Durante todo el tiempo que estuve así no había nada mas que obscuridad una densa y pesada obscuridad.
Todo era tan tétrico, en aquel lugar no sentía no veía solo oscuridad y lo último que recordaba era que me habían golpeado fuertemente en la parte trasera de la cabeza dejándome inconsciente.
Y de pronto todo se empezó a volver borroso y la luz de la mañana comenzó a inundar cada uno de mis ojos, por el momento no pude reconocer bien el lugar donde estaba, hasta que mi vista se empezó a aclarar.
Era el techo de mi habitación, mi mente daba vueltas y se me dificultaba pensar razonablemente
¿Qué carajos había pasado?, era la pregunta que repetía constantemente
¿Estaba muerto? ¿Era un sueño? ¿Todo esto era real?
Tenía tantas preguntas sin respuesta, y por mas que lograba intentar recordar volvía al inicio solo la obscuridad era lo que estaba ahí.
Solo había una manera de saberlo, seria idiota pero funcionaria para saber si lo que estaba sucediendo era real.
Me incorpore sobre las sabanas dejando mi espalda caer en el cabecero, todo me seguía dando vueltas y unas horribles ganas de vomitar.
Me pellizque en el brazo izquierdo con toda la fuerza que pude ejecutar, y me ardió de una manera horrible tanto así que tuve que ahogar un grito con la mano del otro brazo que no me había pellizcado.
Joder ahora si que todo estaba claro, en realidad mas que claro, todo era real de eso no había dudas el dolor en mi brazo lo corroboraba.
¿Qué coño había sucedido anoche?.
Me puse de pie rápidamente aún tambaleándome mientras me apoyaba sobre la pared, a pasos lentos avanzaba hacia el espejo para observar mi aspecto.
A duras penas llegué al maldito espejo, con el dolor de cabeza martillandome a todo lo que da, dios, me veía fatal, la piel extremadamente pálida, tanto que parecía muerto, tenía una venda al rededor de la cabeza, claro donde había recibido el golpe del estúpido sujeto, ah y además un ojo morado, genial.
-¿Que carajos?- pude decir frente al espejo considerando mi aspecto espantoso.
Entonces la puerta se abrió de golpe ocasionando que diera un pequeño brinco.
Era mi madre y un médico.
Los dos se me quedaron mirando fijamente e intercambiaron miradas extrañadas mientras yo los observaba con confusión.
-Veo que te has despertado Matías- me dice el médico.
-Amm si...hace un...rato de hecho- le digo en un tono bajo
El se acerca y me indica que me siente en la cama para que pueda checar que mis signos vitales esten estables.
Cuando finalmente termina de revisarme, anota algunas cosas en su pequeña libreta, le dice a mi madre que medicamentos debo tomar y posteriormente sale de la habitación.
-¿Cómo estás?- me pregunta mi madre.
-Bien, solo dolor de cabeza insoportable- le respondo.
Se formo un silencio incómodo entre ambos el cual decido interrumpir.
-¿Que paso...anoche?- pregunto ansiosamente.
-Nose, estábamos en la cena tu padre y yo, entonces el se levanta y me dice que tiene que ir al baño, el olvido su teléfono en la mesa y veo que recibe una llamada de la policía donde dicen que te encontraron inconsciente en el pasillo de la casa y que te llevarían al hospital porque habías recibido un golpe fuerte en la cabeza, salí lo más rápido del restaurante y pedí un taxi.
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Las huellas de mi padre
TerrorEn lo mas profundo de mi ser se esconde ¿curiosidad? ¿miedo? ¿o anhelo por descubrir quien era realmente mi padre? no lo se aun con exactitud pero algo era seguro no descansaría hasta hallar la verdad que siempre estuvo ahí, frente a mis ojos y que...