Capitulo 1

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Desde las cuatro paredes moradas de mi habitación, se escuchaban las botellas de mi padre rompiéndose contra la pared, tal vez, esta noche tenga suerte y no venga a mi habitación, no quiero seguir curando mi cuerpo de los golpes que recibo de mi padre, y tampoco las violaciones.

- ¡¡¡ELLA TIENE QUE PAGAR, ARRUINO TODO NI SIQUIERA PORQUE NUESTROS HIJOS ESTAN MUERTOS, NI POR SU ABUELO, ELLA ES UA MALDITA, NO HACE NADA!!!- gritaba el hombre al cual yo llamaba padre, era alto casi de 2 metros, un cuerpo bien moldeado en los lugares adecuados, he de admitir ya que es policía, piel bronceada por nuestro ardiente sol en Miami, ojos negros, cabello castaño oscuro, facciones rectas y duras de las cuales temer, hasta su nariz recta y perfilada da miedo.

La mujer a la que llamo madre, es todo lo contrario a él, en el físico solamente. Cara ovalada, ojos claros color café, labios finos , nariz recta, pómulos altos y bien formados, hoyuelos hermosos, piel semi bronceada, ya que ella no le gusta mucho el sol, curvas lindas, senos grandes sin ser operada, al igual que sus glúteos, con una buena cadera un poco pequeña.

Ella apoyaba a mi padre en todo excepto en las violaciones, tenía celos creo, aunque, no entiendo por qué eso para mí es asqueroso, repugnante y doloroso. Claro desde que estaba en mi primer año en la preparatoria, el año del accidente automovilístico, aprendí a tapar los golpes con maquillaje, mi madre por eso, me compraba bastante.

- ¡Ay amor tienes razón!, pero sabes que no podemos nuestros hijos la adoraban, y le prometimos mantenerla viva... pero no especificaron de qué manera, así que ve y desahógate. La correa de cuero está en su habitación en la mesa de noche.- dijo maliciosa mi madre, plantándole un beso en la mejilla a mi padre.

Esto me va a doler demasiado.

Sentí los pasos pesados de mi padre retumbando en la casa, subiendo las escaleras, caminando por el pasillo de la casa, dirigiéndose a mi habitación, su respiración acelerada, y en la forma en que empujo la puerta con brusquedad me di cuenta que perdí. Agarro la correa, cerró la puerta y pasó el seguro.

- Levántate Nila – dijo áspero mi padre, mirando fijamente mi cuerpo mientras disimulaba estar dormida. Pero sé que de igual manera me levantara y será peor.

Tragando el sabor metálico de mi boca, sabor a miedo, me quite las sabanas y me pare al frente de él, baje la cabeza y empecé a desvestirme. A pesar de tener ya 16 años, y entrenar como policía, no puedo simplemente defenderme, nunca. El miedo me gana primero ante todo con... mi familia si se puede decir así. Nunca verdaderamente sentí que era su familia, porque no les parecía en nada a ellos.

Yo era muy blanca para estar en Miami bueno es que en realidad nunca he ido a una playa, lago o piscina. Tenía unos ojos únicos verdaderamente, color verde agua. Busque en internet sobre mis ojos pero no averigüe mucho solo que son extravagantes y muy poco comunes. Mis pómulos altos, y ligeramente rosados naturalmente. Labios finos y a la vez un poco gruesos, sonrosados, soy de muy buenas curvas, senos de tamaño normal, un trasero lindo, delgada pero no que se me vean los huesos. Mi cabello tan largo que me llega a las rodillas, es de color negro azabache liso rizado, cejas arqueadas naturalmente.

Así me defino yo, pero aun así me considero horrible y fea. Por lo que dicen mis padres. Soy muy diferentes a ellos por eso pienso, que ¿de dónde habré heredado todo esto?

- Date la vuelta- dijo mi padre. Me miraba con ojos llenos de excitación e ira.

Me di la vuelta como pidió, me dio una correa para morder. Para mis gritos. Escuche un sonido metálico. Las esposas. Siempre lleva un par en los bolsillos de su pantalón. Me esposo las manos y ahí comenzó todo. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, y ahí perdí la cuenta de cuantos azotes me daba en la espalda, en los brazos, en las piernas para que cayera de rodillas, mis lágrimas caían de mis ojos como ríos sin calma. Paró. Pero luego me agarro por el brazo derecho ensangrentado y me tiro en la cama. Colocó mis manos esposadas hacia arriba de mi cabeza. Y unas de las cosas más repugnantes que hacia empezó a hacer. Se deleitó con mi cuerpo ensangrentado por detrás y lamio desde mi cuello hasta llegar a mi vientre. Luego subió su cabeza y miro mis ojos, mientras lloraba.

El odia que llore. Me dio una cachetada dura, fría, cruel y dolorosa. Se desabrocho con desesperación los pantalones, y sin asco, me penetro de una manera fría y dolorosa. Cada embestía dolía más, no había placer, ni siquiera lo quería es repugnante para mí esto, pasar por esto, el, mi padre, me hace esto. ¿Pero enserio le daba placer violar casi todas noches a su hija? ¿Maltratarla? Después de sus grandes asquerosas y dolorosas embestidas. Termino.

Mi madre me coloco el aparato anticonceptivo hace ya un año. Mi papa se lo pidió ya que ella es enfermera. Él le decía que odia los condones. Me quito las esposas y salió de la habitación.

Me pare corriendo al baño de mi cuarto. Vomitando solo un sándwich que había cenado. Prendí la luz del baño y vi mis marcas. Serán muy difíciles de curar. Tenía marca de las esposas. Morados entre mis muslos. Y al parecer sangre en mi sexo. Me debió haber dado de una manera muy... intensa. Mi ginecólogo era mi mama. Me mandaba cuidados extra para no tener enfermedades de transmisión sexual. Ya me había pasado esto, así que se cómo tratarlo, pero aun no deja de sorprenderme, ni de dolerme.

Llorar no me serviría de nada, nunca ayuda, así que, lo mejor era empezar a bañarme, buscar una bata de dormir, curarme las heridas, limpiar el piso ensangrentado, junto con las sabanas también bañadas de mi sangre.

Después de hacer todo. Puse música. Eso me relajaba, era mi sedante contra el dolor.

Se supone que sería policía como mis hermanos, pero a mí me gusta más el canto. Mi familia desde que vieron eso a mis 10 años fue de peor en peor.

Yo estudiare con las personas sobrenaturales, ya que mi IQ es sobrenaturalmente alto. Muy rara vez hay humanos en ese lado de la preparatoria. Y mañana iba a mi primer día, tenía 4 amigas, mis mejores amigas quienes no saben nada de esto. No necesitan saberlo. No pueden saberlo.

Para identificar de los humanos a lo sobrenatural. Los humanos usamos uniformes blancos con azul.

Los sobrenaturales negro con rojo. Si lo sé el gobierno es narcisista.

Bueno, mientras todo siga normal, todo estará bien llevo 4 años así, solo un año más e iré a la universidad, podre irme finalmente.

Sin darme cuenta, la música me transporto a un mundo diferente, sin dolor, todo era lindo, un jardín con flores, mis hermanos ahí, todo estaba bien. Y dormí como si nada, pero en el fondo gritaba pidiendo auxilio.

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Como hoy estreno mi novelita, publicare cinco capítulos que espero les guste leer tanto como a mi escribirlos, cualquier ayudita, opinión, o duda pueden decirme.

Y por fis ayúdenme con su voto, el comentario no tan necesario tranquilos, pero si con su voto UwU

G.M.B

La Sangre Del Vampiro Es Mi SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora