8. A poco se agarraban a golpes...

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-Viniste porque te dije que estaba trabajando aquí...

-Inteligente como siempre, pero no le digas a tu jefe, que no le caigo del todo bien.

-Pfft, ¿así que ustedes tampoco se llevan bien? Bueno- contigo llevarse bien sería un acontecimiento...

-¡Baja la voz! Y bueno, el acontecimiento sería llevarse bien con ese Ainosuke, pero bah, no importa.

-...Entonces, ¿necesitas ayuda con algo de la tienda?

-Para serte sincero, no. Ya que gano mintiendo. Solo vine a curiosear, a ver cómo trabajabas aquí.

Las palabras salieron sin ningún tartamudeo de la boca de Kojiro. ¿Tan sinvergüenza era? Ugh, que se le iba a hacer. Si solo Kaoru tuviera esa elocuencia, y ese coraje para no cubrir sus mentiras con capas transparentes solo para no quedar mal ante otros. No podía hacer una vida vendiendo su arte si nadie lo veía como un artista respetable en primer lugar.

-Ay... bueno, ¿qué vas a hacer? Vas a comprar algo o vienes para irte...

-Supongo que me puedo quedar un rato acompañándote...

-Pero qué, vas a estar, ¿merodeando por aquí? Me das vergüenza ajena, te juro.

-¡JA! Ah que me ahogo. ¿Desde cuando te importa qué hacen los clientes? Mejor, si me quedo pueda ser que encuentre algo que me guste y lo quiera comprar~

-Agsh, como quieras. Yo me voy a la caja.

-¡Mhm!

Sorprendentemente, ya habían pasado 30 minutos sin que Joe se le hubiera acercado. Estaba ocupado viendo entre los pinceles, levantando cada uno del cilindro donde estaban parados y leyendo lo que mango tenía que decir. También observaba las puntas pero bueno, eso no era de extrañarse si es que buscaba un tipo en específico.

-¡Cherryyy~! ¿Dónde andas?

Al escuchar la temida voz de su jefe la sonrisa leve que tenía se esfumó rápidamente, y solo pudo recordar cuando hace unos momentos Joe le había dicho que conocía a Adam y que no se llevaban bien. Rezaba que en el tiempo que Adam bajara las escaleras el otro imbécil ya hubiera salido de la tienda.

-Estoy acá abajo, qué pasa.

-Ay, nadita nada, solo que no sabía donde estabas y pues quería chequear que estuvieses haciendo el trabajo que te corresponde.

-Si. He estado ocupado todo este rato.

-Magnífico. ¿Has tenido algún cliente interesante?

Y aunque Kaoru había rogado que no pasara, era inevitable. Una tercera voz se unió a la conversación. Joe puso un brazo sobre los hombros de Adam y en su rostro se formó una sonrisa hasta malévola.

-Aquí mismo me tienes. ¿Soy interesante verdad?

-Tú... ¿Qué haces aquí? Pensé que ya no te interesaba nada de esto.

-No sé, la verdad es que nunca podrías saberlo.

-Hm. No tienes nada que hacer aquí.

-¡Así que! ¿Tienes esta tienda enorme llena de cosas para que la gente compre y echas de la tienda a uno de tus clientes? Se nota que no sabes apreciar a los posibles compradores... Aparte es más, con este nuevo empleado creo que voy a empezar a venir más seguido.

-¿Ehhh?

Antes que Kaoru pudiera decir algo Adam volteó a él y lo miró fijamente. El joven se sentía como si lo estaban inspeccionando en un aeropuerto, esos nervios de que si te paraban por algo que no era tu intención. Luego de unos eternos 5 segundos, Adam volvió a colocar su mirada en Joe, quien tenía cara de estar harto de él.

A Través de Pinceladas | MatchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora