5. Día de chicas

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Narra Diane

El día anterior Matrona me dio permiso para ir a casa de Elizabeth. Quedamos en ir hoy ya que era sábado y no tenemos instituto.


-Venga Diane, date prisa si no quieres llegar tarde- ya me había vestido así que baje y allí estaba Matrona, esperándome en el coche.

-Sii- es lo único que pude decir.

Elizabeth me había enviado su ubicación exacta para no perdernos, que aunque estemos en el mismo barrio, somos capaces de perdernos.
Al cabo de unos minutos llegamos. Su casa era un poco más grande que la mía pero no podía quejarme.
Me despedí de mi tía con un abrazo y me dirigí hacía la puerta. Llamé al timbre y ahí estaba Elizabeth, parecía que hubiera estado esperando en la puerta.

-Que alegría que estés aquí Diane- dijo muy emocionada, yo le sonreí.

-Yo también me alegro de estar aquí- dije muy emocionada también, parecíamos las locas del barrio.

-Bueno chicas, si queréis gritar lo podéis hacer dentro que es un poco temprano- dijo un hombre bastante alto, de pelo gris y barba- hola Diane, yo soy Bartra, el padre de Elizabeth, me alegra conocerte al fin

-Lo mismo digo, gracias por invitarme- el asintió y Elizabeth me cogió de la mano para dirigirnos corriendo a su habitación.

Elizabeth me dijo que el día de hoy iba a ser un día de chicas, solo para nosotras dos.

Me dijo que íbamos a hablar de chismes, secretos y chicos. Del último tema ya lo habíamos tocado el día anterior pero supongo que lo veremos más a fondo. En cuanto a los secretos, me había dado cuenta de que puedo confiar en ella así que le contaré todo y me quitaré un peso de encima y en cuanto a los chismes...pues no tenía mucho que contar sobre eso.

Me empezó a hablar sobre chismes del instituto y del barrio. Uno del instituto era que una niña del instituto, que tenía muchos pero muchos gatos, decía de vez en cuando que podía hablar con ellos y que en un examen para pasar de curso estaba muy nerviosa y se le escapó un maullido en medio del examen. Obviamente todos se rieron pero lamentablemente, la chica suspendió el curso.
Yo no pude evitar soltar una risa al imaginarme aquella escena.
Seguimos hablando un buen rato sobre eso, aunque hablaba más Elizabeth ya que yo apenas tenía nada que contar.

Luego Bartra nos llamó para comer así que tuvimos que dejar lo demás para después. Se me había pasado la mañana super rápido y me lo estaba pasando genial, eran muy amables conmigo, no como en Megadoza.

-Dime Elizabeth- dije llamando su atención y la de su padre- ¿Tu no tenías dos hermanas? Es que no me ha parecido verlas en todo el día.

-Si, Margaret y Verónica han quedado hoy con sus novios, pero lo bueno es que tenemos la casa para nosotras- Bartra suspiró y Elizabeth le respondió con una sonrisa.

Terminamos de comer, que la comida estaba buenísima, y volvimos a la habitación a seguir con nuestro día.

-Bueno, ahora es el tema de los secretos- me comentó Elizabeth. Yo asentí un desanimada, no sabía cómo iba a reaccionar- si quieres empiezo yo- yo asentí.

Me dijo antes que nada que no tenía muchos pero que los que tenía me los iba a contar. También me comentó que quizás no se acordaba de todo pero no le dimos importancia y comenzó a hablar.

Me dijo que una vez de pequeña se le ocurrió subirse al árbol de la plaza y su padre para ayudarla subió y se calló haciéndose mucho daño pero que al día siguiente se encontraba como nuevo y que desde ese varias personas acaban lastimadas en la plaza al año como la vez en la que el niño se chocó contra la fuente y le ayudé.

También me dijo que algunas veces le tenía envidia a sus hermanas ya que ellas habían conseguido a un chico con el que correspondían pero ella aún no.

Cuando terminó llegó mi turno. Me sentía muy nerviosa, no sabía cómo iba a reaccionar. Parece que se dio cuenta y me dijo que contase lo que quisiese, que podía confiar en ella. Ante esas palabras ya confiaba en ella al cien por cien.

-De acuerdo. Yo antes de mudarme aquí, vivía en un pueblo bastante alejado llamado Megadoza, siempre había vivido allí y nunca había conocido otro lugar, ni siquiera la ciudad- ella me escuchaba con atención- mis padres murieron en un accidente de tráfico cuando yo era muy pequeña, por lo cual apenas los conocía- desde ese momento se me empezaron a poner los ojos llorosos- he vivido con mi tía Matrona toda la vida y le debo todo lo que soy y lo que tengo.
En el pueblo solo había un instituto público y de muy bajo nivel y como la ciudad quedaba muy lejos, tenía que ir allí- empecé a llorar porque ahora se venía la peor parte- no tenía y amigos y...me... hacían bullying- ella me abrazó también llorando- yo no podía hacer nada y nunca se lo conté a mi tía, tenía miedo de como iba a reaccionar.

-Tranquila Diane, estoy y estaré aquí para todo lo que necesites- yo la abracé más fuerte- mientras estés a mi lado te juro que no te volverá a ocurrir- me limpié las lágrimas para sonreírle- ¿Qué te parece si ahora hablamos de chicos?- volvió a sacarme una sonrisa. Yo lo único que hice fue asentir.

En lo que quedaba de tarde la pasamos hablando de chicos, ella me contó que desde siempre había estado enamorada de Meliodas y que sus amigos siempre la ayudaban pero nunca había resultado. Incluso Escanor la ayudó a escribir un poema para el, no me imaginaba que a Escanor se le dieran bien esas cosas. Como ella me había ayudado tanto, le dije que la iba a ayudar aunque no se me diera muy bien ese tema. Luego ella me estuvo hablando sobre King y sí que parecía un buen chico, lo que quiero es conocerlo un poco más.

Cuando estaba decidida a irme porque ya era un poco tarde, recibí una llamada de Matrona diciéndome que había hablado con Bartra y habían decidido que me quedaría la noche aquí. Al oír eso Elizabeth nos pusimos a saltar y a chillar como locas, de nuevo parecíamos las locas del barrio. Tras celebrarlo, me quedé hablando un rato con mi tía, explicándole que estaba siendo de los mejores o el mejor día de mi vida. Cuando terminé de hablar llegaron las hermanas de Elizabeth y nos presentamos, la verdad que su familia me ha caído muy bien y han sido muy amables conmigo. Esa noche recé por tener más días como este.

Pues hasta aquí el quinto capítulo. Aquí he intentado que se junten mas sabiendo un poco de los pasados de la otra. Chaoo.

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