Maldita mancha.Alguien ha tirado su helado en la puerta dejando una horrible mancha.
Le he marcado a mi jefa para pedirle si podía cerrar como diez minutos el lugar para poder limpiar a gusto y sin ninguna incomodidad y me ha dado el permiso.
Ya casi se cumplen los diez minutos y queda una pequeña mancha que no se quita.
Reviso la hora en mi reloj.
Marca que van dando la una de la tarde.
La sombra de alguien más me hace levantar la mirada.
¿No les ha pasado que la persona que les gusta las encuentra en una posición vergonzosa?
Bueno, pues mi querido fargan se encuentra mirándome desde arriba.
Me levanto rápido acomodándome el uniforme y el gorrino y apunto al letrero que dice que está cerrado. Él lo voltea para que yo misma vea que dice que abro a la una y me guiña un ojo. Ruedo los ojos dándome vuelta y roja de la cara y en la puerta suena la campa tía.
—Buenas tardes —saluda y no le devuelvo el saludo, simplemente me pongo detrás del mostrador esperando a que pida, la gente está empezando a juntarse.
Muerdo mi labio nerviosa, y me doy cuenta que lleva su suéter naranja, me encanta.
—¿Me dais un helado de chocolate? —pregunta y río bajo a lo que él me ve confundido.
—¿Lo mismo de estos dos días? —respondo divertida y enarca una ceja— disculpa...
Niega divertido y preparo su helado, cuando ya lo tengo lo coloco en el mostrador y él deja el dinero ahí. Debe ya saberse los precios. La gente a dejado sus pedidos y número de mesa en la pizarra, así que tampoco tengo tanta prisa. Se acerca a mi colocando su hombro en la repisa y su cabeza en su mano.
—¿Y qué me cuentas tú, Jay? —vuelve a preguntar cuando tomo una nota y empezó a preparar lo que dice.
—¿Como que quieres que te cuente? —toco la campanilla— mesa cuatro un helado de fresa.
La chica llega ha recoger su pedidos y me paga, empiezo a preparar el siguiente.
—¿Sobre que te gustó? —la pregunta me toma desprevenida que termino regando el helado en mi mano, se empieza a reír y le pongo mala cara— es broma, no me contestaste anoche.
Cierto, no lo hice porque no sabía que contestar.
—¿Era obligación hacerlo? —bromeó volviendo a tocar la campanilla y llamó la mesa.
—No —niega.
Sigue estando en su misma posición observando todos mis pasos, me siento intimidada por su mirada.
—¿Vas a verme todo el tiempo?
—Puede.
Termino los pedidos de las notas y me coloco frente a él juntando los brazos en la repisa. Lo observo detenidamente, tiene un poco de barba y bigote el cual estoy tentada a acariciar. Una playera negra debajo del suéter y una cadena.
Es perfecto el wey.
—¿Y cual es tu nombre real? Dudo que te llaméis Jay —susurra.
—Jazybel Harrison.
—Jazybel... —saborea mi nombre y dios, quiero jadear porque me encanta— ...Harrison —retiro lo anterior, mi apellido suena mejor que mi nombre.
Mi vista se queda un tiempo en sus labios y evito morderme los míos, suelo hacerlo siempre que me siento nerviosa, o jugar con la bolita que me salió en el labio.
Recuerdo que el libro que recientemente me estoy leyendo el chico se folla a la protagonista cada vez que se muerde el labio, enrojezco con tal pensamiento.
—Bueno, nos vemos luego —se levanta con su helado— de nuevo felicidades por tu libro, Bel —le sonrió y me devuelve la sonrisa.
Tengo muerdo porque todo está saliendo maldígame te bien y debe haber algo que lo empeore.
Y joder, claro que lo hay.
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Written game
FanfictionÉl un jugador de videojuegos famoso, ella una escritora no tan conocida. Ella sabe de él, él no sabe de ella. ¡Es un fanfic de Fargan! 10/Mayo/21.