Capitulo 5

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Estaba en un cuarto blanco, había dos camas, con dos nombres. Antonella y Mateo. Un chico y una chica.

No había más nada en esta habitación, solo el color blanco de la pureza y creación. Y dos simples camas individuales del mismo color, junto con las sabanas.

Los niños entraron corriendo, parecían gemelos. La niña era tan blanca como la leche, ojos verde agua... como los míos. Tenía apenas unos 4 o 5 años, tenía un largo y bonito pelo de color negro azabache, con pollina. Unos cachete tan regordetes y sonrojados, y unos labios finos y a la vez gruesos sonrosados.

El niño tenía el cabello de color negro azabache, ojos color azul rey, unos cachetes parecidos a los de la niña, también con su colorete. Sus labios eran gruesos, carnosos y finos, pero estos eran de un color carmín oscuro. Tenía la misma edad de la niña, eran casi idénticos excepto por los ojos.

Se acostaron juntos en la cama de mateo. La niña lloraba, él le decía que estaba con ella, que todo estaría bien. Pero su cuerpo y el de él decían lo contrario. Estaban llenos de puntos rojos en los brazos, piernas y cuellos. Son inyecciones, pero, la pregunta es, ¿cuál tipo de inyección? La niña cayó en brazos de Morfeo. El niño la beso en los labios, y le dijo "buenas noches Antonella".

Momentos después algo paso.

En la habitación entraron dos personas que reconocí por su voz, pero seguían borrosas sus caras y cuerpos.

- mateo es hora de las inyecciones de la tercera especie.- Mateo con valentía y temor en sus ojos, avanzo dejando a Antonella en esa habitación vacía. Sin él. Sin Mateo.

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Desperté con los ojos llorosos. Lloraba mientras dormía. No recuerdo casi nada de ese sueño. Excepto por un niño de ojos azul rey. Más nada. No hay nada en mis estúpidas neuronas para recordar.

Maldije porque mi cerebro sea estúpido y mire la hora. 5am. Hora de mi rutina pero esta vez rápida. No quiero tener que encontrarme con mi padre otra vez, no esta vez por favor.

No pude hacerme la clineja por el apuro, jamás lo llevo suelto porque es muy largo, y liso rizado, pero, esta vez no tengo opción. Mochila lista, teléfono, audífonos, cuadernos, bolígrafos, etc... todo listo.

Me lleve las dos llaves del cuarto por si acaso mi papa intentara entrar. Salí y no había nadie en el pasillo, cerré la puerta con seguro y baje las escaleras con rapidez, pero solo dios sabe por qué mi mamá, está en puerta viéndome con una cara, de pura maldad.

- tú no te iras sin tus cortes semanales de mi querida.- dijo mi mamá buscando su navaja en su bata de enfermera.

Tenía su uniforme puesto, admito que sexy se veía, pero seguía siendo malvada y perra.

Trague duro y estire mis muñecas.

Me las agarro, y corto un poco profundo mi muñeca izquierda en forma de equis X, hizo lo mismo con la otra. Ella no hace esto los miércoles, debía haber visto lo que le hice a su esposo ayer en la mañana, y esta celosa por eso lo hace. ¿Y sigo sin entender por qué celosa? ¿Por qué no me ayuda?

Se fue sin decir ni una palabra. Yo fui a las escaleras y me pare en el piso 2. Saque mi kit y me puse unos vendajes, será que vaya otra vez a la enfermería sobrenatural. Mientras lo ocultare con las mangas del uniforme.

Me monte en mi bici, y pataleé con dolor en la muñecas. Pero no era momento de ser débil.

Tengo clase de historia, y debo prestar mucha atención. Es un vampiro muy viejo, debió al menos haber estado en la primera guerra mundial.

La Sangre Del Vampiro Es Mi SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora