Extra: ¡Kacchan, me gustan tus celos!

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Cuando Izuku Midoriya aceptó salir con Katsuki Bakugo, no tenía idea que sería celoso.

A quién engañamos. Deku sabía perfectamente que ese chico tenía los celos en la vara alta.

Y aun así lo amaba mucho, ya que en cierto modo, los celos de Katsuki lo enternecian muchísimo.

Como cuando estaba hablando con alguien y de la nada llegaba su novio, abrazándolo por la espalda y dejando un beso en su cuello, sin importarle quién lo viera.

O que de pronto apareciera en un lugar y le gritara «¡Deku maldito, ven a besar a tu novio!».

Pero si se pudiera comparar el Katsuki con celos en su relación de ahora, que llevaban ya diez meses de novios y el Katsuki con celos del inicio, era mortal la diferencia.

Tan acostumbrado estaba el rubio a esconder lo que sentía, que en cuanto la llama de los celos se encendía y sentía ganas de llevárselo lejos, solo bajaba la cabeza y se callaba.

No mostraba nada de sus celos y se los guardaba para él, asesinando de una y mil formas diferentes al tipo de ojeras y al bastardo mitad mitad.

No quería por nada del mundo que Izuku lo dejara por ser un celoso y posesivo de mierda, así que se comportaba normal y tranquilo.

Bueno, tampoco sabía que el pecoso tenía tantas ganas de que lo celaran y que demostrara esos celos abrumadores.

Porque sí, Izuku se moría de ganas de que su Kacchan mostrara sus celos.

¡Pero Kacchan no decía nada! ¡Ni se molestaba!

¡Aún cuando el chico sabía de primera mano que Kacchan era muy, pero muy, posesivo!

Cuando eran pequeños, no lo compartía con nadie. Era solamente propiedad de Katsuki Bakugo -por mucho que le molestara ser llamado "propiedad"-.

Y.

Ahora.

Kacchan.

No.

Hacía.

¡Nada!

Izuku se preguntaba si tal vez eso también lo había cambiado.

Pero, necesitaba confirmar sus dudas.

Ni siquiera tuvo que idear un plan. El universo estaba a su favor.

Pues un día, en plena salida grupal con sus amigos, un niño que estaba aprendiendo a usar su particularidad, señaló con su manita a Katsuki y un rayo salió disparado en su dirección.

Para cuando el rubio despertó, su novio le informó algo inesperado.

-El don del niño te golpeó, Kacchan -susurró Deku, con fingida tristeza, ¡esa era su oportunidad!-. Dijo Recovery Girl que desde el efecto duraba un mes y durante ese tiempo, dirías todo lo que te guardas dentro, pues su poder es Revelación.

Katsuki no podía odiar más al mundo en el cual había nacido y tenía unas ganas de ir y darle un golpe al ser divino estúpido y maldito que estaba escribiendo su historia.

¿Cómo iba a sobrevivir un mes sin poder esconder la gran gama de sentimientos que tenía? Porque lo que le mostraba a su novio no era ni la mitad de tantos sentimientos que acumulaba. Tenía miedo de que Deku lo sintiera demasiado intenso.

Katsuki es de esas personas que aman con todo. No a medias. No en partes.

Todo.

Y su pobre y fallido intento de esconder lo jodidamente celoso que se sentía, fue un día después, cuando Mei Hatsume estaba felizmente toqueteando a Deku para imaginar cómo se vería en el nuevo prototipo de traje que le estaba preparando.

¡Deku! (Katsudeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora