Edad actual de la pequeña princesa Athanasia 7 años y tres meses.
Había madrugado para ir a cazar temprano, pues le habían pedido que llevara dos venados a la mansión del conde Cordis, quien se volvió un cliente algo frecuente, ya que cada cierto tiempo le pedía carne de venado o de conejo, diciendo que la carne que él le vendía era la mejor, siempre fresca y de buena calidad, por ello despertó mucho más temprano de lo habitual, al ser alguien diestro en lo que es la cacería no tardo mucho en encontrar a sus presas, regreso a casa y fue directo al taller para preparar a los animales que había cazado, pues le habían pedido que les quitara la piel y también se las vendiera, así que se apresuró pues quería ir a dejar el pedido temprano.
Al cabo de casi dos horas termino, metió la carne en un saco y la piel en otro, pensó en llevar incluso las cabezas de los venados por sí le interesaba a su cliente, así que metió ambas cabezas en un saco aparte, como llevaría más cosas de lo habitual pensó en llevar la pequeña carreta que había hecho, así que salió con todo y lo hecho en la carreta, silbo llamando a los lobos, estos salieron y fueron a donde estaba, les puso los arnés para que estos jalaran la carreta, entró a la casa por la pequeña Athanasia quien también se había levantado temprano, ya estaba lista, estaba feliz y entusiasmada, Robin le hizo una señal, ella ya sabía que era momento de salir y ir a la ciudad, se llevó consigo su pequeño morral y su oso de peluche favorito, la carreta era pequeña pero estaba hecha a la medida para que la pequeña pudiera ir al frente sentada, la subió a la carreta, cerró la puerta con llave y empezaron a avanzar directo a su destino.
La pequeña iba feliz e iba cantando la canción que Robin le había enseñado, ella ya se había acostumbrado a ese estilo de vida, de hecho le encantaba, había mejorado bastante, y se podría decir que como cazadora estaba a un nivel promedio, aun le hacía falta agilidad, pero lo compensaba con inteligencia, aparte Robin desde que tenía cinco años y medio le empezó a enseñar a leer y escribir, y conocimientos básicos sobre modales y otros temas, era inteligente para su edad.
Cuando menos se dio cuenta ya estaban en la entrada de la ciudad, siguieron avanzando, las personas que ya los conocían los saludaban gustosos, se habían acostumbrado a que Robin llevara a los lobos consigo, al principio causó cierto temor, pero con el tiempo se les hizo normal, les parecía increíble como un joven como él había podido domesticar a animales salvajes como esos.
Siguieron su camino, Athanasia iba en la carreta dirigiendo, observaba todo, y como siempre no se quitaba la capucha, ya era normal que los vieran a ambos con esas capuchas, pasaron un buen rato, hasta que llegaron a su destino, ya estaban enfrente de la mansión del conde Cordis, el guardia que ya los conocía los dejó pasar, fueron guiados por otro guardia hasta la puerta de la mansión en donde el cocinero ya los estaba esperando junto al mayordomo y otros dos sirvientes.
Cordis - Oh veo que llegaron a tiempo - dijo entusiasta
Robin - Ya sabe señor que siempre vendré a tiempo - dijo con cierto orgullo
Cordis - Lo se, lo se, Mikael te pagará - dijo mientras sacaba un puro
Robin - Traje dos cabezas de venado por si le interesa - dijo mientras bajaba los saco de la pequeña carreta
Cordis - Te las compro, por cierto te tengo algo, mi hija ya no usa varios vestidos y la mayoría de hecho están nuevos, así que pensé en dartelos ya que tienes a una niña - dijo mientras fumaba
Robin - Gracias Conde Cordis - hizo una leve reverencia
Cordis - No es nada, yo te aviso con la señora Cordelia cuando quiera más carne - se metió de nuevo a la mansión
Mikael - Aquí tiene joven Robin - le entrego un saco de tamaño mediano lleno de monedas de oro
Robin - Gracias Mikael - observo como algunos sirvientes subían bolsas de tela a la pequeña carreta se imaginó de inmediato que eran los vestidos
Espero a que terminaran de subir las cosas, después de eso se despidieron y se dirigieron a la salida, siguieron avanzando hasta que llegaron a la calle principal notando que había más gente de la normal, no sabía porque, Athanasia se emociono y se bajo de la carreta Robin le iba a pedir que no se alejara demasiado, pero su emoción fue tanta pensando que era una especie de desfile, corrió hasta donde estaba la multitud pero por accidente fue empujada chocando con alguien y cayendo al suelo, el problema era que la capucha se le había bajado, aunque no era el único la persona con la que había chocado era el mismísimo emperador quien miró a la pequeña de manera fría, la menor se quedó estática ahí.
Robin se acercó de inmediato, cuando se dio cuenta de la situación se acercó a la pequeña le subió la capucha de nuevo y la tomó en brazos se iba a ir, cuando un guardia se puso enfrente de él.
Claude - ¿A donde vas con esa niña? - señaló a la pequeña que llevaba en brazos
Robin - No es algo que le incuba - dijo con cierta molestia
Muchos miraron sorprendidos al joven quien le había contestado al emperador de manera algo grosera.
Claude - Veo que tienes agallas - dijo de manera fría y sin emoción - Esa niña no es la niña que debería de estar muerta - dijo como si nada
Robin - Pues para ti esta muerta, así que no tengo nada más que hacer aquí - estuvo viendo una vía de escape
Claude - Claramente esta viva, ¿tú mocoso la salvaste? - su mirada era tan fría y penetrante que puso nerviosa a la menor
Robin - Bueno... No tengo porque seguir aquí - dejo caer una esfera
Humo empezó a salir de aquella esfera, era una bomba de humo, aprovecho aquello para salir de ahí, silbo llamando a si a los lobos quienes empezaron a correr, los guardias se pusieron a la defensiva protegiendo al emperador, sin embargo cuando el humo se disipó todos notaron que ya no estaba, el ya estaba a las fueras de la ciudad, llegando al bosque, los lobos ya los habían alcanzado, aunque venían con la carreta iban a paso veloz, pensó en no aparecer en la ciudad por un buen tiempo, y como nadie sabía dónde vivían estaban a salvo al menos por un tiempo.
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🌿⃟Lᴀ Pʀɪɴᴄᴇsᴀ ᴅᴇʟ ʙᴏsϙᴜᴇೋ
Fanfiction✨⃟Por alguna extraña razón había aparecido ahí, y por cosas del destino decidió cuidarla. Los personajes no me pertenecen, créditos a sus respectivos autores.