500 historias Itachi x Oc

Prejuicios (Itachi x 13 parte 1)

Los celos …

Esa emoción que a nadie le es agradable sentir, comienza con ver algo que sin aviso ni razón te hace completamente irracional, la sensación de una enorme bola de cosas picudas naciendo en la boca del estómago y se convierte en una explosión de adrenalina en las extremidades del cuerpo.

A algunas personas les produce el instinto de actuar de inmediato, mientras que, a otros, como Itachi, les deja paralizados sin saber que hacer.
Debió ser el echo de que en su vida nunca se había sentido tan potencialmente celoso sobre algo o alguien en toda su vida, siempre había sido él quien era alagado, siempre eran otros los que sentían envidia o celos de él y aunque no era algo que le enorgulleciera decir, se sentía afortunado de no sucumbir a sus emociones tan fácilmente.

Al menos así era antes de conocer a 13.

Esa ruda chica que te hacia sentir un aura de seguridad y brutalidad a metros de distancia, una mujer inteligente como nunca había visto y ciertamente franca como no sabía que se podía ser.

Tenía al menos un año de conocerla cuando lo supero en calificaciones como si nada y lo dejo siendo un manojo de nervios como si fuera una actividad tan sencilla como respirar. Sin embargo, debía admitir que llevaba al menos medio año intentando cortejarla, sin mucho éxito.

No era el tipo de mujeres que apreciaba las flores y los chocolates, tampoco la que deseaba mensajes diarios de buenos días y definitivamente coquetear de manera tonta solo resultaría en un golpe.

Desgraciadamente para alguien como Itachi, sin experiencia en cortejar a alguien, solo sentía que retrocedía cada vez que intentaba algo con ella, se sentía completamente desarmado y sin nada que relucir enfrente de ella.
Sin embargo, no tenía ni cerca la idea de rendirse, de cualquier forma, no era como que a los demás pretendientes de 13 les fuera mejor, al menos él aún no se llevaba una patada en sus partes sensibles, por lo que pensó efímeramente ser el mas cerca a conseguir su objetivo.

Al menos eso pensó hasta que su primo llego corriendo a decirle que tenía que acompañarlo a el extenso patio de la facultad.

Durante los primeros minutos pensó que no había nada que mirar, 13 y un chico rubio estaban hablando, pero, aunque él sonreía, ella no tenia una cara muy diferente a la usual.

- ¿Por qué estamos viendo esto? Si nos descubre pensara que la estoy acosando.

-Solo cállate y sigue mirando. - Su primo veía sin parpadear como si hubiera echo el mejor descubrimiento del año. Intento por un momento reconocer al sujeto, no lo había visto antes, pero desde lejos se veía como una persona amable, le desprendía de alguna manera la misma energía que la amiga de su hermano, Hinata. Su piel era pálida incluso a lado de 13 lo que le daba un aspecto delicado si veías que sus mejillas tenían un apenas perceptible sonrojo por el sol, no era muy alto, al menos 13 se veía levemente más alta, era demasiado delgado, pero aun así desprendía un aura varonil y su perfil se veía masculino. En resumen, un chico de aspecto gentil y hasta se atrevería a decir tierno. Lo que contrastaba de manera enorme con el aura dominante de 13.

Ciertamente era impresionante ver a dos personas de energía tan diferente hablando, lo suficiente como para observarlos intentando encontrar la razón de su convivencia, pero no le parecía que fuera tanto como para estar detrás de una pared espiando como un acosador.

Estaba a punto de enderezarse y caminar lejos de ahí cuando vio algo impredecible.

El chico comenzó a reír a carcajadas con emoción de manera un poco aguda mientras agitaba sus manos al frente con timidez, sus ojos pequeños se curvaban por completo en armonía con la aparición de unos hoyuelos en una sonrisa que expresaba timidez, alegría, gentilidad y comodidad.
Sin embargo, lo sorprendente no era para nada la bonita sonrisa de ese chico, lo que le saco por completo de balance fue ver a 13 corresponder con una sonrisa, para nada sarcástica, y la pequeña inclinación que su cuerpo hizo para acercarse más al chico mientras acomodaba su cabello detrás de la oreja.