capitulo 40

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Tn.

Al final compramos todo tipo de cosas, pintura, cuadros, plantas, luces led, tablas para repisas, unos asientos con diferentes estilos y algunas cuantas novedades que nos habíamos encontrado en una tienda de cosas usadas.

Iba tomada de la mano con Payton, buscando el auto en el estacionamiento, no podía evitar dirigir mi mirada a sus brazos venosos, era toda una fantasía para mí. Parecía una acosadora.

-- deja de acosarme -- dijo el de la nada, pareciese que se quería reír

Tenía su típica sonrisa torcida y pervertida que dejaba ver sus ardientes colmillos. No dije nada, solo giré mi rostro para evitar que viera lo sonrojada que estaba.

-- me gusta que me acoses, me hace sentir deseado, amo que tú me desees...

-- que te hace creer que deseo de ti?

-- tus gemidos me lo dicen todo el tiempo -- me miró de reojo soltó una risita burlona

Mi momento de valentía no habría durado ni un segundo, bajé la mirada evitando lo por completo, algo que tampoco duró, el ya había tomado mi rostro y al mismo tiempo unimos nuestro labios.

El beso era muy apasionado, podía sentir sus manos tomando mi cintura contrayendo me contra el.

Finalmente nos separamos, solo un fino hilo de saliva era lo único que nos mantenía en contacto.

-- vamos a casa -- me tomó de la mano y comenzamos a caminar al auto

-- pero y la comida?

-- yo ya tengo mi comida -- me miró de arriba abajo

Ok, tardé en captarlo.

-- ¡Payton!

Comenzó a reírse

-- no es gracioso tengo hambre de verdad -- protesté pero fue en vano

-- pedimos a domicilio, exijo ese cuerpo debajo de mi ahora

Me cerró la puerta del auto y luego el se subió.

Llegamos a casa, apenas comenzaba a dejar las cosas en la mesita de la entrada cuando Payton ya me había acorralado por detrás.

–– no sabes cuántas ganas tengo de ti... –– murmuró seductoramente a mi oído, al mismo tiempo dejaba chupones en mi cuello.

Un gemido salió de mi cuando su respiración puso como piel de gallina la zona de mi cuello mientras sus suaves labios subcionaban mi piel.

Tomó mis muslos, yo di un pequeño salto, así enredando me en su cintura, pase mis brazos por su cuello y me aferré a el.

–– Te amo tanto...

–– yo te amo más, siempre estaré para ti pequeña...

Me llevó cargando al sillón, me recostó delicadamente y a su vez acariciaba mis piernas haciéndome estremecer, esa misma mano comenzó a subir hasta mis muslos llegando a mi entre pierna.

Poco a poco bajó mis shorts y luego mis bragas.

–– que bonitas bragas... –– continuó besando mi cuello, –– pero fuera se ven mejor...

Me miró a los ojos cuestionando mi permiso con la mirada, yo solo asentí con ansias y deseó. Apenas sus dedos acariciaron mi vientre bajando cada vez más cerca de mi zona íntima.

Tragué en seco al mismo tiempo que arqueaba mi espalda por la increíble sensación.

Pero ese no duró mucho. El teléfono de payton sonó, inmediatamente se levantó llendo se a la habitación a atender la llamada.

Sigue soñando Moormeier - Payton MoormeierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora