CAPITULO 23

1K 126 12
                                    

-Sin editar-

Carla

Cuatro días desde que salí del hospital, y aún no sé nada de Jayden. Intenté no pensar en ello, los chicos me han ayudado en mantenerme distraída. Pero cada vez que me iba a dormir, revisaba mi celular por si no había dejado algún mensaje.

Y no, no me ha escrito en estos últimos días, ha estado en línea en WhatsApp, hasta coloca estados, ¡COLOCA ESTADOS! Y es incapaz de preguntar por lo menos si sigo viva.

En fin, soy una estúpida.

—¿En qué piensas?— me pregunta Malco sentándose a mi lado.

Trae una taza de palomitas de maíz entre las manos y una bebida gaseosa.

Me quedo en silencio, pensando en si decirle realmente lo que pienso.

—En Jayden— respondí con una sonrisa melancólica.

Escucho como suspira y me regala una sonrisa de entendimiento. Toca mi hombro y dice.

—No será fácil, pero mientras menos pienses en él, más rápido dejarás de esperarlo— dice mirándome con comprensión

Mis ojos comienzan a picar y un nudo en la garganta se forma de manera imprevista.

—Hey— me dice mientras nos unimos en un abrazo—, todo estará bien— se separa ligeramente y me da un pequeño beso en la frente—. Y nosotros estaremos contigo.

Le sonrío entre lágrimas y hundí mi cara en su pecho. Estos últimos días no se ha separado de mí ni un momento. Los primeros días fue algo extraño, pero me acostumbré a qué vivieran pisando mis pies.

Malco se separa de mí y gira los ojos con fastidio.

—Cuando vea a Marco con Annie en la cocina, lo van a lamentar— se levanta del sillón y camina a pasos apresurados. No pasaron ni dos minutos cuando escucho a Marco chillar— ¿¡PERO QUÉ COÑO!? ¡PARA QUE TIENEN UN CUARTO! JODER, ¡MI INOCENCIA!

Corrí en dirección de la cocina, este chisme no lo podía perder.

Cuando llegué la risa que estaba tratando de aguantar, salió tan poderosa y estrepitosa.

Marco se estaba acomodando el cinturón del jeans, mientras Annie buscaba su calzón por toda la cocina.

Yo estaba disfrutando el momento, pero creo que a Malco no le hizo mucha gracia.

—Me da vergüenza decir que estoy emparentado con él— señala a Marco con asco—, pero somos significativamente iguales.

No sé el porqué, pero eso me dió mucha más risa, y lo hice. Me reí tanto que se me olvidó todo lo que ha pasado estos días, me olvidé de Jayden un momento. Y ver corretear a Annie en busca de su calzón perdido, hace que todo sea más gracioso. Cuando Andy llegó, se quedó petrificada viendo la escena. Su cara era de asco total.

—¿Por qué tanto alboroto?— preguntó Anthony haciendo que Annie se petrificara en su sitio.

—Nada— respondió ella.

—Pero...— frunció el ceño y señaló lo que estaba viendo— ¿Eso no es un calzón?

Efectivamente, era el calzón de mi amiga encima de un vaso.

—Que asco— dijo Malco haciendo un mohín—, tendrás que comprar nuevos vasos, Carla. Yo no beberé nada en esta casa hasta entonces.

Y mi risa caducó. Miré a Annie que no sabía dónde meter la cara.

Amor de Noches © #1 (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora