✔𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎|𝑺𝒂𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒆𝒏𝒆𝒔𝒕𝒆𝒓𝒆𝒔

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Al día siguiente me desperté con bastante tranquilidad, hasta que me di cuenta que iba a llegar 10 minutos tarde a la primera clase del día; me vestí lo más rápido posible y agarre mis libros de transformaciones. Cuando salí a la sala común, ¡Todo estaba totalmente vacío!

¿Nadie se acordó de mí? ¡Me siento ofendida!

Salí de la sala común y fui directo al salón de clase; golpee dos veces la puerta, y recibí un: "Adelante" cómo respuesta; abrí la puerta asomando primero mí cabeza, y pude notar la mirada de desaprobación de la profesora McGonagall

-Buenos días señorita Diggory, ¿se cayó de su cama?.-Al terminar su pregunta dio media vuelta para seguir escribiendo en el pizarrón -

—Lo siento mucho profesora McGonagall, no volverá a pasar. —Con la mirada en el suelo cerré la puerta de manera que no hiciera tanto ruido.

—Eso espero. Ya puede tomar asiento. —Me miró por encima de su hombro mientras me señalándome uno de los asientos disponibles al frente de la clase.

Está clase la compartíamos con los Slytherin, que, poniéndome a pensar detalladamente, realmente no conozco a ningún Slytherin de tercer año.

Después de la pequeña revelación que tuve, me dirigí de manera silenciosa a el asiento que me señaló la profesora, que, curiosamente compartía con un Slytherin.

Durante la clase no pude evitar lanzarles miradas asesinas a Drinyam y a Ariana, ya me encargaría de ellos cuando terminara la clase.

Luego de casi 2 horas de clase, por fin podíamos irnos, claro: que aún no podría comer hasta el almuerzo, y faltaban 3 clases para eso

¡¿Por qué tengo que dormir tanto?!

Cuando me levanté de mí asiento vi como Drinyam y Ariana salían casi corriendo del salón

Ohhhh no, no se librarán de está tan fácil

Camine de manera apresurada a la puerta, cuando salí, ellos ya estaban más o menos por la mitad del pasillo

—Ey! —grite pero no me hicieron caso, solo empezaron a correr.

Iba a seguirlos, pero una figura alta y delgada me obstruyó el paso repentinamente

—¿A dónde tan de prisa, pequeña Diggory? —hablo con una sonrisa en sus labios.

—Ahora no Malfoy —solté con algo de molestia, moviéndome hacía el lado izquierdo para rodearlo.

—¿Malfoy?, ¿Ahora que hice?. —Volvió a colocarse delante mio.

Ya Ariana y Drinyam habían desaparecido de mí campo de visión, seguro están en camino a la próxima clase.

—¡Quítate de mí camino rubia oxigenada!. —Volví a moverme pero Draco volvió a atravesarse en mí camino.

—¿Segura que eres de hufflepuff? —pregunto con una ceja arriba mientras me miraba.

—Según el sombrero seleccionador, sí, ¿por qué?, ¿Tienes alguna objeción? —apeste con mal humor.

Creo que no comer en las mañanas si afecta mí ánimo...

—La verdad si, ese temperamento no es de un hufflepuff. —Se coloco al lado mío y paso uno de sus brazos por mis hombros mientras reía.

—Muy gracioso de tu parte Draco. —Empece a caminar con el rubio por el pasillo.

—Ey, está tarde, después de clases, ¿Crees estar libre? —habló con cierta timidez en su voz.

Quisiera decir que si, pero hoy Ethan comienza su castigo con Umbridge, debo estar con el, no puedo dejarlo solo, sería un asco de amiga si lo hago. Ahora pensando, ¿somos amigos?, ¿O algo más?

𝐌𝐢 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐚 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 𝐈𝐈| 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora