𝔇𝔦𝔬𝔰 𝔢𝔰 𝔪𝔞𝔩𝔬┆[J. Jaewon] ©

❝ 08 ❞

꒱࿐♡ ˚.*ೃ¿Nos ves desde ahí abajo señor?

ㅡOh Lord.

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2015:

─Cada día falta menos, Rosé. ─Susurró Victoria mirando a Chaeyoung dormir recostada sobre su pecho─

─¿Menos para qué? ─Contestó Rosé abriendo sus ojos de a poco, al parecer no estaba durmiendo─

─Te prometo que te sacaré de aquí, sólo necesito que me des un poco de tiempo.

─Vic ya hablamos sobre eso.

─Pero Rosé te prometo que-

─No Vic, salvate tu.

Rosé se levantó de la cama dejando a Victoria pensando sobre lo que había dicho, Yeri quien no había escuchado nada empezó a estirarse y bostezar signos de que había despertado.
Eran las siete en punto de la mañana y todas las niñas del pabellón debían alistarse para la misa matutina de la escuela.

• • •

Victoria se alejó de sus amigas y volvió a entrar en la capilla, se arrodilló frente a la gigantesca Cruz y bajó la cabeza meditando lo que estaba haciendo aunque en su cabeza sólo estaba Rosé. Rosé y Jaewon.

─Si es cierto que está ahí escuchandome, viendo el infierno que estamos pasando ¿Por qué no baja? ¿por qué no la salva? Ella no ha hecho nada, pero si es cierto que está ahí... ─Vic hizo una pausa para pasar saliva y continuar debía admitir que se sentía ridícula hablándole a una cruz─ Si es cierto que está, yo quisiera llegarle trepando por el brillo de una estrella o volando en una gaviota de un suspiro o montando a babuchas de un enano con botas o subir en las hojas que vuelan, si es cierto que usted está, quisiera suplicarle que la salve, no me importa mi vida, sólo quiero que ella sea feliz. Sólo eso, por favor.

«¿Y si la escucha?»

¿Qué haría Dios ante la súplica de una niñita que a su corta edad tiene que sacrificar su inocencia por salvar a otra persona? ¿Dios de verdad existe?

«Tal vez si, tal vez no»

Victoria seco sus lágrimas que había derramado hace un momento, se levantó del suelo, miró por última vez la Cruz y se retiró de la capilla para ir directo a su habitación.

• • •

─¡Victoria Weber! ¿Dónde es qué vas? ─Exclamó Rosé con el rostro rojo de la hira y sus ojos picaban por las lágrimas que se acumulaban en sus cuencas─