de comida le cayera encima.

—Si me disculpan, lávare mí plató y regresaré a mí habitación, provecho —se retiró hacia la cocina con sus platos y utensilios, los lavó y regreso a su habitación.