▪︎ Un Amor en el
Inframundo ▪︎
Escrito por mi, basado en personajes de Inuyasha, de Rumiko Takahashi. Inspirado en la mitología griega, La historia de Hades&Perséfone.
¡Género Romance! Es decir, no es tan cruda como lo es al 100% la verdader...
Deméter observó fijamente a su hija y se compadeció de ella. Se veía reflejada en su belleza, realmente no deseaba que conociera el mundo fuera de su jardín.
La corte de los Dioses, le aterraba que vieran la inocencia de su Kora.
- Me alegro que seas tan talentosa, te será sencillo para tí llamar la atención de dioses que quieran enseñarte otros talentos, mi consejo es que tengas cuidado y hagas caso a tus instintos. -dijo Deméter tomando de la mano a su hija en el mercado.
Kora sujetó fuerte su mano, probablemente seria la última vez que su madre la tendría como una niña pequeña.
- Madre todavía no me haz dicho porqué estamos aquí...
- Estamos en este mercado buscando unas telas preciosas para el mejor vestido para tí, quiero que seas tan hermosa como la agasajada.
- ¿Eso no sería de mala educación, madre?
- Por supuesto que no... Deben tener la mejor primera impresión de ti, te presentaré ante la corte.
La corte de los dioses ... Pensó Kora.
Las diosas estaban disfrazadas de simples humanas, con túnica caminaban entre las demás personas. Nadie notaba la presencia de ellas.
Kora tenía confianza en su madre y conocía el pequeño pueblo lleno de personas, aunque ella no entendía muy bien porqué su madre no pedía lo que quisiera en sus templos de diosa.
Si tan solo lo pidiera, los humanos harían lo que fuese por los favores de su madre.
- Sé que estás preocupada pero haré que te veas tan preciosa y perfecta que nadie podrá negar que eres una diosa con brillante futuro. - continuó diciendo Deméter.
Claro... Ella piensa que me estoy asustando demasiado de mis decisiones. Pensó Kora mirando hacia el frente.
- Sí madre.
En realidad, salir de compras al mercado humano como si fueran iguales a ellos, era un ejercicio. Una práctica, para trabajar la humildad y conocer a los súbditos.
(***)
Lo había visto, aprovechando sus habilidades y su inteligencia, pero ni siquiera estaba espiando a tope. Eran ellas. Definitivamente conocía a la tía Deméter, la diosa de la naturaleza, su belleza era inmensa, parecía humana y sobrenatural al mismo tiempo pero lo que más le llamo la atención era la doncella que la acompañaba, era la hija de la que habló su padre.
Ese día siguió a su padre hacia sus aposentos, para preguntarle sobre el ascenso pero escucho los gritos de Hera. No era buen momento y muchas veces ignoraba lo que decía pero alcanzó a escuchar algo que eran rumores.
- ¡Serás digna con ella! Kora no tiene la culpa. - Replicó Zeus.
- No me pidas que la ame. Las odio a ambas. - dijo Hera molesta.
- No la conoces, deberás aceptarla si yo la acepto. -
- Deméter y tú pequeño error con Deméter...
Entonces mi padre, siempre es tan juguetón... Otra hija más y esta vez, si es de la tía Deméter entonces... Es esa doncella que vió... Increíble..- pensó Apolo.
Lo acababa de confirmar, estaba frente a sus ojos. Pero no sería fácil para Apolo, atrapar a esa doncella. No era hija de cualquiera, Deméter es una Diosa olímpica, de la confianza de su padre.
(***)
Al llegar a su palacio, Deméter junto a otras ninfas confeccionaron un hermoso atuendo para Kora, en media noche lo decoraron con polvo de luna y estrellas. Estiraron la cola del vestido e hizo que se pruebe frente a un espejo.
- Eres increíble.
- ¿No es demasiado este vestido, madre?
- Eres preciosa hija mía, te ha quedado perfecto pero falta algo más...
- ¿Qué cosa? - dijo Kora mirando a su madre con sorpresa. Deméter sacó a los sirvientes del lugar, luego hizo sentar a su hija frente al espejo.
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Con sus manos juntó el corto cabello de su hija y luego realizó un conjuro. El cabello de Kora comenzó a crecer, se hizo tan largo hasta la mitad de la espalda.
- Mi regalo para tí es esto, sé que algun día podrás hacerlo crecer con tu magia pero, esto es lo que te hacía falta.
- Esto es mucho, madre...
- Y algo más... Tienes un primer nombre... Un nombre real.
- ¿Qué dices?
- No quiero que te enojes pero lo hice para protegerte de tu padre... Ahora es probable que en algún momento... Te conozca...
Kora se levantó y no entendía nada.
- ¿Pero cambiaste mi nombre? ¿Qué dices?
- Escucha... Ahora que te convertirás en una diosa menor en la corte, debes aceptar ese nombre tuyo.
Para ser parte de la corte... ¿Debo cambiar mi nombre? Pensó la joven mirando a su madre.
- Tu nombre real es Perséphone, hija... Perdóname por no decirte antes pero llegó el momento de que ya lo sepas. -dijo Deméter con una expresión melancólica.
- No sé cómo sentirme...
- Por favor, dame paciencia y tiempo para decirte toda la verdad de a poco, es demasiado para ambas.
Creo que se refiere a mi padre... Pensó Kora... Aunque ya dejaría su nombre de niña para ser diosa menor; Perséphone.