Mi Único Gran Amor © Piero Barone (Terminada)

- Capitulo 2 -

"un trabajo sencillo... ya lo veremos"

Empujo las puertas de cristal aun con ese presentimiento extraño, camino hacia el pequeño mesón de piedra donde una recepcionista está concentrada en la computadora

Buenos Días señorita –digo sonriendo, pero ella me ignora, vuelvo a suspirar

Disculpe –vuelvo a llamarla pero ella vuelve a ignorarme, no quiero ser grosera y su conducta se está ganando un insulto, veo como mueve la cabeza de un lado a otro como siguiendo el ritmo de una música que no escucho, alzo mi mano y les saco los culpables de su ignorancia (los audífonos) la chica me observa molesta

Me puede atender  si es tan amable –pregunto molesta, la chica asiente

Si viene a ver al señor Carlo no puede, estamos esperando al nuevo editor en jefe, vuelva más tarde o mañana como usted quiera –responde de mala gana, quiero reírme esta chica estaba perdida en el espacio

Yo soy…-digo dispuesta a sermonearle pero fui interrumpida

Aurora Hernández mi nueva editora en jefe, te esperábamos desde hace un par de horas –dijo una voz masculina, me doy la vuelta encontrándome con Carlo Favata el gerente general de la editorial, un Hombre alto, moreno y de buen parecer

Lamento la tardanza el vuelo se tardó un poco, pero aquí estoy Carlo ansiosa de empezar –contesto estrechándole la mano, me devuelve el gesto y me da dos besos en la mejilla

Un gusto tenerte con nosotros, tanto te esperaba que ya tienes un primer trabajo –dijo sonriendo, asiento emocionada, volteo y la recepcionista nos mira perpleja

Bueno te parece si hablamos de mi primer trabajo en tu oficina –le pregunto sonriendo

Estaría encantado –dijo guiándome al ascensor, al entrar sonrió orgulloso

Cuando vi tu referencia me dije “esta chica debe trabajar para mi” eres una gran editora –dijo Carlo

Muchas gracias señor, en que consiste ese nuevo trabajo –pregunto curiosa, él sonríe con misterio

En la oficina aguanta curiosa –dice con excesiva confianza, debía acostumbrarme a estos tratos, salimos del ascensor y los empleados me observaron con mucho interés, Carlo me llevo a una gran oficina muy bien decorada, cuadros de pintores famosos guindaban en sus paredes, los sillones  semi-cuero negros, su escritorio de mármol, todo bien decorado y con elegancia

Mi esposa la decoro, está ansiosa de conocerte y ya planifico la decoración de tu oficina solo espera tu autorización –dijo Carlo tomando asiento en su silla, me siento en una de las sillas que están frente a el

Estaría encantada de conocerla, bueno dime de que trata ese trabajo estoy nerviosa –digo contenta, él me sonríe

Bueno tu trabajo será crear un libro biográfico de un grupo italiano –dijo recostándose en el sillón  y uniendo sus manos

Y…-dije observándolo

Tendrás que convivir con ellos por tres meses, considero que tres meses serían suficientes para crear ese libro –dijo con seguridad, asiento sonriendo

Tres meses son perfectos para mí, hare ese trabajo con los ojos cerrados –contesto con seguridad

No lo dudo cielo, bueno mañana conocerás al grupo y la próxima semana  tengo entendido arrancara su gira internacional así que te estaré informando –dijo emocionado, asiento con entusiasmo

¿Alguna pista del grupo? –pregunto curiosa, él sonrío con malicia

Espera a mañana, ten paciencia, bueno eso es todo por hoy, puedes ir a instalarte en tu nueva casa e irte acostumbrando a la cultura Italiana –dijo tendiéndome la mano y levantándome de la silla

Te encanta verme curiosa no es así Carlo –pregunte sonriendo  

Me fascina dejarte así, por cierto mi esposa y yo te estaremos buscando a las 6:00 pm para una cena de bienvenida y no aceptamos un no por respuesta –dijo besando mi mejilla

Está bien, nos vemos más tarde, ¿tienes mi dirección? –le pregunto

Claro que si cielo, los italianos nos adelantamos a todo –dijo guiñándome el ojo, suelto una risa

Ya lo creo misterioso Carlo, bueno me largo nos vemos –dije saliendo de su oficina, mi jefe me había agradado y estaba segura que su esposa también me agradaría, tome el ascensor y al llegar a la primera planta me despedí con un gesto en la cabeza de la recepcionista aun no me tragaba su conducta, Salí de la compañía introduciéndome en las atestadas calles de Roma, después de todo debía acostumbrarme a esto.