Capitulo 6

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::: Lagrimas Retenidas :::

Había que estar en el cielo mismo para presenciar tan divina imagen. Ambas jóvenes mujeres aun permanecían recostada en la enorme cama; la menor completamente dormida a causa de la medicación que su compañera le había dado la noche anterior, mientras que la sicario le observaba dormir con una hermosa sonrisa en el rostro.

La tenue luz de una lámpara arrinconada apenas iluminaba lo suficiente como para que la mayor detallara las facciones de su persona mas importante, detallo cada línea de su cuerpo y rostro, grabo en su memoria cada pequeño detalle de aquel ser que desde pequeña fue su luz y vida. Con parsimonia absoluta detallo como el medicamento hacia efecto poco a poco, cerrando las heridas de la joven Shirai sin dejar ni una sola marca, tal y como lo había esperado. Un pequeño estremecimiento por parte de su protegida le indico que esta estaba sintiendo las bajas temperaturas de aquella habitación, y es que no podía evitarse, Silver amaba el frio, por ello su habitación tenia tan bajas temperaturas. Hizo ademan de querer levantarse para buscar una manta, mas sin embargo le detuvo el adormilado agarre de Kuroko, quien aun en sueños sintió la lejanía de su One-sama e inconscientemente sus manos buscaron retenerle con ella, buscando desesperadamente de no perderla nunca mas. Silver sonrió melancólicamente, se acerco a su pequeño amor, le acaricio tiernamente el rostro y le beso la frente, para después susurrarle al odio unas pocas palabras "Voy por una manta, no tardare mas de 30 segundo". La heredera Shirai renuentemente, aun en el mundo de los sueños, le soltó. La ultima de los Misaka se levanto de aquel lecho con sumo cuidado y haciendo el menor ruido posible, fue directo al ropero, tomo su manta mas mullida y regreso a la cama en menos de lo que había prometido. En cuanto estuvo lo suficientemente cerca de su protegida, esta de nueva cuenta se aferro a ella inconscientemente, lo que provoco una pequeña sonrisa por parte de Silver.

En cuanto la sicario distendió la manta procedió a tapar a su amada, la cual frunció un poco el seño al notar la barrera que le separaba del frio agradable del cuerpo de Silver, no paso mucho tiempo para que la ultima de los Misaka estuviera también bajo aquella manta abrazando protectoramente a la heredera de los Shirai, la manta le molestaba un poco, pero simplemente se había acostumbrado demasiado rápido al agradable calor del cuerpo de Kuroko. Sin percatarse del como, se fue quedando dormida con el rostro a escasos centímetros del de su amada.

La heredera de los Shirai despertó habrio los ojos pocos minutos después de que su amada castaña se quedara dormida, completamente somnolienta sonrió ante la imagen de su one-sama completamente relajada y dormida entre sus brazos, y es entonces cuando deseo mas que nunca en su vida despertar con ella todos los días lo que le restaba de vida.

El aliento de la respiración acompasada de Siver le rosaba el cuello y comenzaba a atraerle irremediablemente. Pronto, sin percatarse de en que momento roso con su nariz la barbilla de la sicario e hizo un pequeño camino de ahí hasta la mejilla culminando con el enfrentamiento de ambas narices, con el aliento de su amada One-sama chocando directamente con su boca hambrienta de aquellos besos apasionados a los que se había vuelto adicta en tan poco tiempo. Sus manos traviesas poco a poco comenzaban a moverse por debajo de la manta y jugaban en las entradas abiertas de aquella pijama que cubría el cuerpo de su amada, cada rose directo con la pile de la sicario le llenaba de una placentera corriente en la espina dorsal que poco a poco le hacia perder la cordura. Poco a poco sus manos buscaban mas piel que acariciar, llegando a incluso desabotonar los broches de la pijama superior de la heredera Misaka. El pulso de Kuroko se disparo al cielo al notar que su amada no llevaba sujetador y sentir la piel de los senos de su amada en la yema de sus dedos, casi no pudo controlarse al escuchar un leve gemido por parte de su amada cuando comenzó a rosar con la punta de sus dedos el pezón ya endurecido de Silver. La respiración de su amada se volvía mas errática a cada roce suyo y a su vez el aliento agitado de esta chocaba directamente con su boca, invitándola a probar nuevamente los labios de la sicario y robarle unos cuantos besos nada castos mientras esta dormía.

Solo dejate amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora