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- Yo soy culpable.

Los ojos del rubio se abrieron con sorpresa.

Mientras que yo ya estaba acostumbrado a ese tipo de cosas.

El idiota intentó mentirme de una manera muy absurda, supongo que tenía miedo de declarar algo, sin embargo, mi trabajo era ese... mentir para que los acusados salgan con un montón de palabras que debía ser elegidas correctamente ya que un paso en falso ante el jurado era como un destino inevitable, mi única opción era ganar el juicio ya sea de una manera honesta o en base en un montón de pruebas verdades, pero con otra historia que contar y sin mencionar a los testigos, quienes fácilmente podían dar la vuelta al caso si es que no tenían las palabras adecuadas.

- Que sorpresa, necesito que me cuentes la historia completa.

- De acuerdo.

Tomé mi libreta junto con mi lapicero y de esa forma empezar a escribir todo lo que él me decía.

- Hace aproximadamente siete meses, Floch Forster, un chico pelirojo, me había contado de muchos planes de robo que había cometido, dijo que de esa manera su vida era más sencilla sin contar con las partes del escape si es que la policía se enteraba de lo que había cometido. - Habló mientras yo anotaba las partes importantes. - Dijo que nunca lo habían atrapado gracias a sus grandes habilidades de escape. Tiempo después me propuso hacer equipo con él y de esa forma ganar dinero.

Su historia paró de repente. Alcé la vista queriendo comprobar lo que pasó y pude observar como el castaño miraba a su mejor amigo.

Era como si se estuvieran comunicando con los ojos. Vi un ligero asentir de parte de Armin.

Escuché un suspiro que mostraba estrés.

- Le dije todo eso a Armin intentando obtener un consejo, pero todo eso terminó en pelea y acabé por aceptar el patético plan de Floch. - Jugueteaba con sus propios dedos mostrando nerviosismo. - Para todo esto ya había pasado como tres meses. Después de la decisión que tomé empezó lo que creí que sería una vida casi perfecta. Los días pasaban con normalidad hasta que sucedió algo inusual que en ese momento ignoré por completo.

Lo miré con atención esperando a que siguiera hablando.


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- Hace dos meses, nosotros estábamos en su departamento celebrando por lo perfecto que había salido el último robo, bebimos y yo me encontraba algo ebrio, pero estaba consiente de mis acciones. Él dijo que quería ir al baño y que en un momento volvía, desde hace un tiempo tuve curiosidad por una habitación en específico que él no quería mostrarme, vi su ausencia como una oportunidad. 


↓Dσѕ мeѕeѕ anтeѕ...↓

Con la curiosidad consumiéndome, azotaba las puertas de los cajones en busca que algo que fuera interesante, la extraña actitud de Floch por proteger este lugar no era normal, era más que obvio que ocultaba cosas aquí, además la condición del chico estaba a mi favor, pude escuchar las arcadas que tenía al momento de vomitar gracias al fuerte eco del baño.

Busqué y busqué, sin embargo, aún no encontraba algo que llamara mi atención, estaba a punto de rendirme y salir de la habitación para después actuar como si nada hubiera ocurrido.

 Hasta que un extraño cajón que se encontraba justo al frente mío causó interés.

>> Era el único lugar que me faltaba inspeccionar. <<

Con rapidez me dirigí al pequeño cuadrado de madera, intenté abrirlo con simpleza, pero estaba cerrado con seguro, la única opción era buscar la llave que para mi buena suerte la había visto anteriormente al momento de ver toda la habitación.

Sujeté aquella llave y la introduje en la cerradura, lo abrí y miré un montón de papeles, parecían ser una clase de expedientes. Pero el tiempo se me había acabado, escuché la puerta del baño ser abierta. 

- ¿Eren? - Preguntó al no verme en el sofá.

- ¡Aquí estoy! - Dije desde la cocina que se encontraba un poco más al fondo.

- ¿Qué haces?

- Lo siento, solo quería algo de agua, el alcohol no me está cayendo muy bien.

Él asintió entendiendo lo que había dicho y después acercarse a mi con un notorio tambaleo causado por las bebidas que había consumido.

- ¿Todo bien? Estás sudando.

- Ah lo siento, te tardaste un poco en el baño y fui al de visitas a lavarme la cara.

- De acuerdo...

- Creo que es mejor que me vaya, es un poco tarde.

- ¿Ah? Ah si, claro, nos vemos luego.

Apresuré el paso con destino a la salida y sin decir más me largué del lugar, no sin antes tomar mi mochila.

Caminé por las oscuras calles que a duras penas eran iluminadas por los faroles que muy vagamente me mostraban el camino que debía tomar.

Cuando llegué a casa, saqué los archivos de mi mochila. Los coloqué en la mesa y empecé a revisarlos.

Todos contenían información de personas, todos hombres.

- Jean Kirstein, Marco Bott, Bertolt Hoover, Connie Springer, Reiner Braun.

>> ¿Quién mierda eran ellos? <<

Espera...

- Eren Jeager.

Mi nombre estaba escrito en unos de los mucho papeles, miré con más interés, todos mis datos estaban escritos en ese papel hasta lo que no le había contado.


 Acтυalιdad...

- Al día siguiente regresé todo a donde estaba, decidí no hablar de eso con él e ignorarlo, aunque las preguntas me atormentaban.

- ¡Ey! Mocoso, todos los nombres que mencionaste antes, le pertenecen a personas que hasta el día de hoy están en la cárcel por la misma razón por la que fuiste acusado. - Mencionó. - No creo que todo esto sea coincidencia. Sigue contándome hasta cuando te encontraron.

>> Floch ¿Qué mierda hiciste? <<




Continuará...





The criminal's lawyer  ᴱʳᵉʳⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora