Capítulo 9

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- E... Está... Muerta...

Inuyasha aún no podía creerlo. Se acercó y con gran fuerza apartó al lobo, se sentó sobre sus piernas y tomó el cuerpo de la chica.
Era verdad, ya no respiraba y no podía ecuchar el latir de su corazón. Lágrimas empezaron a caer sin control.
Falló.
Falló.
Falló completamente.

No sabía ni que pensar, Miroku abrazaba a Sango que parecía pronto perder la cabeza. Shippo estaba en sus brazos, sus llantos le provocaban gran tristeza, había perdido a su padre, ahora a perdido a aquella que consideraba una madre y una amiga.

Ya no pudo aguantar y también lágrimas cubrían sus mejillas, Kaede había tomado gran cariño por esa niña y quería protegerla, no pudo hacerlo tampoco. Kikyo no podía creerlo, no pudo salvarla o evitar aquella cruel muerte... No pudo...

Koga, aún tirado en el suelo sollozaba amargamente, Inuyasha hipaba disimuladamente, con cuidado y delicadeza arreglaba los desordenados cabellos de Aome y acercó el rostro de la chica al suyo.

- No pude protegerte, no cumplí mi promesa... - Gruñó débilmente - No pude decirte nada por mi estúpido orgullo - su voz parecía más un susurro - Perdóname - su mirada aparentaba que se volvería loco.

Alejó a Aome de su rostro y la abrazó aferrandola a su cuerpo, no quería soltarla, no podía, por lo menos deseaba quedarse así, de esa forma.

Koga no soportó más estar ahí, estaba furioso, pero sumamente triste, se levantó y salió de la cabaña. No alzo en ningún momento su cabeza.

Una vez el lobo salió, los que quedaron adentro no pudieron aguantar ocultar su voz, Inuyasha dió un fuerte grito que pareció había lastimado su garganta.

Sango tampoco resistía, sus piernas le fallarían en cualquier momento, Miroku limpió sus lágrimas y siendo el soporte de la exterminadora salió de la cabaña, Shippo los acompañó

- Kaede, es mejor que nosotras también salgamos... Nosotras... Debemos... Debemos preparar todo para despedirla adecuadamente - soltó ligeramente el agarre a su hermana, limpió con sus duros pero suaves dedos las lágrimas de la anciana, se levantó y ayudó a hacer lo mismo con Kaede. Salieron, dejando a Inuyasha con Aome.

- Aome po favor ¡No puedes hacer esto! Dijiste que estarías a mi jodido lado por siempre - con sus manos terminó por cerrar completamente los ojos de la chica - TONTA TONTA TONTA... Tonta... -  Nuevamente las lágrimas salían sin control, soltó un poco su agarré y escondió su rostro en el cuello de Aome - Qué se supone... ¿Qué le diré a tu madre? Dime... Ella te está esperando... Con deliciosa comida y una sonrisa... Me contabas que tu abuelo te relataba historias ¿no?... ¿Qué diablos le diré a él?... Tu hermano... El pequeño Sota... ¡Tu hermano espera tu llegada para escuchar sobre tus aventuras! ¡¿Ahora qué le diré?! ¡Hola Sota! Tu hermana falleció por que no llegué a tiempo y no supe quien fue... ¡Su herida era peor de lo que te estás imaginando!... No... No... Aome tú no - limpió sus lágrimas - Creo que ya no sé que digo exactamente... ¿Quién te hizo esto? Juro que lo haré sufrir... Lo encontraré... - Tomo y alzó delicadamente su barbilla - Nunca te lo dije, te hize pasar malos momentos - le dió un corto beso en sus labios - La mujer con la que estaba dispuesto a pasar el resto de mis días... Eras tú, solo quería tenerte a mi lado... Tardé en comprenderlo... Si de verdad amaba a Kikyo ¿por qué mi corazón se aceleraba al tenerte cerca? Te amé demasiado... Disculpame por lo que te hize, no quería besarla... Fue un estúpido error, debí solo correr a tu lado, y ahora... - la acostó, se levantó y limpió sus lágrimas - Disculpame... Aome, te amo y siempre lo haré... Te amo... Te amo

Ligeramente más tranquila, Sango ingresó nuevamente a la cabaña

- Inuyasha... - Nuevamente su voz se rompía con cada palabra - Inuyasha... Debemos eliminar a quien haya hecho esto - sus manos formaron unos puños - Debemos regresar a donde la encontramos, forzarnos a encontrar algo... - giró su cabeza, respiró ondo y volteó a ver a su amigo - Kaede y Miroku han platicado y... Como no puedes llevar su cuerpo con su familia... Inuyasha, vamos a cremarla - colocó sus manos en el hombro del híbrido y sintió cuán tenso estaba - Sé que esto es muy fuerte pero es lo mejor... No quiero que su cuerpo se pudra mientras descubrimos como llevarla a su época... Sólo sé - Nuevamente lloraba - No quiero ver como se pudre... Ahora es mejor que salgas, debemos prepararla

Inuyasha se levantó y después de unos segundos pudo dar el primer paso para salir, giró a ver a Aome, no olvidaría su rostro, su apoyo, su voz... Salió e inmediatamente entraron las sacerdotisas para ayudar a Sango.

Miroku no encontraba las palabras adecuadas para apoyar o tranquilizar a su amigo, no se imaginaba por el gran dolor por el que estaba pasando. Los aldeanos ya habían sido notificados de la muerte de la chica; estaban preparando lo necesario. Una vez listo, dos hombres ingresaron a la cabaña y salieron con el cuerpo de Aome recostado en unas mantas blancas.

Aome parecía tener una expresión triste, no se veía... Tranquila. Estaba vestida con un traje de sacerdotisa limpio y en buen estado. Atrás de ellos salieron las tres mujeres. Colocaron el cuerpo en la base que previamente prepararon, Kaede comenzó la ceremonia junto con Kikyo. Inuyasha permaneció alejado del cuerpo de Aome, aún no podía aceptarlo.

Llegó el momento de quemar el cuerpo, un momento sumamente fuerte para sus amigos.

Nadie imaginó lo que sucedería después.

Antes de que el fuego consumiera a la chica, alrededor de esta emergió un campo de fuerza que impidió que el fuego siguiera avanzando. Del pecho de Aome salió su tan odiado enemigo.

- Vaya, pero que hermosa ceremonia te han hecho Aome

No tenían cerca sus armas, Shippo aún se encontraba fuera de sí.
De un salto Inuyasha desenvainó a Colmillo de Acero e intentó impactarlo en él, pero fue rechazado por el campo

- Maldito ¡¿Acaso después de todo fuiste tú?! ¡¿Qué haces?! ¡SUELTALA! - Gritó golpeando desesperadamente una y otra vez el campo, pero de nada servía, por más fuerza que empleara seguía siendo rechazado

Naraku sólo reía, sus tentáculos ya sostenían a Aome, no conforme la acercó a su cuerpo y la rodeó con sus brazos

- ¿Yo tuve que ver con esto? No sé de qué hablas, sólo... Estoy aprovechando esta excelente oportunidad - Empezó a alejarse del suelo - Antes fallé, pero ahora saldré victorioso - Río - Chicos, querida Kikyo. Esto es lo que pasa cuando me hacen enfurecer. Es mi venganza, mi golpe final.

Tanto Aome como Naraku desaparecieron en una nube de miasma

El sufrimiento de Aome [Inuyasha] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora