Capitulo cinco

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Capitulo cinco

Eran las once y cuarto. Ahora me tocaba mi última clase del día. ¿Lo malo? Me tocaba con ese grupito que siempre trataba de hacerte la vida imposible. Ese típico grupito que se creían los mejores solo por molestar a los demás. ¡Vamos! No somos niños de seis años, como para ir molestando porque sí.

Esta era la profesora Kerny, era la única que me defendía ante todos. Lo malo de ella, era que siempre, cada año, nos hacia decir como nos fue en las vacaciones.

—Tu turno, Brooke. ¿Cómo la pasaste en tus vacaciones?

Iba a hablar, pero, uno de mis compañeros me interrumpió de la peor forma.

—¿Cómo la va a pasar, Profesora? Si es la enferma de la clase, no puede salir a ningún lado. No es igual de normal que nosotros—remarco la palabra "normal" y poco a poco mis ojos empezaron a picar—Es una enferma que no hace mas que eso, estar enferma y estorbar—Cerré la laptop de golpe, haciendo que al instante me sacara de la sesión.

Miraba a la nada mientras sentía como las lagrimas empezaban a correr. Tiré la computadora al suelo y la empecé a pisar con todas mis fuerzas. Grite como nunca. Llore como nunca.

La generación de hoy en día es una mierda. Si no critican tu cuerpo, si no te critican por como vistes, si no te critican porque te pones bonita, te critican por tener una maldita enfermedad que no se puede curar así a la rápida.

Dejo de golpear la laptop cuando siento que unos brazos me rodean por la espalda.

—Suéltame—pataleo para que me suelten. No se que me ha separado de mi laptop, pero siento que son unos brazos grandes.

—¿Te has vuelto loca? ¿Qué es lo que pasa contigo?

—Suéltame, imbécil.

—¿Qué te pasa? ¿Te has vuelto loca?

Me empecé a calmar, y cuando estuve completamente calmada, me soltaron y respiré profundamente. Me di vuelta y vi a Joel junto a Hayley—¿Qué demonios te pasa? Déjenme tranquila—Intente tomar mi laptop, bueno, lo que quedaba de laptop, pero no me dejaron. Hayley tomo lo que quedaba y lo dejo en el bote de la basura.

—¿Estas consciente de que acabas de romper una laptop de más de un millón de pesos? —me regaño apuntando lo que acababa de romper, que, ahora esta en la basura.

—Estoy consciente—me estaba costando respirar. Joel lo noto y me ayudo a sentarme en la cama. Me puse mi cánula nasal y empecé a respirar mejor—. Sabes que odio la tecnología.

—Si, pero en esa laptop estabas escribiendo tu libro.

Tarde un poco en procesar lo que me acaba de decir. Lo peor es que era cierto. Iba ya por el capítulo veinte. La mire, y luego mire al basurero.

No es que me preocupara romper una laptop de más de un millón de pesos, mis padres son personas con dinero, y, odio la tecnología, pero, estaba mi libro escrito.

—Oh por dios. No puede ser verdad—me pare de la cama y empecé a caminar de un lado a otro—. Esto no puede ser real. Odio con mi vida la tecnología, pero, ahí estaba escribiendo mi libro.

De reojo vi que Joel se paraba y se acercaba a mi—. Es solo una computadora, quizás se pueda arreglar.

Me gire hacia el tan rápido, que, creo que me rompí el cuello—. No lo entiendes, ¿verdad? —entrecerré los ojos—. ¡Iba por el capítulo veinte! No tengo memoria fotográfica como para saber lo que había escrito en todos esos capítulos—lo tomé de los hombros y lo empecé a agitar.

Alive Just BreathingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora