Alfa destinado #1 [YOONMIN]

One

Jimin se consideraba alguien paciente, que podía esperar el tiempo que fuera para algo, pero eso no aplicaba para ese momento, en dónde estaba mordiéndose las uñas impaciente por una respuesta.

Había mandado una solicitud de empleo a una de las más grandes compañías de entretenimiento. Una solicitud en dónde pedía ser estilista de alguno de sus idol's y no podía estar más que ansioso por qué lo contrataran.

– Por dios, Jimin. Deja de ver el celular, solo a pasado un día desde que te hicieron la entrevista y dijeron que dentro de tres días te marcarian para ver si eras aceptado o no. – renegó él omega frente a él, al ver que su amigo no le prestaba atención.

– Estoy muy ansioso, Tae. Es imposible no ver mi celular cuando sé que la oportunidad es muy grande. – explicó Jimin dejando su celular en la mesita de centro de la sala y acercándose a su amigo en la cocina.

– Lo sé Jimin, solo que de tanto que estás pensándolo vas a terminar deprimido sino te llaman, aunque sé que te llamarán eres muy bueno con tú trabajo. – dijó Taehyung para mirar al omega – Solo mira mi cabello, es hermoso. – añadió esté tocando con sus manos su azulado cabello alborotandolo.

Jimin sonrío dejando a la vista sus ojos en medias lunas, se sentía tan satisfecho con solo ver a Taehyung sonreír y amar lo que él le hacía.

Aún recordaba las primeras veces que tiñó su cabello o incluso cuando se lo cortó y aunque el resultado había sido terrible, Taehyung siempre sonreía con agrado a lo que le hacía.

– Vamos, pidamos algo para comer. – dijó él peliazul tomando los hombros del omega quién frunció él ceño en molestia.

– ¡Dijiste que te enseñaría a cocinar! – reclamó Jimin viendo a su amigo rodar los ojos.

– Es muy tardado y ya tengo hambre. Mejor pidamos pizza.

Taehyung elevó sus hombros con desdén tomando su celular. Jimin rodó los ojos por la actitud de su amigo omega.

Y aunque quería molestarse con su amigo solo podía reír por lo bajo cuando vió que no encontraba el teléfono de la pizzería.

Su amigo era todo un caos.

*****

Sus manos temblaban con nerviosismo al igual que su corazón latía fuertemente dentro de su pecho al ver el gran edificio frente él.

Estaba feliz, muy feliz y emocionado, pues le habían dado el empleo como estilista y vaya que era increíble.

Era un nuevo logro, una nueva meta cumplida.

Ese día sería su primer día de trabajo, en dónde le asignarían a un Idol para que fuera su estilista y lo pondrían a prueba para futuras presentaciones.

Iba vestido con un pantalón negro ajustado y una camisa de botones celeste, su cabello negro estaba perfectamente peinado dejando a la vista su frente.

Entró a ese gran edificio viendo cómo atraía las miradas de todos más nunca bajo su mirada sino siguió caminando hasta llegar a la recepción.

Una joven chica lo miró sonriendo, la había conocido al hacer su entrevista, más no recordaba su nombre.

– ¿Park Jimin? – preguntó ella con amabilidad haciendo al omega asentir.

– Sí, soy yo.

– Un gusto volver a verte y bienvenido. Te pido que tomes esto. – dijó pasándole una tarjeta de identificación con su nombre y fotografía – Y lo esperan en el quinto piso. Mucha suerte.

– Gracias. – agradeció con una reverencia para después poner la identificación en su camisa y avanzar hacia el elevador.

Las puertas se abrieron y Jimin entró poniendo el número cinco en éste. Mordió su labio inferior con nerviosismo y trató de controlar su respiración y no alterarse más de lo que ya estaba.

Las puertas se abrieron nuevamente, Jimin vió una pequeña recepción con sillones de espera, pero no había nadie allí, solo un hombre quién estaba en uno de los sillones con la vista en su celular.

Caminó saliendo del elevador con nerviosismo.

– Park Jimin, ¿Verdad? – interrumpió el silencio aquél hombre, llamando la atención del omega quién asintio rápidamente. – Vamos a mi oficina, te explicaré algunas y conocerás al Idol de quién serás estilista.

– Sí, Sabonim.

Sus manos comenzaron a sudar y no sabía él porque pero su lobo en su interior se encontraba ansioso, sin ninguna razón.

***

Después de una larga charla de una hora aquél beta llamado Ha Joon se levantó de la silla de su oficina haciendo que el nerviosismo invadiera de nuevo a Jimin.

– Te presentaré al Idol. Su nombre es Min Yoongi y es solista, esperó logren llevarse bien. Es algo arisco y un poco insensible pero es buena gente cuando lo conoces bien. – explicó su jefe mientras seguía sus pasos hacia el elevador.

La espera fue larga, sintió el tiempo avanzar más lento y cuando menos lo espero, ya estaba frente a una puerta marrón, dónde en el suelo se podía ver una característica alfombra de un gato con una gran que no podía entender muy bien.

Su jefe tocó la puerta haciendo que mordiera su labio inferior con nervios y su lobo se removiera ansioso en su interior que incluso le dió temor.

No conocía a ese Idol, ni se había molestado en investigarlo y eso lo hacía ponerse más nervioso.

La puerta fue abierta pero lo que más llamo su atención y hizo su corazón latir con fuerza en su interior, fue ese aroma a vino tinto provenir de aquél lugar.

Un chico de piel pálida, ojos gatunos y cabello rubio abrió la puerta haciendo al lobo de Jimin removerse inquieto en cuanto sus ojos conectaron por primera vez.

Jimin frunció el ceño confundido, sin saber qué pasaba aún sintiendo aquél exquisito aroma a vino tiento en el ambiente, tan tentador. O más bien sí sabía que pasaba más en su racionalidad se negaba a qué su destinado fuera un Idol.

Pero eso no quitaba el hecho de que ese chico alto de piel pálida fuera hermoso ante sus ojos.

Y tal parecía que él también se había dado cuenta, pues no despegaba sus ojos de él, haciendolo sentirse un poco intimidado.

Él beta carraspeó llamando la atención de ambos chicos quienes lo miraron rápidamente.

– Yoongi él será tú nuevo estilista, espero lo trates bien porque es el último que te consigo.

Y con esas solas palabras el mundo del rubio cambio por completo al ver a aquél chico de mejillas sonrosadas, cabello negro y delicada figura.

Y sobre todo llamo su atención aquél delicioso aroma a mandarinas que provenía del Omega.

Sabía que no solo sería su estilista.

🍷🍷🍷🍷

Nota de la autora:

¡Hola!

Esta historia ya tiene tiempo que la queriamos publicar así que espero disfruten la lectura.

No tengo mucho que decir así que: 

¡Nos vemos pronto!