Mis amigas le hicieron la vida imposible a Nora López en la secundaria y yo no las detuve. Mis amigas hicieron que Nora López se cambiara de secundaria. Mis amigas encontraron mi diario. Mi diario. Ese diario que decía "creo que soy lesbiana" treint...
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Septiembre 9, 2018
Nora
"La parte en la que todo se puso incómodo"
He visto a Mariah Hall entrar en pánico muchas veces en mi vida, lo cual es extraño porque hemos hablado como cuatro veces. Pero esta vez es diferente, no parece estresada, solo está congelada. En el momento en que esa mujer se presentó, se quedó paralizada, giro mi cabeza para mirarla, ella está con los ojos pegados en "Hannah". Supongo que ella no sabía que esta chica vendría, o tal vez ni siquiera conocía su existencia. El padre de Mariah evita la mirada de Mariah y me mira a mi, como pidiéndome ayuda. Esos ojos oscuros, iguales a Mariah. Me aclaro la garganta y extiendo mi mano hacia el. Eso parece hacer que Mariah despierte de su trance porque pega un pequeño salto en el lugar.
–Nora López.– digo, el sacude mi mano y me da una sonrisa que no le llega a los ojos.
–Isaac Davis...–sacude mi mano.–...supongo que vas a la escuela con Ria.– me suelta y abro mi boca para hablar pero la voz de Mariah me interrumpe.
–Universidad, papá, se llama Universidad.– su voz suena dura, firme.
–Es un placer conocerte Nora.– Isaac ignora a Mariah, asiento con la cabeza. Presiento que no tengo que estar aquí o simplemente tengo que callarme.
–¿Qué estás haciendo aquí?– pregunta Mariah.
–¿Qué quieres decir con "que estoy haciendo aquí"? Te prometí que iba a venir.
–Sí, pero la boda ya sucedió, no puedes aparecer cuando se te da la gana.– me sorprende escuchar a Mariah enojada, supuse que era el tipo de "arcoíris y sonrisas" nada más.
–Eso fue mi culpa, el tráfico estaba complicado.– interfiere Hannah, Mariah la mira y se frota los ojos. Si, no solo está enojada, está frustrada. Debería decir algo, pero mi historial en relación con temas familiares no es muy bueno que digamos.
–¿Mamá sabe que la trajiste aquí?
–No tengo que pedirle permiso a tu madre, Mariah.
–Si tienes que hacerlo si llegas tarde a su boda.
–Ella lo sabe, le dije hace semanas. Pensé que te lo había dicho.– Mariah toma mi muñeca y me arrastra atravesando la puerta.
–Bueno, no lo hizo.– dice alejándose de su padre. Ella camina con su mano envuelta en mi muñeca sin decir nada. Cuando llegamos al final del estacionamiento se voltea a verme y suspira.
Está bien, tengo que decir algo ahora. Cualquier cosa ¿Cómo hablo de algo que apenas conozco? Podría hablar una mierda sobre su padre, pero supongo que estaba igualando su energía. Ella estaba enojada, creo que ahora sigue enojada. Nunca he visto a Mariah enojada, así que realmente no lo sé. Jesús Nora, solo habla. Abre tu boca y di palabras.
