Slendytubbies: Sangre y Lágrimas [ESPAÑOL]

Final de la primera parte

Pasaron muchas cosas desde esa batalla. Los militares llegaron; se llevaron al Guardián para ofrecerle ayuda médica. Mientras tanto, la predicción de Noo Noo se había cumplido; Po y Dipsy desaparecieron de donde estaban, y Tinky Winky y Laa Laa también desaparecieron. El Guardián se había trasladado a la Casa Teletubby, ahora vacía, y pasaba muchas horas tumbado, sentado en alguna parte, mirando viejos juguetes, mirando fotos, recordando. Había entrado en una depresión irremediable. Después de cinco años, había desarrollado una conexión fuerte con ellos, y ahora eran todos monstruos asesinos de sangre fría.

Noo Noo también había añadido el virus directamente a casi todas las máquinas de creación de tubbies de la segunda mitad del planeta, que creaban unos seres sin manos y sin pelaje, blancos. No eran peligrosos, ni fuertes, pero solían venir en grandes cantidades. Incluso a veces había versiones mejoradas de ellos. Debido a su edad, los habían llamado "newborns", que eran básicamente los zombies de esa raza, excepto por el hecho de que estos eran bien reales y estaban causando grandes problemas a los militares. Por otra parte, muchos infectados, gente a la que habían inyectado el virus en contra de su voluntad y seguidores de Noo Noo que habían tomado papilla voluntariamente, ayudaban en la batalla. La mitad de los tubbies se estaba convirtiendo en cenizas, tal como Noo Noo había jurado antes de ser destruido por el Guardián.

Randall suspiró y se sentó en la cama de Po. Observó la casa vacía e intentó imaginarse dónde estaría cada uno si todavía estuvieran allí. Pudo imaginarse a Dipsy tumbado en el tobogán, leyendo su libro de chistes; a Po, jugando con algún conejo o alguno de sus juguetes; y a Tinky Winky con Laa Laa, jugando a la pelota. Sonrió con nostalgia. Volvió a coger el álbum de fotos que tenía al lado y siguió mirando las fotos que habían tomado; vio una del invierno pasado, en la que salían todos, incluso Dipsy, ayudando a construir un gran iglú de nieve. Sin embargo, poco antes de terminarlo se derrumbó. Hubo una gran batalla de bolas de nieve con los restos. Observó otra de Navidad; el árbol, con bolas de Navidad de muchos colores, serpentinas doradas y plateadas, y luces de color morado, verde, amarillo y rojo. Luego había otra de Halloween, en la que cada uno estaba disfrazado de algo. Se secó una lágrima.

-Hola, Randall -saludó su amigo Rowan, que había entrado.

-Buenas -murmuró el blanco con desánimo.

-Bueno, yo solo quería... ver como estabas, y... bueno...

-Me siento un poco mejor -murmuró- Al principio, era peor. Supongo que ahora ya he aceptado la verdad...

-Eh, eso está muy bien. Tú sólo tienes que tomarte tu tiempo para superarlo. Nadie te va a presionar. Entendemos como te sientes. Tienes a tus amigos de tu parte, ¿vale?

-Gr... gracias. Significa mucho...

-Y... por cierto. Tengo noticias. -Randall lo miró con curiosidad- La muestra del virus que conseguiste nos fue muy útil. Estamos... experimentando. Experimentando para crear... una cura.

-¿C... cura?

-Sí. Algo que pueda invertir los efectos; devolver a la gente a la normalidad.

El Guardián, si es que se podía seguir llamando Guardián, le miró nervioso.

-Y... además... -añadió Rowan- Es posible que tengamos algo en tan solo unos meses.

-¿D... D... ¿De verdad?

-Sí -afirmó sonriendo- Es posible que podamos arreglar esto.

Randall no respondió; estaba emocionado.

-Tengo que seguir trabajando. Me pasaré por la tarde, ¿sí? -su amigo asintió- Está bien, entonces. ¡Nos vemos!

Randall volvió a tumbarse en la cama, con el álbum en la mano. Volvió a mirar las fotografías. Sintió que estaba más cerca que antes de volver a ver a las personas en ellas. Sintió un sentimiento que le invadía; un sentimiento que le daba más determinación que nunca para seguir; un rayo de luz que iluminó la oscuridad: una nueva esperanza.

Continuará...