All Too Well (Juliantina)

Me vas a lastimar

Si bien, yo tenía mis propias percepciones de disfrutar de la vida, Alma complemento mucho eso, con pequeños placeres que te puede regalar la vida, una buena cerveza fría, un café recién hecho por la mañana, una película bajo las cobijas en una tarde lluviosa, una platica antes de dormir, entre muchas cosas más.

Llegue a casa, me bañe con agua caliente, necesitaba relajarme, pedí una pizza con extra queso y en mi refrigerador ya no puede faltar las cervezas, en cuanto llego mi cena, me senté en la sala con una frazada, busqué alguna película por ver y comencé a comer, mi vida era un completo caos, el trabajo estaba bien, dinero ya no me faltaba y aunque odie decirlo, sé que se lo debo a Valentina, pero me hace falta compartir mi día con alguien, llegar a casa y platicar de todo un poco con alguien, para ser sincera extraño a mi Alma.

Mi teléfono comenzó a sonar, era ella, desvíe la llamada y continué comiendo, solo pasaron unos minutos cuando tocaron a mi puerta, con fastidio me pare y abrí de golpe esperando ver la cara de Luis y odiarlo por un momento por haberme sacado de mi momento de placer.

-¿qué haces aquí?- pregunte sorprendida

-¿puedo pasar?- sonrió ligeramente

-sigo sin entender porque tenemos esa costumbre de no responder las preguntas que hacemos- tal vez no era Luis, pero de igual forma me habían sacado de mi momento, así que ya estaba fastidiada

-tal vez es nuestra manera de comunicarnos- sonrió ligeramente -creí que cambiarias la chapa-

-no- dije de golpe, le hice señal de que pasara, me dirigí de nuevo al sillón y me tape con mi frazada

-¿este era tu plan?-

-si, ¿por qué?- intentaba sonar desinteresada

-¿preferiste tener una noche en pijama, viendo películas que conmigo?- de verdad parecía estar impresionada de mi decisión

-lo haces ver como si me hubiera perdido la mejor noche de mi vida- comente sin quitar la vista del televisor

-¿qué pasa?- pregunto

-si piensas que estoy así por ti, desde ahorita te lo digo, no todo gira a tu alrededor-

-en estos meses te has encargado de repetírmelo casi a diario- dijo con sarcasmo, se sentó en el sillón de al lado y tomo una rebanada de pizza -¿que tienes?-

-como siempre, no es algo que quiera hablar contigo-

-¡vamos Juls, déjate de tonterías!- exclamo -pensé que después de tantas veces que nos hemos acostado, por lo menos existía más confianza-

-la confianza no se gana con sexo Valentina- me incorpore un poco -siento que tengo todo y a la vez nada- admití -y no eres tú a la persona que desee contarle mis penas-

-tal vez por algo estoy aquí- comento tranquilamente

-tu no crees en las casualidades-

-¿estas segura?- levantó una ceja, su expresión era una mezcla de quererse burlar de mí y al mismo tiempo simplemente quería escuchar

-¿a que viniste?- cambie de tema

-quería asegurarme que tus planes de verdad eran más interesantes que mi propuesta-

-y lo son- comente con sarcasmo

-¿cuanto tiempo más seguiremos así?- hizo una pausa, al no escuchar respuesta de mi parte continuo -hay días que parece que todo fluye y en otros me odias-

-siempre te odio- me miro con fastidio -solo qué hay en días donde te tolero más-

-tu mirada no miente Juliana, tú me deseas tanto como yo a ti-