Cinco

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Pasó toda la noche en vela, pero al menos sabía que Thaddea también. Estuvo toda la noche con el diseño final para el vestido de la protagonista, mandándose mensajes sobre cada mínimo detalle. Estuvo hasta las tres de la mañana ideando el traje "perfecto" para satisfacer a la autora.

Trabajar con ella era una pesadilla, la llevaba hasta los límites de su paciencia y su bienestar, pero el diseño final era precioso. La presión era buena, pero a costa de su sueño y su salud.

Con el visto bueno, tenía que empezar a diseñar el resto. Se le habían acabado los materiales al haber estado dibujando como loca toda la noche. Mínimo habrían muerto tres árboles con todo el papel que había arrojado a la basura. Necesitaba abastecerse para encerrarse nuevamente.

Llegó a duras penas al Lune y Simone la recibió, invitándola a entrar.

¿Sigues enojada conmigo?— preguntó Simone repentinamente.

Frunció el ceño. —¿Cuándo estuve enojada contigo?

Yo asumo que debido al rumor y todo eso.

Soltó un suspiro. —Sí, estaba un poco enojada, pero no contigo. Me da lo mismo lo que digan de mí, pero no quise meterte en mis asuntos. No es justo que hablen mal de ti por mi culpa.

Entonces, ¿De verdad te gustan las chicas?— preguntó Simone.

Un desagradable recuerdo llegó a su cabeza, donde sus "amigas" comenzaron a darle la espalda horrorizadas con que pudiera enamorarse de ellas. Nunca se fijaría en chicas tan vacías.

... Sí, me gustan— admitió, avergonzada. —Soy lesbiana, pero eso no debería ser el asunto de nadie. Y sí, pienso que eres linda, pero soy sorda, no ciega, y que piense eso no significa que voy a atacarte, así que no te preocupes...

No me preocupa eso, me preocupa que estabas molesta conmigo— la cortó Simone.

Juno quedó atónita. —Lo siento, pero no quería que empezaran a hablar mal de ti. No mereces que te encasillen de la misma forma que a mí. Pensé que debería alejarme.

Simone negó. —No puedes hacer eso, eres mi paciente.

Nunca se había sentido tan aliviada. Sentía que podía confiar en Simone. Investigó un poco y resulta que era residente en el mismo hospital donde estaba su hermanita. Quien sabía, tal vez se hubieran cruzado un par de veces sin darse cuenta. El mundo era muy pequeño.

Mientras buscaba los materiales, Simone le comentó sobre una amiga de la infancia que iba también a Aldrich. La describió como una chica amable y sensata. También le entregaría una copia de la factura de su nuevo audífono personalmente, dijeran lo que dijeran sobre ellas.

¿Por qué estás sonriendo? Es aterrador— se burló.

Burlarse fue un poco hipócrita, ya que ella tampoco podía borrar la sonrisa de su rostro.

XxX

Juno cerró las cortinas del exterior para dar más privacidad. Aunque el salón estaba reservado solo para ellas, había una ventana que daba al exterior y cualquier mirón podría asomarse.

Elly se puso el vestido, pero necesitó ayuda para cerrar el corsé. Era un vestido de prueba color crema de manga semi larga que llegaba hasta sus pantorrillas, con un corsé en la cintura. Juno quería representar la opresión de las mujeres en el siglo XIX al ser obligadas a usar corsé. En algún punto de la historia, Stella iba a causar una conmoción al negarse a seguir usándolo.

Deseo a una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora