05.

425 47 1
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Estaba de lo más aburrido, no tenía nada que hacer, solo estar sentado en el sofá esperando nuevas noticias de parte de mi abogado.

¿Debería contar cuantos pequeños cuadrados de madera tenía mi piso?

Eso de alguna manera parecía ser lo más entretenido del momento.

1; 2; 3; 4; 5; 6; 7; 8; 9; 10... ;144; 145...

Tenía las intenciones de seguir hasta el final, sin embargo, tres toques de la puerta me distrajeron por completo, era una mescla extraña de emociones, estaba feliz por que había alguien que podía entretenerme en esos momentos de tortura y aburrimiento, pero por otro lado, estaba en el cuadrito 145 maldición, me había costado bastante tiempo llegar a ese número.

Escuché otra serie de toques provenientes de la puerta.

- Ya voy, ya voy. - Me paré del sofá yendo a ver quien era el que molestaba.

El rechinar del metal oxidado de la entrada rechino al momento en que la abrí.

No tuve oportunidades de decir nada ya que inmediatamente sentí un leve ardor en mi mejilla causando voltear mi cabeza por el reciente impacto.

- ¿Qué mier...? - No pude continuar ya que unos débiles brazos me rodearon mientras que yo sobaba la mejilla que había sido golpeada. ¿Armin? - Pregunté al agachar mi mirada y ver esos característicos cabellos dorados.

- Te lo dije idiota. - Me susurró.

Sabía a que se estaba refiriendo.

- Decídete, ¿Vienes a golpearme o a abrazarme? ¿Vienes a reprocharme o por que me extrañabas? - Dije algo divertido por la actitud bipolar de mi amigo.

- Los dos.

Tardé un poco en darme cuenta de la tercera persona que aún se encontraba afuera del departamento esperando a que lo dejara pasar.

- Levi, pasa. - Me hice a un lado dejando espacio suficiente para que entrara si problemas.

El azabache pasó sin nada que decir y se sentó en el mismo sofá en donde yo había estado por un largo tiempo.

- Tu casa está hecha una mierda, limpia ¿Quieres? - Su rostro representaba asco total de todo.

No tenía la culpa, su visita me había tomado por completa sorpresa, aunque claro, él me había advertido de eso desde un principio.

Además solo había un poco de polvo y un par de platos sucios que iba a lavar más tarde.

- Él quería verte. - Habló nuevamente señalando al rubio que seguía sin soltarme.

- No le dije nada, Eren. - Murmuro sin alejarse de mí. - Saqué mis propias conclusiones del caso, creo saber lo que pasó con exactitud entre Floch y tú.

Reí por eso.

La gran inteligencia del menor era algo que conocía desde pequeño, cada película que contenía un gran misterio, antes del final siempre sacaba sus propias hipótesis del caso, y todas fueron acertadas.

- Lamento tanto no haberte hecho caso esa vez.

Negó con la cabeza.

- No quiero que te arresten. - Se separó.

- Intentaré que no lo hagan. - Su rostro seguía mostrando unas tristes emociones. Desde que su abuelo murió yo soy su única familia y él también lo era para mi. - Después de toda esta locura iremos a la playa, sé que es tu lugar favorito.

- De acuerdo.

- Dejen de murmurar sus cositas, necesito saber que ocurrió, si no me dicen absolutamente nada no podré ayudarlos en esto. - Levi estaba sentado en el sofá con sus piernas cruzadas al igual que sus brazos y una cara de muerte que era dirigida hacia nosotros.

No hablamos más y nos acercamos a donde estaba él.

- Bien. - Dejé caer mi peso en una de las sillas que se encontraba en la sala. - Yo soy culpable.






Continuará...






The criminal's lawyer  ᴱʳᵉʳⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora