-Dia extraño, noche extraña, mundo extraño-

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Era una noche obscura es lo que recuerdo, los rayos sonaban sin cesar en el ambiente, el olor a tierra mojada inundaba cada una de mis fosas nasales, hacia frio, demasiado para ser sincero, los árboles de afuera chocaban con la ventana y producían sombras aterradoras.

Tenía miedo y de una forma abrasadora, un miedo sin saber de que provenía y me frustraba mas porque era con una intensidad que jamás había experimentado.

Todo se sentía tan extraño como si desde ese día todo cambiaria, ¿y lo peor?, me encontraba solo en casa, justamente esa noche habían tenido que ir con urgencia a una cena de negocios, me habían propuesto ir para que conociera a sus socios y aprendiera de ellos, una reunión a la que por supuesto me negué a ir con la mas espantosa cara que pude poner.

Pero joder, ¿por que no había aceptado ir? simple por idiota, si tan solo hubiera asistido no estaría tumbado en mi cama, encogido como un cachorro esperando recibir el amor de su madre y con un miedo y pánico de la mismísima mierda.

Siempre había sido poco sociable pero si hacerlo justo ahora solucionaría esto, habría aceptado con gusto y hasta con una sonrisa asquerosamente encantadora.

En un movimiento rápido tome mi teléfono que yacía sobre la mesita de noche,  seguía haciendo un frio terrible que ignore por completo concentrándome solo en distraerme, pero algo dentro de mi decía que nada estaba bien, algo estaba pasando, era algo así como un presentimiento un muy mal presentimiento.

Lo desbloquee y tenía claro algo llamar a mis padres, así que marque el número lo mas veloz que pude ejecutar, sonó una, dos y tres veces y nada, nadie contesto, pensé en llamar a mi padre pero de que serviría el nunca traía su teléfono con notificaciones altas.

Y luego me puse a pensar que seguramente no podía contestar porque estaba ocupada y opte por enviarle un mensaje de texto:

Matías 

-¿Mama ya acabo su reunión?.

Pasaron tres largos minutos en donde la desesperación reinaba mi mente, hasta que me contesto:

Mama

No.

Vaya que extraño no recordaba que mama fuera tan cortante, seguramente si esta ocupada, volví a colocar el teléfono en su lugar y tratar conciliar el sueño, incluso lo estaba logrando.

Hasta que de pronto...

La poca luz que se reflejaba en la habitación de el vecindario se había ido, un apagón pensé rápidamente.

Oh ¿Qué esta noche no había podido ir peor?

Me levante rápidamente de la cama incluso emití un gruñido de frustración, todo se veía mas aterrador sin luz, mucho mas.

Y volví a sentirlo...

Miedo

Tenía miedo y mucho mas de el que tenía momentos atrás, aun así no me mostré alterado y guarde la compostura, no había nadie en casa, tenía que arreglárselas yo, solo, sin nadie.

Que puto miedo.

Con cautela retire lentamente las cortinas de la ventana para poder tener mejor vista, todo se veía obscuro y sentí escalofríos recorrer todo mi cuerpo por lo tétrico que lucia el ambiente.

Las huellas de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora