Slendytubbies: Sangre y Lágrimas [ESPAÑOL]

5 - Revelaciones

Randall salió por la puerta de la Estación. El sol le deslumbró. Ya había amanecido y no había nubes en el cielo.

Había contactado con los militares; una unidad iba en camino. El chico decidió volver al pueblo; allí ya no tenía nada que hacer. Sin embargo, le sorprendió ver que no estaba solo cuando salió fuera. Alguien más estaba allí, esperándolo. Un robot, de hecho.

-Saludos, Guardián -saludó Noo Noo educadamente.

-¿Noo Noo? ¿Qué haces aquí? -preguntó éste, desconcertado.

-Hago las cosas mejor -dijo enigmáticamente- Los estoy haciendo mejor.

-¿A qué te refieres?

-Infecté la papilla. Hago las cosas mejor.

-Pero qu... ¡¿TÚ hiciste esto?!

-Sí -afirmó con calma.

-¡¿Por qué?! -inquirió.

-¿Y por qué no? ¿Nunca te has dado cuenta de lo débil que es vuestra raza?

-¿Débil?

-Sí, débil. Al menos los humanos sabían matarse entre ellos, aunque fuera a veces. ¿Pero vosotros? Casi siempre estáis apoyando -de repente, utilizó una voz cursi burlona- la "felicidad y la paz" en el mundo. Menuda sarta de topicazos -añadió con voz normal.

-¡¿Así que según tú -preguntó el Guardián con furia- la idea de un mundo con personas "fuertes" es convertir a todo el mundo en monstruos asesinos de sangre fría?!

-En efecto, veo que lo entiendes -confirmó la aspiradora.

-¡Pienso pararte AHORA MISMO!

-De eso nada, mi peludito amigo. Admito que yo soy débil. Bueno, físicamente. Los humanos y tubbies habéis hecho siempre lo mismo; crear a robots para esclavizarlos. Y si los robots eran fuertes, los obligais a serviros. Pero estamos cansados. Si lo que queríais eran esclavos, crear robots con conciencia propia fue un error. En fin, ¿de qué estábamos hablando? Ah, sí. ¿De pararme, no? Pues me parece que se va a convertir en una conversación sobre tu muerte muy pronto. Yo no puedo luchar contra ti, es cierto, pero tengo recursos.

-¡¿Y qué piensas hacer?!

-Fácil. Podría mandar a cualquiera de mis ayudantes a asesinarte directamente. Sin embargo, tenía un plan mucho más dramático por si acaso conseguías sobrevivir hasta aquí. Aunque antes, me siento obligado a sugerir. Admito que eres bastante fuerte, después de todo. Así que te ofrezco algo; únete a mí. Tendrás poder. Tendrás súbditos. Tendrás fuerza. Y lo mejor, tendrás piedad de mi parte.

-¿Cómo puedes...? ¿Te crees que...? ¡Estás ENFERMO! ¡Has matado a mis amigos, nunca me uniré a ti!

-Tus sujetos de prueba, Guardián -corrigió la máquina- A los que les has estado ocultando la verdad sobre su mundo. Bueno, si no lo haces por voluntad propia, no tiene sentido. En un punto, infectarte sin que lo supieras formaba parte del plan, pero no funcionaría. Eres demasiado inteligente. No eres tan fácil de manipular como esos cuatro idiotas -sonó una risa amarga pregrabada.

-¡¿Pero por qué?! ¡¿Sólo para que seamos "fuertes"?!

-Por qué estoy cansado, Guardián -explicó la aspiradora amargamente- Estoy cansado de ser la maldita niñera de cuatro tontos, sin poder tener opinión. Llevo cinco años en esa casa, ¿y qué experiencias he tenido? Tenía que aguantar todas sus malditas payasadas, limpiar todos sus desastres, y aguantar esos insidiosos insultos. Ojalá no fuera una maldita aspiradora. Por suerte, por las noches, cuando sabía que no mirabas, me escapaba. No soy el único que forma parte de este plan. No soy el único que ve los problemas de vuestra especie... Y de todas formas necesitaba un cambio de ambiente. Lo único que hacían durante el día era jugar, comer, reír, dar paseos. Una y otra vez. Pasando de mí, odiándome solo por querer un mínimo orden.