Reencarne en un Orco

[Cap_N°12]: Oceano de sangre

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Habíamos tenido demasiado confianza, no pudimos preveer que algo como esto nos pasaría, como si fuera una película de terror el mar empezó a arrojarnos a sus hijos más terroríficos, Quarmogs, Mutantes del abismo, se decía que eran los hijos malditos de poseidón y el gran Kraken, estas bestias con grotescas formas humanoides marinas nos estaban acabando poco a poco, no tenían fin, muchas veces tuvimos que arribar en islas para poder aguantar las feroces batallas, muchos de los miembros de mi clan murieron en el mar destripados y siendo devorados por estas bestias, no importaba si me inundaba en mares de sangre para acabar con ellos, no tenían fin, se veían como horribles cardumenes de pirañas con sus afilados tridentes de hueso echos a partir de las columnas vertebrales de sus enemigos, evocaban miedo por donde quiera que iban y mi agotado estado mental estaba llegando al borde de la locura.

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"GRAAAAARG!!"

Con fuerza blando mi hacha diciendo en dos verticalmente a un Quarmog, lo había cortado desde la ingle hasta la corona de su cabeza, salpicando con sangre todo a mi paso, nose cuantas noches había estado haciendo esto, azotando cráneos en el suelo y rompiendo columnas vertebrales, se me había echo un hábito, llegue hasta usar mis propias manos para desmembrado en dos a varios de ellos y luego usarlos como armas para acabar con sus parientes, incluso si el cansancio me hundía, no podía parar ni por un segundo, detrás de mí se encontraban los últimos miembros de mi clan siendo en total 15 de ellos, había formado un muro de cadáveres en la entrada de una caverna para que no les pasará nada, mientras tanto yo estaba aquí afuera sufriendo día tras día la oleada de ataque enemiga que no paraba, no entendía como estos enfermos seres no comprendían el miedo a la muerte y por sobre todo no entendía que mal había causado para que nos odiaran tanto, incluso si golpeaba mis puños hasta que mis huesos se vieran ellos no tenían el más mínimo respeto ni emoción para dejar de venir hacia su muerte, era como si no tuvieran mente alguna, cansado y agotado me senté en el suelo, arrojando rocas con las pocas fuerzas que me quedaban, como explosiones de confeti las cabezas de estos hombres pez reventaban en pedazos, luego caían sobre el suelo arenoso y eran aplastados por sus compañeros.

En algún momento sentí el dolor de mis piernas siendo rápidos, mis brazos siendo rasguñados y mordidos, tenían miedo, pero algo superaba a mi miedo, una furia incontrolable era como si me diera fuerzas una ves mas, avivando una pequeña llama en mi interior que estaba muriendo, con ojos en llamas arroje a todos mis enemigos lejos de mi y agarrando mi estropeada hacha agite sin fin, sin gracia y sin mente está hoja de hierro que traía la muerte a quien se cruzará por su camino, había caído en un sueño, no tenía control de mi cuerpo, sólo podía ver un campo inmenso con trigo dorado listo para segar, como un agricultor agite mi Hoz segando todo el campo hasta no quedar nada.

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El dolor era insoportable, parecía como si me hubieran arrolado y luego me estuvieran pisoteando por todo el cuerpo, pero el dolor en mi cerebro era como si alguien estuviera deshilachando vena por vena de el para hacerme sufrir, todo se veía oscuro no entendía porque tenía que sufrir así, desde mi llegada a este mundo no había cometido actos malvados o al menos no los había cometido en pleno juicio, quería una explicación quien era el ser a quien le gustaba tanto verme sufrir y porque, que le había echo yo? O acaso era esto algo que no se podía evitar? Sólo era obra del destino que todo sucediera de esta manera? Estaba condenado yo a ser así de maltratado?

Como despertándome de mi mar de preguntas y de mi inconsciencia una fría brisa chocó contra mi cara, mis ojos por fin se abrieron y mi mundo había cambiado una ves mas, mi cuerpo estaba rodeado de fuertes músculos esta el punto de la perfección, mi Constitución y marcó corporal habían aumentado en gran medida, la forma de mi cuerpo era la definición de un verdadero Guerrero nacido para la batalla, había evolucionado una ves mas y rodeando mi cabeza se encontraba un largo cabello azabache, pero debajo de mis pies se encontraban los huesos de miles de cadáveres, también a mi alrededor estaban los miembros de mi clan que habían pasado por una gran transformación al igual que yo, mis ojos no podían creer lo que veían, era un milagro.

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