Da capo

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*Les recomiendo escuchar el video mientras leen.

La temperatura era adecuada, y aún así, no podía decir que estaba cómoda.
Me sentía inquieta, pero lo gracioso es que mi cuerpo no se mueve.
No puedo llorar, ni hablar, ni morir.
Lo único que puedo hacer es esperar, sin tener la más mínima idea de lo que está pasando.
Estoy enfadada.
¿Qué... qué es lo que soy?
¿Un objeto inanimado?
¡Inanimado no!
Porque puedo cantar y sentir cuando me tocas.
Soy consiente de tus emociones.
Y me han creado para servirte a tí, solamente a tí.
Porque tú me has elegido y eso no puede ser coincidencia.
Creo, con mi más ferviente deseo, de que volverás a mí.

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Querido violín:
Entro a mi cuarto y dirijo mi mirada siempre hacia la misma dirección.
En aquel rincón se encuentra mi violín, bien acomodado pero abandonado.
Y siento un gran pesar.
El haberte dejado ahí tanto tiempo, me hace analizar que ahora, te estoy deseando.
Me acerco temerosa, como si me fueras a atacar en cualquier momento.
Extrañaba ese olor tan peculiar que tienes.
Te vez lastimada, y es mi culpa, porque te he descuidado.
He pensado sólo en mi sufrimiento.
Fui egoísta.
Te faltan dos cuerdas, una clavija está por romperse, el puente está chueco, estás desafinado y empolvado.
-Perdóname-te susurro.
Y justo cuando mis lágrimas empiezan a caer, te abrazo como a una vieja amiga.

*Dato:
Concierto para violín en E menor de Félix Mendelssohnn, uno de los favoritos de todos los tiempos. Elegí esta pieza para este capítulo, porque al escucharla siento como sí "explotaras" al estar conteniendo muchos sentimientos por determinado tiempo. Es agresivo al principio pero luego se suaviza y se va tornando delicado y elegante sin perder su carácter.
Creo que es lo que exclamaría un violín al ser tocado después de mucho tiempo.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2015 ⏰

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