Capítulo 28

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Disclaymer: LOS PERSONAJES NO ME PRETENECEN LE PERTENECEN A MARVEL. ME BASE EN LA IDEA Y EN LA PELICULA TANTO EN LA DE LOS INCREIBLES, COMO OTRAS DE MARVEL E INCLUSO DE LOS COMICS PARA REALIZAR ESTA ADAPTACION AGREGANDO ALGUNAS IDEAS MIAS.

Advertencias: Escenas no salidas en la películas Los Increíbles pero que son necesarias para la adaptación. Algunos elementos de las películas Marvel para mejor adaptación e ideas mías.

En la sala de control de seguridad de A.I.M se escuchó la alarma de intrusos y rápidamente la pantalla más grande de la sala mostro a dos niños, uno vestido de rojo, azul y tonos dorados, mientras que otro poseía una armadura de color rojo con plateado.

Los guardias al ver esto, oprimieron un botón de la mesa de controles, haciendo que una alarma comenzara a sonar por las instalaciones, repitiendo una y otra vez la palabra: Intrusos. Alerta. Intrusos.

Los guardias, los hombres de Eric Savin y el mismo Eric salieron de las instalaciones a bordo de unas naves en forma de platillos con cuchillas que giraban, llevando consigo armas para ir hasta donde se encontraba aquellos mocosos. 

Tony que se encontraba ya cerca de la celda 13 escucho la alarma y vio a los guardias y hombres salir. El genio pensó que ya habían descubierto que se había infiltrado, pues él pensaba y creía que sus hijos estaban a salvo por lo que se apresuró a llegar a la celda 13.

Mientras tanto, en la celda 13 se encontraba aun suspendido el cuerpo del Capitán América. Durante todo ese tiempo, el ídolo de América había estado lamentándose por la pérdida de su familia, paso de la tristeza a la ira, ira por Aldrich, quien le arrebato lo que más amaba en este mundo e ira con él mismo, por no proteger a su familia. Su cuerpo se encontraba exhausto, sus músculos desde hace horas se había entumecido por estar en una sola posición y no ser movidas. Sentía como si su energía estuviese siendo absorbida, sentía como si el suero del super soldado hubiese sido quitado de su cuerpo y volviese a ser aquel chico enfermizo de Brooklyn.

Pero...«¿qué más daba?» Se decía Steve, pues el rubio solo quería dos cosas en esos momentos. Uno: hacer pagar a Aldrich. Y dos: morir para reunirse con su familia; pero dentro de las dos, deseaba cumplir con la segunda.

La puerta de la celda 13 fue abierta, dejándose ver en el suelo una sombra. Dicha sombra dejo abierta las puertas y se dirigió a una de las mesas de control que había en el lugar, más específicamente la que quedaba en su mano derecha, en donde se encontraba la máquina que electrocutaba el cuerpo del prisionero. La sombra busco en la mesa el botón que abría las bolas de energía negra que Steve tenía en sus manos y pies. Una vez ubicado el botón, lo apretó. 

El cuerpo de Steve cayó al suelo, haciendo que la mente del rubio se recobrara, como si de un sueño hubiese despertado. El Capitán sintió sus extremidades hormigueando, pues la sangre comenzó a correr, empezando a quitarles el entumecimiento en que se encontraban.

La sombra se acercó al cuerpo del rubio al verlo intentarse parar pero no consiguiéndolo, quedándose por un tiempo de rodillas y con sus manos en el suelo, tratando de recobrar las fuerzas.

―No hay mucho tiempo―dijo Maya Hansen, quien se colocó enfrente del héroe de América y se agacho un poco dejando su mano derecha el hombro izquierdo del Capitán.

Steve al escuchar la voz de la mujer, sin pensarlo y aun sintiendo la ira, agarro del cuello a la mujer con una sola mano―No, no lo hay―le dijo mientras se levantaba del suelo pero sin soltar del cuello a la mujer―De hecho, no hay nada de tiempo―gruño, haciendo sonar su voz de una forma fría que jamás nadie escucho.  

Maya sintió como sus pies dejaron de tocar el suelo y como el aire comenzaba a faltarle por la culpa del fuerte agarre que Steve estaba ejerciendo en su cuello con solo una de sus manos.

LOS INCREÍBLES (Superfamily/Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora