Capitulo 2

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Sonó mi alarma. 5:30 AM, hora de levantarse. Pero no podía. Me dolía el vientre, mi espalda brazos y piernas, se quejaban por el dolor. Pero me obligue a levantarme, no quiero faltar a clases hoy. Me bañe, me volví a curar mis heridas difícilmente y dolorosamente.

Saque mi uniforme. Mi falda azul marino, mis medias que llegaban hasta las rodillas. Mi chemiss blanca con la insignia de la escuela en el pecho de lado izquierdo, con una corbata azul y zapatos azul marino.

En la preparatoria no era popular ni nada por el estilo, era invisible para los demás.

Luego recordé las marcas, puse base y polvo en mis piernas, no se notaban casi. Me puse un suéter azul marino para tapar mis brazos y espalada por si llegaba a sangrar. Tome mi mochila, metí mi dinero del desayuno, ya que no como en casa nunca, mi kit de primeros auxilios, y otra camisa.

Abrí mi puerta, asomé la cabeza al pasillo. Nadie está despierto. Vi la hora 6:46 AM. Corrí rápido agarre las llaves y me fui. Vivimos en un departamento de 10 pisos sin ascensor. Se dañó hace años. Baje las escaleras y tome mi bicicleta.

Salí disparada a la preparatoria. Y llegue justo a tiempo, solo que no pude ver a mis amigas, ya será en el desayuno que las vea.

Caminando por la gran preparatoria "el mundo", me dirigí al ala A donde están las personas sobrenaturales. Es extraño algunos me miraba.

Mi primera clase es química me gusta mucho verdaderamente.

Vi mi clase naturalmente en mi mente bien, físicamente no. Sentía mareos, un dolor intenso en mi cuerpo, casi se me cae la cara a la mesa, temblaba y sospechaba que tenía fiebre.

Seguí la clase normal hasta que llego la segunda hora, cambio de aula, ahora venía historia.

Choque con un vampiro, del cual no me dio tiempo de ver su cara bien, se veía borrosa en mi visión.

- ¿No ves por donde caminas humana?- dijo irritado. No lo culpo, me cruce en su camino como una estúpida.

- Yo lo... yo... sien...- no podía hablar mi cuerpo dolía, mi lengua se enredaba y cayo esa miserable gota de sangre al piso. El vampiro vio la gota. Los vampiros verdaderamente no se ponían como animales rabiosos al oler o ver la sangre, no si ya se han alimentado en el día.

- ¿estas sangrando?- pregunto ¿preocupado?

- no... No... yo...- no sabía que decir, y es que no podía decir nada, me temblaron las piernas, y lo último que recuerdo es a ese chico sosteniéndome, huele a limón, galletas y vainilla. Una mezcla linda y rara.

Desperté en el hospital de la preparatoria. Me sentía cansada, pesada y soñolienta. No puedo estar así, las clases, y hoy daba tutoría a un niño sobrenatural.

- ¿Qué demonios te paso en todo el cuerpo?- dijo el chico, esta vez sí pude verlo bien y era lindo...

Ojos grises, facciones duras y finas, labios gruesos y finos, de un color un poco pálido. Y es que su piel es de ese modo naturalmente, cejas arqueadas, cabello castaño oscuro, pestañas gruesas y largas, un cuerpo corpulento y bien formado, no excesivamente. Anchos hombros, y alto, su uniforme le sentaba muy bien, marcaba su pectoral, brazos y caderas de una manera endemoniadamente sexy. Era lindo... sobrenaturalmente lindo.

- yo, ah, me caí sobre una reja en mi casa- que excusa más barata me dije. Se cuzo de hombros, y me miro intensamente, intentaba usar la compulsión pero nunca por alguna razón funcionaba en mí.

- aja y te creí. ¿Sabes lo que me dijo el hada? - dijo arqueando una ceja. Trague duro y negué con la cabeza. Mierda me revisaron.

- tenías marcas que no eran de reja en la espalda, brazos y piernas. Moretones en los muslos y marca en las muñecas y bien moradas que son.- dijo ladeando la cabeza.

La Sangre Del Vampiro Es Mi SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora