𝑀𝑦 𝑆𝑜𝑢𝑙𝑚𝑎𝑡𝑒

𝘛𝘳𝘦𝘴 𝘔𝘦𝘴𝘦𝘴

Tres meses.

Tres malditos meses desde que se fue.

Tres meses desde que aquel automóvil chocó contra su cuerpo.

Tres meses desde que su mirada castaña se volvió vacía.

Tres meses desde que Alex había fallecido.

Hoy se cumplían tres meses desde que Alex murió, los cuales no había podido pegar un ojo, y si en todo caso lograba dormir pesadillas venían a mí como huracanes de cuchillas que atravesaban mi roto corazón y yo no podía hacer más que llorar y lamentarme por haberlo perdido, llorar porque no le dije "te quiero" más seguido, llorar porque ya nunca veré sus oscuros ojos llenos de felicidad, llorar porque su risa escandalosa ya no inunda nuestra casa, llorar porque no cumplimos todas nuestras metas y sueños.

Me encontraba haciendo la maleta mientras unas lágrimas escurridizas bajan mis mejillas. Viajaré a Madrid para recoger muchas de mis cosas que quedaron en la antigua casa de Alex y unas cuantas de él además de regalos de suscriptores,harán falta y no quiero que queden en un lugar abandonado.

9:00Pm – Madrid, España

Hacía ya unas horas que había llegado a Madrid, fui a casa de los padres de Alex para hacerles compañía y buscar las llaves del departamento. Me encontraba abriendo la puerta de la casa y cuando logro abrirla sentí como mis ojos se hicieron agua, lagrimas llenas de nostalgia y tristeza humedecieron mis mejillas cuando con paso lento entre a la cocina, miles de recuerdos felices pasaron por mi mente como estrellas fugaces. Recorrí los pasillos a pasos lentos fijándome que había menos cosas desde la última vez que él y yo vinimos hace cinco meses, supuse que sus padres se llevaron muchas de ellas haciendo que cada vez se sintiera más vacía, más sola. Pasando por las habitaciones pude ver la puerta de su antigua habitación, esta estaba entreabierta dejando un pequeño hueco de oscuridad, la luz estaría apagada; tome el picaporte de la puerta para entrar pero me arrepentí, no tenía el valor suficiente para dejarlo ir todavía.

Me dirigí al salón donde vi el antiguo mueble, todavía estaba la planta que crio por años y algunos leds viejos que quedaron instalados allí para que no perder la costumbre, vi las estanterías de los regalos repleta. Deje mi maleta en el mueble para encender los leds, pensaba que se habían dañado con el tiempo pero al tocar el botón se encendieron luces moradas y azules por la pared, los observe mucha nostalgia me invadió al ver los hermosos colores... aunque al parecer no estaban averiados se veían opacos, tristes, como si alguien les hubiera arrebatado su brillo.

Salí a la terraza y vi un cenicero, una cajilla de cigarrillos y un encendedor,decidí encender uno porque, aunque no soy fumadora activa ni lo seré, no puedo negar que el olor de este a veces relaja mucho, supongo que Alex me contagio la manía después de todo y lo que ahora necesitaba era relajarme, me estaba agobiando mucho. Muchas emociones en menos de una hora y necesitaba un descanso.

Deje el cigarro consumiéndose en el cenicero mientras fui a apoyar mis brazos en el barandal. La brisa era fría, aunque así eran todas desde que se fue, me golpeaba la cara haciendo que las lágrimas secas sobre mis mejillas me diera un pequeño escalofrío. Pase mis manos por mi cara para después cubrirme con ellas y cerrar los ojos, el olor del tabaco hacia efecto, no estaba tan abrumada ahora mismo.

Salí de la terraza no sin antes apagar el cigarrillo, me cambie para recostarme y cerrar los ojos un rato en el gran sillón como hacía hace tres años.

-Aroia