✔𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓|𝑫𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒅𝒖𝒄𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍𝒆𝒔

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-Sí, beneficios de ser un Malfoy. -Empezó a pasar un algodón con alcohol sobre mí herida con delicadeza.

No volvimos hablar, solo nos quedamos en silencio mientras terminaba con mi mano.

-Bueno, terminamos. -Me sonrió, para después ir a guardar las cosas que había sacado anteriormente.

-Muchas gracias Draco. -Sonreí mientras veía mi mano vendada-

-No tienes que agradecer pequeña -hablo sentandose de nuevo en la cama-. Eres muy importante para mí. -Sonrió sin mostrar sus dientes y acaricio mi mejilla- Nadie te hará daño. -Amplio su sonrisa dejando ver sus blancos dientes.

Que difícil me haces esto, hurón.

-Eso fue muy lindo. -Sonreí mientras veía sus ojos grises.

-Fue demasiado cursi. -admitió riendo mientras quitaba su mano de mi mejilla y apartaba la mirada de mí.

-Me gusta esta parte tuya -hable y él volteo a mirarme-. No deberías ocultarla. -Le sonreí mientras acomodaba su perfecto cabello platin.

-Serás la única que la conozca. -Sonrió mientras agarraba la mano que estaba en su cabello y la acariciaba.

No puedo ser la única, Draco...

Nos quedamos unos minutos en silencio, hasta que volvió hablar.

-Vamos, te llevo a tu sala común. -Se puso de pie sin soltar mi mano.

-No, tengo que ir al castigo de la Profesora Umbridge. -Lo mire con una mueca de disgusto-. Si es que se le puede decir profesora. -susurre para soltar una pequeña risa después.

-Bueno, te llevo. -Sonrió con un brillo peculiar en los ojos.

-Esta bien. -Empezamos a caminar hacia la puerta de la habitación, pero lo detuve antes de que abriera la puerta-. Espera, ¿Los de tu sala común no se darán cuenta?. -pregunté preocupada.

-Soy prefecto de Slytherin, no pueden decir nada. -Sonrió orgulloso.

-Igual no quiero que te metas en problemas. -Lo mire seria.

-Okey, te voy a dar una túnica mía de Slytherin. -Soltó mi mano y camino hasta su armario para después sacar una túnica de Slytherin-. Póntela encima de la tuya -me la entrego y me la puse-. Ya sabes la clave, así que puedes venir cuando quieras, solo tienes que ponerte la túnica cuando vengas. -Sonrió y se acercó a mi para volver a agarrar mi mano y salir de la habitación.

Apenas salimos de la habitación, Draco puso su autentico semblante de superioridad y caminamos por la sala común, creo que algunos me reconocieron, y supieron que yo no era de Slytherin, pero no dijeron nada, me imagino que por el hecho que estoy de la mano con Malfoy.

Salimos de la sala común y nos dirigimos a la oficina de Umbitch, al llegar a la puerta, Draco me ayudo a quitarme la túnica de Slytherin y la guarde en mi mochila.

-No voy a poder recogerte, pero nos vemos mañana en la mañana en el gran comedor. -Asentí con la cabeza y me dio un beso en la mejilla, luego se dio la vuelta para empezar a caminar por el largo y algo oscuro pasillo.

Entre a la oficina y ahí estaba Umbitch en su escritorio, me senté en la misma mesa que ayer, ahí ya se encontraba un trozo de pergamino y la pluma torturadora de la profesora psicópata, ella no dijo nada, solo me miraba mientras seguía tomando su té, agarre la pluma con un poco de miedo y empecé a escribir lo mismo de ayer.

Mi mano me empezaba a doler, pero intente no hacerle caso al dolor, seguí escribiendo sin importar que sintiera que me iba a quedar sin mano.

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𝐌𝐢 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐚 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 𝐈𝐈| 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora