Ejecutando el afecto #1─𝐸𝑛 𝑃𝑟𝑜𝑐𝑒𝑠𝑜

10. 𝐒𝐦𝐢𝐥𝐞𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐏𝐫𝐢𝐯𝐢𝐥𝐞𝐠𝐞𝐬

Capítulo 10| Sonrisas y privilegios.

—Esto es más grande que mi cocina. —Silbó Ulric por lo bajo mirando la oficina.

Y así era, pues nos encontrábamos en el cuarto piso del enorme edificio, no hacía falta tantas luces porque lo que daba iluminación eran los enormes ventanales detrás del gran escritorio al lado izquierdo quedando a la derecha una mini cocina con dos sofás y un enorme televisor.

Bufé.

—Son millonarios, ¿Que era lo que esperabas?.

No me malinterpreten no es que les tenga mala onda, nada que ver, solo soy directo si hablamos de millonarios obvio encontraríamos una súper oficina.

—Aveces no sé si hablas con odio hacia los más... Privilegiados.

—Claro que no, solo digo lo obvio. —Encogi mis hombros situandome frente a ella.

—Ajá—Entrecerro los ojos.—Bien les diría algo así como "Sientense por ahí y no hagan ruido", pero también estudian leyes y saben manejarse así que creó que debemos hacer esto juntos.

Ulric soltó una risita nasal.
—Belia hay tantas cosas que pudiésemos hacer juntos.—
Estampe mi mano en su antebrazo dándole un golpe. —Es broma, ¡A trabajar! .—Se apresuró a decir sobandose el lugar donde lo había golpeado.

Siempre él y sus comentarios, no es que me molestara, pero hay personas que si le molestan como a mi madre por ejemplo, hablé con ella ayer por la noche cuando deje a Belia en su cama, hace tiempo que no hablaba con ella, digamos que a Mamá no le agrada Ulric por lo que decidi independizarme... Me mude al lado, pero no la veia porque pasaba la mayoría del tiempo en la universidad.

Ustedes dirán, que exagerado eres y bla bla bla, pero aúnque sea mi madre Ulric ha estado ahi para mi mientras que ella no, debido a su trabajo y siendo sincero en serio lo agradezco porque de ser así no lo hubiese conocido.

Me senté en el piso para estar mas cómodo y comencé a leer unos papeles que me dió Belia.

—Son casos relacionados, con los que tratan de inculparlo.—Habló ella en voz alta, lo cual me causo bastante temor, es como si me hubiese leído la mente.

El peliblanco escribía los apuntes que pensaba que eran necesarios, sin si quiera notarlo habían pasado las horas y junto a mi dormía plácidamente mi mejor amigo.

—Me voy.—Anunció la pelirroja dejándose ver a través de la puerta.—Pasé para ver si necesitaban algo.

Belia quien se encontraba en el escritorio suspiro dejando la laptop de lado para mirarla.—Ulric ya esta algo cansado y es de noche, ¿podrias llevarlo a casa?.

—Uh—Negó con la cabeza con una mueca.—Lo haría si es que no tuviese un compromiso afuera, lo siento.—dijo para darse la vuelta y seguir su camino.

—Diablos.—Maldije a mi lado, pude ver como Belia le daba una mirada de lástima al peliblanco. 

—¡Dylan!.—Gritó haciendo que yo pegase un salto igual que éste quien caminaba por fuera.

—Belia.—dijo él secamente a penas dirigiéndole la mirada.

Vaya, pero que genio se gasta.

Belia ignoró eso y actuó normalmente.—¿Ya te vas?.

—Si.

—¿Podrías hacerme un favor?.

Vi como colocaba los ojos en blanco como gesto de irritacion.
—No.

—Ulric ya esta cansado y aún nos faltan muchas cosas, porfavor.

Pareció meditarselo unos segundos los cuales llevaron completente mi atención, ¿porque no solo decía no y ya?, un par de dudas me surgieron en ese segundo por lo que me menciono Ulric en la mañana, algo de los baños o algo así.

Bah' que digo, de seguro otra vez ando inventandome cosas.

Exhaló con exasperación—Si no llega en seis minutos al estacionamiento me iré.

Vaya, eso si que no lo esperaba. Sin perder más tiempo moví con rapidez a Ulric para que despertase.

—Evan, dejame en paz—Sin abrir los ojos se dio la vuelta acurrucandose.—¿O quieres que te cuente la historia del lagarto?

Maldita anécdota del lagarto, la odio.

—Te vas a la casa a descansar, yo me quedaré un poco más con Belia.

—Uy, tu esposa.—Se levanto rapido haciendo una mirada de picardia.—Acepto, pero después tendrás que contarme el chisme.

—Vete, te estan esperando en el estacionamiento.

—¿Ah si? ¿Quién? ¿El amor de mi vida?—Preguntó atándose los zapatos.

—El hermano de Belia.

Se tambaleo un poco cuando se acercaba a la puerta. —Nos vemos.—Musitó saliendo.

Solo asentí con la cabeza en forma de despedida.

[...]

Pasaron unos veinte minutos en los que ninguno de los dos no dijo ni una palabra. lo único que se escuchaba eran nuestros lapices y respiraciones. No soportaba estar en silencio mucho tiempo, el silencio me resulta incómodo así que me levanté a buscar mi chaqueta para colocar algo de musica.

Sentí como una pequeña clavada me daba en el estomago y no, no era la mierda, estoy seguro que es fatiga no e comido nada. me dio hambre, ladeé mi cabeza un poco para mirar a la pelinegra quién se encontraba escribiendo en una libreta de color azul. —¿No tienes hambre?.

Dejo de escribir para poner sus ojos en mi. —¿Tú si?

Fruncí el ceño por su respuesta, ¿es que a caso nunca come?—Eh' si?

—Evan, ¿Porque no lo dijiste antes?.—Dijo tirándose su largo pelo negro hacia atrás.—Solo debes pedirlo y alguno de los empleados lo traera.

Yo elevé una ceja. —¿Me van a obedecer?.

—Eres mi esposo, tienen que hacerlo.—Belia apoyó una de sus manos sobre la mesa y con la otra tomo un teléfono que se encontraba en cima, volvió a clavar sus ojos en mi colocándome nervioso.—Quiero dos bebidas y dos hamburguesas a mi oficina.—Demandó cortando la llamada.— ¿Con eso estarás bien?.

Asentí.

Belia hizo una mueca.

—Primera vez que no te escucho hablar como una cotorra, ¿te sientes bien?

Coloqué cara de indignación.

—Estoy bien, gracias...—Para romper la tensión decidí desviar mi atención al caso. —Bueno.—Tomé el archivo original abriendolo por completo dejando a la vista el nombre—Si queremos ganar entonces debemos seguir al corriente.  

Sentí su mirada sobre mi a lo que obligado levante el rostro para mirarla —¿Pasa algo?

—No, no es nada—Se relamió los labios y jugando un poco con el lapiz que sostenía.—Solo quería agradecerte, digo nadie hubiese aceptado aquel trato.

—¿Porque no lo haría?.

Inevitablemente le sonrei y lo más inesperado es que ella me sonrió de vuelta.

Mierda, es bellísima... Su sonrisa, me refiero a su sonrisa, su sonrisa es bellísima.