La mañana se asomaba por Luna Brillante, Adora despertaba de un largo sueño.
Su cabello dorado que caía por sus hombros, aunque medio despeinado, su remera gris al igual que sus shorts, en su mirada se podía notar el cansancio, había estado leyendo toda la noche una saga de libros que le había dejado su amiga Glimmer.
—Que sueño—Maldiciendo en su cabeza, mientras estiraba su espalda.—Que día es?—Volteando a ver su calendario.—MIERDA—Abriendo los ojos rápidamente.—El desayuno con Catra—
La rubia se colocó rápidamente sus pantalones, su camisa roja, mientras se ataba el pelo, como siempre.
Salió corriendo de su habitación, se había cruzado con algunos de sus amigos, saludándolos con la mano, no podía tardar más, sabía como era Catra con la puntualidad.
Adora se adentró a una especie de jardín, la luz pegaba en todo el lugar, había una azul y celeste cuadriculada, con canastas de comida, mientras que su pareja se encontraba sentada, sus manos sostenían sus mejillas, y sus piernas se entrelazaban.
—Hola gatita—Acercándose lentamente—Lo siento—Río torpemente, la gata no le dirigió ninguna mirada.—Estas-
—Por que viniste tarde?—Dio vuelta su cabeza lentamente, hasta encontrarse con los ojos de la rubia.
—Me quedé dormida—Sonrio torpemente.
—Que raro—En tono burlón, mientras rodaba sus ojos, Adora seguía riendo.
—Bien, quiero empezar el desayuno por que tengo hambre—Sonrió.—Que trajiste?—Su mirada se iba a toda la manta que estaba llena de comida.
—Hay pastel, jugo, frutas, no es nada pero bueno—Se encogió de hombros, viendo a la rubia que miraba todo.
—No es nada?—Volteo a ver los ojos, celeste y miel.—Es grandioso esto—Sonrío dulcemente, a lo que Catra la miro con dulzura, bajando sus orejas.
—Es solo eso—Cruzó sus brazos.—Me encanta como te gustan mis sorpresas—Presumiendo.
—Aja—Río torpemente.—Admito que me gustan tus sorpresas—Comiendo una rebanada de pastel.—Y también estar contigo—Lanzándole una mirada coqueta a la gata.
Las jóvenes empezaron a comer el desayuno, mientras intercambiaban miradas, reían y charlaban.
Les gustaba estar juntas, su pasado las había separado, pero esta vez no lo desperdiciarían, ni devuelta, estaban juntas, otra vez.
Adora se encontraba acostada en el suelo, mientras que la gata se encontraba sentada, jugando con el cabello dorado de la joven, que tenía su mirada perdida en el cielo.
—Que lindo día—Sonrio.—Aunque el cielo en vez de ser celeste...—Pauso para tomar aire.—Esta un poco más oscuro, como violeta y azul—
—Hmm está raro—Sacando su mirada de la rubia para ver el cielo.—Glimmer no había dicho algo sobre esto?—
—Creo que si—Intentando recordar lo que su amiga le había dicho sobre este día.
Este día se llama blue day, significa que pasan 1.000 años para poder tener una festividad cómo está, los reinos se juntan y hacen un baile, el baile de la Luz, en el que si dos personas bailan en la luz del sol, sus almas estarán para siempre.
—No era el baile ese en el que si dos personas bailan debajo de la Luz, estarán para siempre?—Interrumpió la gata.
—Creo que si—Suspiro lentamente—Yo voy a ir—Sonrió, mirando a la gata.
—Yo también...—Tomó aire—Quisieras ir al baile conmigo?—Mientras que un leve sonrojo aparecían en las mejillas de la rubia.—Si tú quieres—Tomando la mano de la joven.
—Me encantaría, tonta—Guiñándole un ojo a la gata, haciendo que se sonroje.—Me encanta sonrojarte—Río.
—Cállate—Refunfuñó, colocándose más roja que antes.
Las dos se quedaron en silencio, hasta que Catra lo rompió, acostándose, cada una estaba en una punta, lo único que estaba cerca eran sus rostros, sin dejar de mirarse, sus respiraciones cada vez más agitadas, mientras compartían sonrisas.
—Eres bellísima, amo todo de ti, como eres conmigo—Sonriendo dulcemente, bajando sus orejas, mientras la rubia no la dejaba de mirar.
—Tu igual, gatita—Acariciando las mejillas de la felina, mientras ronroneaba.—Me encanta ver cómo hago que ronronees—Entre risitas—Me encanta estar conmigo, me encantas, no quiero separarme de ti—
—Basta Adora, me harás llorar—Río débilmente—Te amo muchísimo—
—Yo más—Uniendo sus labios, en un cálido y tierno beso.
Siempre iban a estar juntas, eso ya lo sabían.
