-Capitulo 23-

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"Amaba su sonrisa ladina, pero mucho más me encantaba el hecho de que esa hermosa curva fuera sola y únicamente  para mi"

Señor su comida -dice el camarero con elegancia, Piero y yo estábamos parados frente a la cerca que evitaba que el mar se adentrara al restaurante, ambos estábamos abrazados observando el paisaje, nos separamos y dimos la vuelta, Piero había pedido un plato que en mi vida nunca había visto, ni probado, sin embargo lucia comestible, el caballerosamente primero me sentó en la silla, luego el tomo asiento, me observa y sonríe con una expresión divertida al ver que me encuentro observando el platillo con interés, analizando la pinta que tiene

Amor es delicioso, pruebalo -dice rompiendo el silencio que me mantenía sumida en el terror culinario ¿y si no me gustaba?

¿Que es? Es que soy maniática con la comida-explique apenada, una de las razones por las que mi mama me sermoneaba era por la comida, siempre analizaba la comida en busca de algo que no me gustara, pero cuando realmente moría de hambre no les prestaba atención a nada y devoraba el plato, si... Yo tampoco me entiendo, Piero río ante mi explicación 

¿Maniática? No te va a salir el coco amor -dice en broma, ruedo los ojos, hablando de coco... Me recuerda mi experiencia en aquel restaurante ¡Que asco! Por ello mi afán de revisar la comida, encontrar a un insecto asqueroso en tu comida es desagradable y mas si se trata de una cucaracha, hice una mueca, este plato se veía limpio, se veía...

¿Que se supone que es? -vuelvo a repetir, su sonrisa se ensancha, se divierte conmigo

Son mariscos -responde riendo, mi cara de asco es un poema

¡oh mi comida favorita! -exclame con una falsa sonrisa, Espero que note mi sarcasmo, haber les explico odio todo lo que sea mariscos, pulpo, pescado no me llevo bien con ese tipo de platillos exóticos

Realmente ese no es tu platillo, es el mio, el tuyo es este Fetuccini con crema de Pollo -dice divertido, respiro aliviada, cambia el platillo aun sonriendo y yo le saco la lengua por su broma de mal gusto

Suerte con tus mariscos -susurré, el sonríe dándole un trago a su vino añejo, mientras que yo le doy un sorbo a mi refresco, nunca había ingerido alcohol era dañino para mi

Y tu con el Fetuccini -dijo sonriendo, comenzamos a devorar el platillo entre risas y charlas acerca de nuestras vidas, cuando terminamos el me mira con detenimiento

¿Que? -digo sonrojada, el ríe por mi incomodidad

¿Te gusto tu Fetuccini? -pregunto regalandome su hermosa sonrisa

Estaba delicioso -conteste limpiando mi boca suavemente con la servilleta, el asintió dándole un sorbo largo a su copa

¿Odias los mariscos? -pregunta, su pregunta me desconcierta como si se divirtiera de preguntar sobre el tema

Algo así, no los como por que no me gustan -confese, de repente el estalla en risas, lo mire con interés

¿Que es tan divertido? -dije secamente,

No te diste cuenta... Pero ingeriste Marisco-confiesa, abro los ojos mirando el plato vacío, estaba horrorizada

Esto esta mal, no quería decírtelo pero ¡Piero soy Alérgica al Marisco! -exclame asustada en un tono solo para el había colocado mis manos en mi mejilla, veo como palidece asustado, comienzo a respirar de manera entrecortada y tosía sin parar, se levanto y miro ambos lados asustado y nervioso, hasta que no aguante mas y.....

Mi Único Gran Amor © Piero Barone (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora