El aniversario (parte 1)

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Si decía que había despertado, estaría mintiendo, porque la noche anterior no durmió nada. Fingió que sí, para que Adora no se preocupase, pero lo cierto era que no había pegado ojo y la angustia se había incrementado conforme pasaban las horas. Fue cuando el negro y estrellado cielo comenzó a verse cada vez más claro que decidió que era momento de levantarse, a eso de las 7 de la mañana.

Solo había una cosa en su cabeza: el aniversario de la derrota de Horde Prime era también el aniversario de la muerte de Shadow Weaver.

Al salir de la habitación lo primero que hizo fue echarle un ojo a Melog, que estaba enrollado en su cama, y su brumosa melena estaba opaca y de un color gris verdoso.

―Lo siento, amigo, hoy es un mal día― dijo Catra, mientras le acariciaba detrás de las orejas. El felino comenzó a frotar su cabeza en las manos y brazos de su amiga, como queriéndole decir que entendía.

Se puso de pie tirándole besos Melog, tomó algo de ropa del clóset y se dirigió al baño privado de su habitación, que era justo la puerta contigua.

Era una gran habitación en cuyo centro había una gran bañera con forma circular, que los empleados del castillo llenaban de agua caliente durante la madrugada. Junto a la bañera, había una cascada artificial de agua caliente que caía sobre un suelo de piedra, que actuaba tanto como filtro y como desagüe, y la redirigía hacia el río que corría bajo el castillo. Había también un pequeño cuarto en el que se encontraba un inodoro.

Catra no era una persona que precisamente disfrutara los baños, pero no tenía tanto problema con las duchas. No era su actividad favorita pero tampoco disfrutaba estar sucia; y aunque había aprendido que la raza magicat, su raza, tenía la costumbre de bañarse, bueno, con la lengua, no acostumbraba para nada hacerlo; no era desagradable, pero tampoco era cómodo ni práctico, por lo que prefería la ducha.

Allí, lavando su cuerpo bajo la calidez del agua, fue que su cabeza colapsó.

Tenía un lío tremendo, pensaba en Glimmer y Bow y cómo tenía que esconder su secreto -que afortunadamente, dejaría de ser secreto ese mismo día-; también pensaba en qué ropa se pondría para la fiesta de aquella noche, seguramente algo que hiciera juego con la princesa Adora Grayskull y su blanco vestido de fiesta. Y entonces su mente se inundó de oscuridad, por más que quiso evitarlo, y luego de fuego, y las palabras "de nada" resonaron en su cabeza.

Cómo la odiaba.

Este día, que, si bien era una celebración, para Catra era un huracán de emociones. Por una parte, estaba la conmemoración de su victoria, por otro, la muerte de aquella mujer. No se sentía especialmente triste por su muerte, después de todo, habían tenido una relación enferma desde el momento en que ella se hizo cargo de criar a su persona. Pero tampoco estaba contenta porque hubiera muerto. Y entonces, solo ese día, una vez al año, Catra perdía completamente el control y entendimiento de sus emociones y estaba confundida.

Glimmer, Adora y Bow le habían enseñado durante largo tiempo a entender y validar sus emociones, algo que, irónicamente, no sabía hacer por culpa de los maltratos de Shadow Weaver. A hablar si algo le molestaba, o le gustaba, o le sacaba de quicio, pero hablar. Comunicándose había sido como forjó una sólida y estable relación con su esposa, y varias amistades muy sinceras como los reyes de Bright Moon, Entrapta, Scorpia o Perfuma. Pero cuando se trataba de hablar sobre la muerte de Weaver, pues... no era sencillo.

La verdad era que no entendía qué sentía por su muerte, ¿debería estar feliz? ¿Triste? ¿Enojada?

Decidió salir de la ducha porque mojarse no era precisamente su actividad favorita.

Instinto MagicatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora