Capítulo 1

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Era una noche triste.

El cielo estrellado era testigo del beso entre la sacerdotiza Kikyo e Inuyasha, una pareja que fue separada por Naraku. El tiempo parecía detenerse, ambos disfrutaban aquel beso que parecía ser el adiós, el fin de su historia de amor.

Detrás, se encontraban lamentándose por no lograr salvar a la persona que los ayudó cuando no sabían que hacer...

- Tengo que hacer algo, ¡no puedo permitir que ella muera! - pensó una chica azabache, levanto su cabeza, se paró tan rápido como pudo y rápidamente se dirigió a la sacerdotiza Kikyo y a el hanyo Inuyasha

- ¡Aome regresa por favor! - Dijo para que ella lo escuchara

Al escuchar el grito del lobo Koga, el monje Miroku, la exterminadora Sango y el zorrito Shippo le prestaron atención a la azabache quien una vez llegó con la pareja se sentó en sus rodillas, se asombraron cuando vieron como Inuyasha parecía dejar con cuidado a la sacerdotiza en el suelo entre ambos.

- InuYasha... Yo... No puedo permitir que vuelvan a ser separados - colocó sus manos en el frágil cuerpo de barro y huesos - Kikyo, no espero que me agradezcas pero...no puedo permitir que lo vuelvas a dejar - de sus palmas empezó a salir un gran brillo color rosa tenue, el chico no sabía que hacía Aome pero podía distinguir como el miasma poco a poco desaparecía de Kikyo aunque no completamente...

Así permaneció unos segundos más, lágrimas amenazaban de salir de esos ojos color cafés pero no podía derramarlas, lo hace por su felicidad, por el amor que le tiene y eso es lo que importa. Mientras él sea feliz ella igual lo sería

- A-Aome - su cuerpo estaba purificandose, lo podía sentir, su debilidad se desvanecía poco a poco - Gracias, gracias por esto - cerró por un momento sus ojos y al abrirlos, aquel brillo rosa claro desapareció. Inuyasha volvió a tomar en brazos a Kikyo, no pudieron evitarlo, estaban tan felices un beso fue la forma de manifestar el como se sentían. Aome alejó sus manos, se puso de pie, les regaló una gran y hermosa sonrisa; decidió regresar con sus amigos.

Está hecho, no hay marcha atrás, ellos estarán juntos, terminarán con Naraku, la perla y finalmente... Serán felices.

Todos estaban completamente sorprendidos se supone que con el arco y una flecha podría purificarla ¿como es posible que sólo con sus manos lo haya hecho? Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Aome llegó con ellos, su tristeza se notaba a pesar de que trataba de ocultarla con una sonrisa falsa, Sango se levantó rápidamente y la abrazó con la intención de que se sintiera acompañada

- Aome ¿te encuentras bi... - no pudo completar su pregunta ya que fue interrumpida cuando sintió como su amiga la abrazaba con más fuerza; así permaneció unos instantes hasta que Aome se apartó un poco

- Descuida, estoy bien ¿por qué no estarlo? - agachó su cabeza y suspiró - ¿Puedes prestarme a Kirara?... Por favor

-Claro, Kirara - la gatita subió a su hombro - ve con Aome - Kirara maulló, bajó, se acercó a Aome y se transformó

- ¿Qué es lo que piensa hacer señorita Aome? - preguntó el monje Miroku

Aome ya no pudo contener las lágrimas, al percatarse rápidamente las limpió - Voy a casa, vol-volveré mañana al amanecer - Ya estaba lista para montarse en el lomo de Kirara, sin embargo, su acción fue interrumpida por Koga el cual la agarró del brazo y acercó a su cuerpo envolviendola en sus brazos

- No llores, no me gusta verte así... Mejor sonríe, sonríe para que todos puedan ver lo hermosa que eres - Apartó un poco a la muchacha y con sus pulgares limpió delicadamente las lágrimas que nuevamente habían salido de los ojos cafés de Aome

-Koga... - le dedicó una sonrisa... Nuevamente falsa - Gracias

- Puede que no sea la sonrisa de siempre pero... Te vez hermosa - Nuevamente la abrazó

Después de unos segundos Aome se apartó de Koga y subió a Kirara, emprendieron vuelo y desaparecieron de la vista de los demás.
Shippo estaba molesto ya que sabía como se sentía Aome, sabe que lo hizo por la felicidad de ellos pero ¿que hay de su felicidad?

- Creo que también debemos irnos, Sango, joven Koga. En lo que regresa Kirara será mejor acortar el camino a la Aldea de la Anciana Kaede, aparte, será mejor dejarlos a solas - Todos asienten y dan media vuelta

Inuyasha se percató de lo que hacían sus amigos, trató de detenerlos, pero no contaba con que Shippo...

- ¡Todo es tu culpa. De no ser por ti ella no estuviera sufriendo a cambio de tu felicidad! ¡No recuerdo que tanto ha hecho ella por ti, para que TÚ TE QUEDES CON ALGUIEN QUE YA NO PERTENECE A ESTE MUNDO y si está aquí es gracias a la bruja que le dió UN MALDITO CUERPO DE BARRO Y HUESOS! -

Silencio, nadie sabía que Shippo tuviera un carácter tan fuerte a pesar de ser un niño, nadie sabía que responder excepto...

- NO DIGAS ESO DE KIKYO - Inuyasha estaba sumamente enojado por lo que dijo el kitsune, sin pensarlo, rápidamente se puso frente a él y le propicionó un golpe en el que no midió su fuerza provocando que quedase inconsciente, el cuerpo del pequeño salió por los aires aterrizando un poco más allá de Sango la cual fue inmediatamente a su lado una vez lo alcanzó

Fue al lado de Sango y Shippo; Koga se puso a la altura de Inuyasha

-¡¿ESTÁS LOCO?! ¡Es un niño, PUEDES CAUSARLE UN GRAN DAÑO, Perro Pulgoso! Tú no eres así - quería golpearlo, pero por ahora no sería necesario iniciar una pelea

- Maldición, que hize... ¡Shippo! - Quería ir a su lado pero el monje Miroku lo detuvo poniéndole frente su bastón

-No te acerques Inuyasha, creo que ya hiciste demasiado - dijo mirándolo seriamente

- Su excelencia, yo cargaré a Shippo. Debemos atenderlo, no hay sangre pero fue mucho para su pequeño cuerpo - con cuidado lo tomó en brazos y se puso de pie - en lo que Kirara regresa debemos ir a la aldea más cercana - volteó a ver a Inuyasha - InuYasha, ¡no olvides que es un niño! -

No tenía caso que respondiera, no sabía que decir. Tienen razón, es un niño, no debió golpearlo así, Kikyo se encontraba pasos detrás de él. Inuyasha veía como los chicos alejaban, ¿con que derecho debía detenerlos? Se dió media vuelta y Kikyo le dió un abrazo

-Sé que no pensaste Inuyasha, tranquilo, te aseguro que se encuentra bien - él le devolvió aquel gesto

No pasó mucho cuando vió a Kirara sobre sus cabezas tratando de alcanzar a los demás, sin duda regresó rápido, todos se subieron a ella y empezó su marcha a la Aldea de Kaede

- Kikyo, lamento que me hayas visto golpear a Shippo... Ya que sé cuanto te gustan los niños - dijo con un tono melancólico

-Inuyasha... Descuida, igual iremos a ver como se encuentra, vamos a la aldea de mi hermana ¿te parece? - Le dió un beso en la mejilla

Inuyasha sólo asintió, se inclinó para que Kikyo subiera a su espalda y comenzó a correr en dirección a la aldea de Kaede.













Quiero aclarar que este fanfic es Inukag uwu

El sufrimiento de Aome [Inuyasha] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora