▪︎ Un Amor en el
Inframundo ▪︎
Escrito por mi, basado en personajes de Inuyasha, de Rumiko Takahashi. Inspirado en la mitología griega, La historia de Hades&Perséfone.
¡Género Romance! Es decir, no es tan cruda como lo es al 100% la verdader...
Han pasado años y su único sueño es ser tan libre como una paloma y volar lejos de la vista de su protectora y manipuladora madre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Kagome \ Kora / Perséfone niña)
La vida se complicó un poco para la inocente Kora\Kagome, quien era víctima de los juegos y la sobre protección de su madre.
Su madre no era mala persona pero ante los ojos de ella, se estaba volviendo abusiva y molestosa, como si una enorme manta cayera sobre ella mientras dormía y la asfixiara lentamente. Hace años que no podía recorrer sola el tierno jardín que habían creado juntas.
Los seres que debían cuidar los dioses, los seres humanos, cada vez eran más y más, por ello los dioses debían proveer más atenciones y más cuidados.
Pero a veces su madre desaparecía durante días, esto preocupaba a Kora, sin embargo, también era un consuelo. Era libre de su fervorosa atención. Podía vagar libremente y seguir experimentando nuevas aventuras, nuevos inventos, como por ejemplo, una planta que daba no crecía por una rama y se volvía árbol, sino que se trepaba por lugares, era una planta libre como ella.
En su inocencia jamás se percató del peligro que representaba en un ambiente fuera de los dioses. No sabía quiénes podrían ser sus enemigos o sus aliados, su único mundo era ver a lo lejos a los humanos y ser aprendiz de su madre, quien con mucha preocupación le mostraba pocos trucos y encantamientos, a pesar de ser talentosa, no podía usar nada de su poder por culpa de esta situación.
- Algún día, voy a crecer... Y me iré a hacer lo que yo quiera, tendré un templo donde me querrán y me rendirán tributo, como mi madre. - se decía Kora a si misma, mirando a las aguas del arroyo sin percatarse que una ninfa la estaba viendo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Si tu madre escucha lo que dijiste, te castigará. - replicó la ninfa, incrédula ante la sinceridad de la niña.
- Pues no he dicho nada malo - contestó Kora de forma amable, casi sonriente.
- Jamás vuelvas a decir eso, lastimaría terriblemente a tu madre. - le dijo la ninfa sin embargo no tenía atención de Kora.
- Mi sueño es ser tan grande como ella e irme lejos. - se decía Kora a si misma, distraída y lejana.
- Basta, no digas esas cosas, no sabes el daño que le harías a Demeter si te vas - le suplicó la ninfa pero la niña no quería escuchar.
- Yo quiero a mi madre, pero tendrá que respetarlo, me iré, viviré algún día como alguien totalmente Diosa - dijo sin problema alguno, pero esto preocupo a la ninfa.
- No sabes lo que dices, los Dioses son terribles a veces... Yo que tú, me lo guardaba, nunca diría eso de ir con ellos...
- ¿Porque? - dijo Kora volteando hacia la mirada dudosa de la ninfa.
- No es nada, mejor olvida lo que dije, o mejor pregunta a tu madre... Ella odia a los demás dioses. - dijo la ninfa mirando hacia un lado.
- No es cierto, madre es un tanto dura, pero no es mala con los demás dioses.
- Defiendes mucho a tu madre, eso que dices es cierto, pero recuerda que no debes confiarte tanto... Ni siquiera de ella. - dijo la ninfa con voz baja...
- ¿De ella?...
- He dicho suficiente... - dijo la ninfa esquivando la mirada acusadora de la niña y fue a meterse al agua para desaparecer.
De todas formas, igual la vigilaría a lo lejos. No sé atrevería a huir de su propio trabajo, la ninfa debía vigilar a Kora, como siempre, aunque ella pensaba que estaba sola, la ninfa en realidad era como su sombra.
- Ni siquiera de madre... -susurró Kora mirando sus pies.
Tímidamente se recostó entre unos plantines y se durmió. Vigilada por los árboles, y por el viento, comenzó a soñar, en lo profundo de su sueño vio un vasto bosque quemándose entre llamas muy grandes y agresivas, una mujer gritaba un nombre: "Perséfone..." Decía con mucho dolor, el bosque quemado trataba de evitar que Kora caminara entre el pasto en llamas, un tétrico sueño, una horrible pesadilla, y una voz femenina que no lograba identificar.
Hasta que despertó de un susto. Era su madre. Viéndola fijamente.
- Ya te he dicho que no duermas al aire libre tan seguido, un águila pudo haberte robado de aquí. Menos mal estoy para cuidarte. - le replicó su madre, Demeter /Kikyo, que había llegado con un bolso de cosas nuevas.
Al levantarse la niña dejo en los plantines, unos retoños de flores diversas. Mientras soñaba, al pareces estaba dejando flores y más plantas a su alrededor.
- Llegaste mamá... ¿Me dormí?
La madre colocó su mano en la cabeza de su pequeña hija.
- Ni siquiera te percataste... ¿Qué haré contigo, Kora?