Yo no me voy a ir

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Mis lagrimas se perdían entre las gotas de lluvia, mi cabeza estaba completamente aturdida y no me era posible asimilar lo que había pasado, en que momento había llegado a este punto.

Mi celular volvió a sonar, con algo de miedo por ver quien llamaba lo saqué de la bolsa de mi sudadera, era Alma, dude en contestarle, pero al final lo hice.

-¿en donde estas?- pregunto preocupada -ya deberías haber llegado-

-lo siento- fue lo primero que pude decir -¿lo dejamos para otro día?-

-¿estas bien?-

-si- dije rápidamente

-esta... bien- comento dudosa -¿segura que todo bien?-

-si- insistí -mañana te hablo- colgué de golpe, no podía aguantar más el llanto, llegue a una parada de autobús y me senté, el aire me faltaba y ese dolor en el pecho era constante, por más que intentaba controlarme no podía, estaba enojada y a este punto no sabía si era con Valentina o conmigo misma por intentar estar con ella sabiendo cual podría ser el final.

Respire profundo y me frote el rostro, fue en ese momento cuando me percaté de lo mojada que estaba, me levante y le hice la parada al primer taxi qué pasó, dudo en dejarme subir por mi aspecto, pero al final se apiadó de mi.

-¿que la trajo hasta acá y con esta lluvia?- quiso hacerme plática

-ni yo lo sé-

-ya veo- comento tranquilo -tal vez diga que a mí que me importa- en ocasiones me miraba por el retrovisor -pero nadie merece estar así por alguien-

-¿como sabe que es por alguien?- pregunte sorprendida

-en realidad no lo se- sonrió ligeramente -pero ya tengo mis años señorita, a mi me han roto el corazón- suspiro -y también he visto pasar a muchas personas como usted por aquí con ese mismo aspecto- mire por la ventanilla, la lluvia seguía igual de fuerte -yo lo único que le puedo recomendar- volvió a hablar -lloré todo lo que quiera, pero mañana al salir el sol usted debe seguir adelante, dejando en esas lagrimas todos los recuerdos y dolor que esa persona le haya causado- volvió a sonreír ligeramente al ver mi expresión -no vale la pena dedicarle más de una noche a una persona qué tal vez no le provoquemos nada- respire hondo

-tiene mucha razón- no mentía al decirle eso, recargue mi cabeza en el cristal, respiraba lentamente, intentaba no llorar, porque sabía que no iba a poder parar.

VALENTINA

Desperté y no sabía cuánto tiempo había pasado, todo estaba obscuro y la lluvia era más fuerte, me incorpore y caí en cuenta de que no había soltado su bufanda, la dejé a un lado y me acerque a la ventana, la ciudad se iluminaba constantemente con los rayos, suspire profundo y fue en ese momento donde todo llegó a mi mente, una sensación de asco se deposito en mi estómago, no tenía la cabeza suficiente para entender el porqué me sentía mal, ella solo me atraía físicamente, no puedo negar que su forma de ser la hace más linda, pero yo no quiero otra relación, ya estoy cansada de ser el centro de atención para la prensa, de ser juzgada por todos y que mis padres ni siquiera me den tiempo de explicar. Mi teléfono comenzó a sonar, me acerque a él y conteste fastidiada.

-no es buen momento- me senté en la barra del desayunador

-nunca es un buen momento para ti Val- tenía esa voz tranquila que siempre lo caracterizaba

-de verdad, en esta ocasión no miento-

-¿estas bien?- pregunto

-no quiero hablar-

-Valentina así no vamos a poder seguir- a pesar de su tranquilidad, podía notar su fastidio

-Daniel, habló enserio- tome aire -hablemos mañana, no me siento bien- hubo silencio que fue roto por el

All Too Well (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora