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Los días seguían pasando, nuestra paciencia en particular se iba terminando cada vez más, me encontraba durmiendo cuando la puerta se abrió y Lucille entro, me desperté de mal humor:
-Vamos Audry, tenemos cosas que hacer.
-¿Y ahora que?
-No te pongas a la defensiva, aún no te conté mi sorpresita.
-Tus sorpresitas, siempre tienden a ser una mierda- caminábamos junto a dos guardias.
-Esta te gustará o bueno, eso realmente no importa mucho, a nosotros nos entretiene.
-¿Qué es eso?- pregunté observando atenta el lugar, parecía como si estuviéramos en un teatro, había sangre en el piso.
-Es nuestra arena de batalla.
-¿Y se supone que vos peleas o es solo para ver cómo otros lo hacen?
-Deja te explico en mi oficina- no podía quitarme aquella imagen de la cabeza, ni el coliseo romano en sus mejores épocas estaría con el piso bañado en sangre.
Entramos a su oficina, la hermana de Roger estaba limpiando las ventanas en completo silencio, no volteo a vernos, me senté en el sofá frente a Lucille:
-La situación en que te encuentras no es para nada favorecedora, cariño.
-¿En serio? No me había dado cuenta- le respondí con sarcasmo- y yo que la estoy pasando de maravilla encerrada en esa estúpida caja.
-Tranquila, escucha quiero que tu estadía sea la más placentera.
-Dejar ir a mi gente, suena sumamente placentero.
-No soy estúpida.
-No lo pareces- ella frunció el seño- ¿Que es lo que querés ahora?
-Quiero que seas mi gladiadora.
-¿Y eso te parece placentero? Lo lamento tanto por tu esposo si para él, asesinar a gente mientras los demás observan y alientan el espectáculo, era placentero según vos.
-Audry, mi niña, sé que aprecias mucho a tu gente pero ellas seguirán muriendo si vos no das la cara por ellos.
-¿Qué ganó a cambio? No tenes mucho para ofrecerme, a decir verdad casi nada.
-Cariño, podrías salvar a tu gente y a los niños, te daré diez minutos para que lo pienses- se levantó y junto a los guardias salió de la habitación.
-Ey- susurré, la chica se dió media vuelta nerviosa, le pase un papel donde Roger había escrito.
-Acepta o ella matará a todos- susurró muy bajo, casi no escuchaba lo que decía- por favor, te ayudaré.
-Es un trato- ambas estrechamos nuestras manos, nos separamos, ella siguió limpiando las ventanas y me devolvió el papel, lo guarde en mi pantalón, abrí la puerta para salir- quiero a mi gente lejos de esto.
-Me encanta cuando nos ponemos de acuerdo.
Volví a la caja en silencio, me encerraron sin más:
-Tu hermana está bien- le mencioné- pero acá hay otro problema.
-¿Qué pasó? Queremos escuchar.
-Tienen un coliseo falso abajo.
-¿Coliseo?- preguntó Roger, parecía que el color hubiese abandonado su cuerpo- Dime que no aceptaste.
-¿Cómo lo sabes?
-Audry, dime por favor que te negaste a hacerlo.
-No hay opción Roger.
-No puedes hacerlo, es morir o ganar.
-Lo sé.
-¿Qué? No entiendo.
-Hace silencio Carl, quiero escuchar- lo reprendió Dwight.
-Audry, no sabes a lo que te enfrentarás ahí abajo.
-Roger, sea lo que sea, yo puedo hacerlo.
-Es un horror, las peleas solían ser unas dos veces por semana y a veces hasta tres, Audry no sabes en lo que te mentiste.
-Ella podría tener a los niños, no voy a arriesgarme tanto.
-¡No eres la mujer que conocí!
-¡Bienvenido al club de creer que me conoces y luego no!
-¡Ella hará todo para que pierdas!
-¡Yo ganaré, Roger! Además, tengo a tu hermana de nuestro lado.
-Esto no será para nada fácil.
-¿Cuando algo de lo que vivimos desde que llegaste, fue fácil?
-El coliseo es peor de lo que te imaginas y más si solo vos vas a ser la que compita, podrás pelear por todos nosotros pero ¿qué es lo que estás dispuesta a perder?
-Nada, yo jamás pierdo y el coliseo no será la excepción.
-Pareciera que no lo entendieras.
-¿Qué otra opción crees que tengo?
-¿Y cuál es tu maldito plan en todo esto?- me observaba enojado.
-Aumentare la apuesta.
-No lo permitirá, te engañara y lo sabes.
-Roger, es lo único que tenemos.
-Debi suponer que traería la locura de su coliseo para acá también- suspiró frustrado.
-¿Cuándo empezarás?- preguntó Dwight.
-No lo sé pero debo empezar a prepararme para cuando ocurra.
-Audry- me llamo Carl, me acerque al agujero para poder verlo- te amo.
-Yo también- le sonreí.
  Pasaron dos días hasta que Lucille volvió a aparecer, me ofreció que tomara una ducha en mi antigua habitación antes de mi primera presentación en el coliseo, acepté y me despedí de Roger. En el camino me sentí como un pequeño animal indefenso, no quería pelear pero si alguno de nosotros no hacía algo ¿quién sabe cuánto tiempo más seguiremos acá? Extrañaba a mis bestias y ansiaba volver a verlas, me observé en el espejo del baño, tenía notorias ojeras, mi pelo era un desastre, tomé una navaja que supe esconder detrás del lavabo, respire hondo y comencé a cortarme el cabello a la altura de mi mandíbula, me dí un último vistazo antes de tomar un largo baño.
Al salir, me vestí con lo que Lucille me había dejado encima de mi cama, una remera pegada al cuerpo, un pantalón cortado a la altura de las rodillas y un par de zapatillas. Me coloque unas vendas en las manos por si no se me permitía pelear con mi katana, las palabras de Roger retumbaban mi mente “es morir o ganar”, definitivamente sé que no estoy lista para reencontrarme con Negan o Daryl donde sea que estén, así que solo me queda ganar, la hermana de Roger, Diana me había dejado una nota con la debilidad del oponente al que me enfrentaría esta noche, antes de pelear ví por última vez la fotografía que Lucille me supo dar para amenazarme:
-Esto lo hago por ustedes, bestias.
Guarde la fotografía en el bolsillo del pantalón, entré a la zona de batalla, un tipo con un megáfono nos dió la bienvenida, el tipo adelante mío era el doble de alto y el triple de ancho que yo pero no me intimidaba, las reglas eran simples, no existían. Espere a que él diera el primer golpe, luego me tocó el turno a mí, le di un fuerte golpear con mi puño en la nariz, mientras estaba distraído volví a golpearlo en su zona baja, de arriba tiraron una navaja, no dude en tomarla, el tipo me golpeó en la mejilla y yo le clave el cuchillo en el ojo, después la pasé con fuerza por su cuello y por último, más para asegurarme de que no se conviertiera en caminante y me hicieran pelear de nuevo, le clave la navaja en su cabeza, declarándome ganadora de la primer noche, recibí algunos abucheos y uno que otro aplausos pero Lucille no we veía para nada contenta, parecía como si le hubiese arruinado su gran noche y eso solo lograba darme felicidad. Regrese a la caja aún con sangre del sujeto, fui recibida con un fuerte abrazo de Roger y un apretón de manos de parte de Carl y Dwight. Esto solo estaba comenzando, yo lo sabía y mejor aún, Lucille también.

Narrador Omnisciente

Paul y Glenn seguían caminando junto a la mascota que había encontrado en la casa donde se vieron obligados a quedarse, era un pequeño gato de pelaje anaranjado:
-¿Sabes que es lo que más extraño? Las galletas que cocinaba tu mamá.
-No eran tan ricas- respondió Paul cargando al gato en su mochila.
-Porque vos no probaste las que hace mi mamá, esas no son ricas.
-Pero si técnicamente siempre viviste con nosotros.
-Desde que vos naciste- lo corrigió.
-Tenemos la misma edad, idiota.
-Ya estamos cerca- mencionó alegre Amy, sumándose a la plática junto a un Negan mal humorado- ¿Listo para conocer el lugar donde vivía ella?
-Es solo un lugar, no significa que vaya a encontrarla ahí... Mamá ya lo dijo, eran ellos o nosotros.
-Ya te dije que te alejes imbécil, Bigotes es mío, consíguete al tuyo.
-Negan- lo reprendió Paul- tenés que ser más amable.
-No quiero y no puedes obligarme.
-Eso pasa cuando no duerme siesta- comento Glenn- ven Negan, te cargaré así duermes.
-No necesito dormir, quiero hablar con mi mami.
-Ya hablamos sobre esto Negan, mamá está ocupada.

-Mami.
-Hola.
-Vos no sos mi mami- los demás se detuvieron al observar que Negan tenía el comunicador, todos guardaron silencio, el pequeño tenía una gran mueca de disgusto en su rostro.
-No, soy Lucille, ¿Quieres hablar con Audry?
-Imbecil.
-Pero que vocabulario que tenés, cariño tu mami está bien, solamente está ocupada y cansada pero le haré saber que quisiste hablar con ella.
-Mi mami te asesinará.
-Lo dudo.
-Pero yo no y eso es suficiente para saber que terminara con tu asquerosa vida.

Negan arrojo con todas sus fuerzas el comunicador al piso, Paul se acercó y lo golpeó con la ayuda de Blake hasta romperlo, Enid se mantuvo a un lado:
-Sera mejor que sigamos caminando- alentó Glenn, cargando a Negan.
-Glenn...
-¿Qué pasa Negan?
-¿Mi mami y papá están bien?
-Si.
-Los extraño.
-Ellos ya vendrán con nosotros Negan, solo que ahora están acabando con unos asuntos que tienen pendientes, cuando menos te des cuenta tu mamá estará acá con nosotros.
-Te quiero hermano.
-Y yo a ti pequeñín, ahora duerme un rato.
Por otro lugar, caminando adelante de los adolescentes y los niños, Enid seguía sin emitir palabra alguna:
-¿Estás bien?
-Lucille... Ella sabe sobre los niños.
-Era de suponerse, estuvo en el reino seguramente vio algo.
-¿Y si... Y si Audry no puede?
-Ella puede.
-No hablaba casi nunca con los niños, no nos daba detalles sobre lo que estaba ocurriendo...
-Enid, conocemos a Audry- tomó su mano- ella está bien, yo también estoy preocupado pero lo bueno y que tenemos que tener presente es que no está sola contra Lucille, tiene a Carl y a Dwight, además ya tendrá a algún aliado.
-Lucille es peor que Negan.
-Lo sé, ese niño pateó a nuestro hijo por acercarse a su gato- Enid lo miro con desaprobación- es en serio ¿Vos no lo viste? Parecía que le fuera a sacar el estómago a Tony con una patada solo por querer acariciar al gato.

La Hija De Negan 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora