Alive Just Breathing

Capitulo cuatro

Capitulo cuatro

Brooke Parks

Estaba sentada en la cama, haciendo absolutamente nada. Mis padres estaban—como ya saben—metidos en sus celulares. No hallaba que hacer, y claramente, no iba a escribir con ellos en mi habitación.

Desviaron las vistas de esos aparatos, cuando el doctor entro junto con Joel y otra chica—la cual me miraba muy mal—meh, no me importa.

Ah, voy a morir de la vergüenza los próximos meses. Hace pocas horas me entere que Joel hará su practica aquí. Increíble, ¿no?

—¿Ya se van? —les dirijo una mirada, para nada buena, a mis padres.

—¿El doctor no nos tiene que decir algo? —mi madre hizo una cara de preocupación—claramente falsa—

—No hagan como si les preocupara—ruedo los ojos y me levanto yendo en dirección al baño. Antes de entrar me paro en la puerta—No hay nada importante que decir, ¿verdad?

—Solo veníamos a decir que tus exámenes estarán entre 1 o 2 días.

—Ven, nada importante. Ya se pueden ir.

Me metí al baño y me lava la cara. Tenia un sueño, que ni les cuento. Podría dormir tranquilamente todo lo que me queda de día.

Escuche que unas pisadas se alejaban, las que supongo que eran de mis padres. Segundos después escuche otras pisadas, las que supongo que eran del doctor, de Joel y la otra chica—que no sé cómo se llama—.

Sali y me encontré con que esos dos aún no se iban. ¿Por qué diablos seguían aquí? Hoy pareciera que odio a todos. 

Me digne a solo suspirar y tomar un libro—uno de los tantos que tenía pendientes—.

—¿Qué hacen aquí? —pregunte sin dejar de mirar el libro. Ya me estaba hartando, odio el contacto con las personas.

—Así que tu eres la hija de unos de los mas grandes empresarios. Los Parks—la chica que antes me miraba mal, ahora se acerco a donde estaba yo.

Despegue la vista de mi libro—Si, a no ser que haya otra persona en esta habitación que se apellide Parks—le conteste con sarcasmo.

Ella rodo los ojos, y por primera vez, escuche que Joel hablo.

—Aria, ¿Qué haces? —él la tomó del brazo. Cuando lo hizo, sentí algo, ¿celos?, no, ni muerta. 

—Ella es la hija de los que quieren arruinar a nuestros padres—habló y yo solté una risa.

—No me importan mis padres—Joel y yo hablamos a la vez. Lo miré con el ceño fruncido y después solo lo ignoré.

—Tus padres quieren dejar arruinado a los nuestros.

—Aria, no me importan mis padres.

—Pues a mí sí. No dejare que sus padres rebajen el trabajo de los míos.

—Mira, Aria—remarque su nombre, lo cual la hizo enojar más. Yo solo reprimí una sonrisa—No se cual es tu problema conmigo, pero, nada de lo que hagan mis padres me importa.

—¿Cómo que no te importa? Si a tus padres le quitan todo su dinero, lo único que lograran es no poder seguir pagándote el tratamiento. Después de eso no podrás conseguir unos pulmones.

—Después de todo, al fin y al cabo, todos nos moriremos de algo, ¿verdad? 

Ellos me miraron como si estuviera loca.