Víveme

XV

Tres semanas después, el Centro parece totalmente distinto al que era con la dirección de Kaka. Los pacientes tienen más comodidades en sus habitaciones. Los tratamientos utilizados son menos crueles e invasivos. Los guardias cuentan con mejores horarios de trabajo. De Leo puede ejercer la profesión para la que se preparó y también pone en práctica lo de la parapsicología cuando se hace necesario; además, de que ahora es el director del Centro. Gordon y Queen, aunque inconformes con muchas de las reformas, trabajan dedicadamente. De Rana continúa con su puesto de segundo al mando, pero ya con beneficios limitados. Y Lune es el nuevo capitán de los guardias. Finalmente, Arbatov sigue con su labor y respalda en lo que puede a Aioria.

Ese jueves, los Marinas dorados se preparan para el partido que van a jugar contra los Dioses panteónicos. Aioros, por ser el capitán, reúne a su equipo y les habla:

-ustedes saben lo que hemos sacrificado para llegar hasta aquí. Así que, no olviden la estrategia y salgan a dejar todo en la cancha-

Ellos asienten, y después del acto protocolario de las confrontaciones futbolísticas. El juego comienza.

Para el final del primer tiempo, quedan empatados 0 - 0. Por lo que, en los quince minutos de descanso, los Marinas beben agua y De Sagitario vuelve a darles ánimo, pero ahora en conjunto con el director técnico del equipo. Quien no es otro más que Hasgard De Tauro.

De regreso en el juego, los muchachos vuelven con las pilas recargadas.

En su finalización, queda el partido empatado con un 1 - 1. Pero los Marinas dorados no se desaniman ya que van encabezando el campeonato que están jugando.

Unas horas más tarde, Siegfried y Jonathan salen a almorzar juntos por el cumpleaños número dieciséis del último. De repente, mientras están comiendo, una visita inesperada interrumpe su momento privado.

-Sieg, qué gusto verte aquí- dice una peliplata, acercándosele

-Hilda- responde el rubio con una sonrisa educada

Acto seguido, se abrazan y el nórdico prosigue:

-mira, te presento a mi esposo. Jonathan De Libra-

-amor, ella es Hilda De Polaris. Ex redactora para la revista Cosmos- introduce a la fémina

-mucho gusto- se dicen con cierta tensión y una sonrisa falsa

-¿y cómo te ha ido en tu nuevo trabajo?- pregunta la mujer, volviendo a ver a De Dubhe

-bien. Tu hermana es muy buena entrenadora, me ha enseñado muchas cosas útiles- responde desenfadado

-lo sé. Freya es un orgullo para la familia Polaris, pero no es la única buena en lo que hace- contesta la nórdica, ya estando sentada y acariciándole el dorso de la mano al varón

-obvio- responde él, sonriendo cálidamente

-¿me permiten un segundo voy al baño y ya regreso?- continúa, disculpándose

Al instante, se levanta y se aleja en dirección a los lavabos.

-sé lo que intentas hacer, pero no creas que lo vas a lograr. Él es Mi esposo y me ama sólo a mí; así que, no te hagas la mosquita muerta y vete bajando de esa nube- le suelta el pelinegro con dureza en su mirada

-ja. La verdad dudo qué vio en ti Sieg, sino eres más que una zorra sátira; ¿o crees que no sé quién eres y que te acuestas con todos los hombres que se te cruzan por al frente?- responde la mujer, destilando su veneno

-si soy una perra o no, eso no te interesa. Pero si quieres saber qué vio él en mí; probablemente, fue un cuerpo joven, en forma y deseable. Un rostro atractivo. Un cabello y ojos únicos. Ah, y claro, una personalidad increíble- contesta el menor muy seguro de sí

-jaja. Me divierte lo que dices; tú te crees divino, y apenas eres un niñito estúpido e inmaduro. Tú jamás serás suficiente para él- responde la redactora, cruenta

-piensa lo que quieras. Pero a la hora de la verdad, tengo más valor para él del que te da ha dado a ti. ¿O sino por qué me pidió matrimonio y está dispuesto a ser el padre de mis hijos?- la reta dejándola callada

En ese instante, el rubio retorna, y la peliplata sin poder soportar que el chino-japonés le haya ganado la discusión verbal, se levanta sin decir nada y se va. De Libra sonríe sibilinamente y luego sigue degustando su almuerzo en compañía de su pareja.

Al anochecer, un peliverde chartreuse y un pelinegro caminan juntos por un parque.

-ah, me alegra tanto al fin tener una noche libre- dice el de cabellos negros, quién no es otro más que Pharaoh

-ya era justo que te dejasen descansar. Trabajas demasiado y hasta muy tarde- responde su novio Isaak

-tú sabes bien por qué es así. Igual dejemos de hablar de mi trabajo y más bien disfrutemos de este momento que es sólo nuestro- contesta De Esfinge, queriendo cambiar de tema

-claro- responde el de una sola orbe con una sonrisa

Acto seguido, toma más fuerte de la mano a su amado y salen a correr hasta llegar a lo más alto de la loma que tienen frente a sí. Estando ahí, miran a su alrededor, contemplando el bello paisaje nocturno que se muestra más allá de su ubicación. Un rato después, deciden bajar rodando por la ladera de la loma, y al volver a lo plano, ríen divertidos agarrándose la barriga.

Cuando se les pasan las ganas de reír, se levantan y van caminando en dirección a la fuente que ahí se encuentra. Allí se sientan en el borde y contemplan el agua clara.

Varios minutos más tarde, se paran y deciden salir del parque. Iendo de regreso a su casa para aprovechar la oportunidad de dormir más tiempo y descansar, tal y como sus cuerpos lo requieren.

Mientras tanto, en casa de Aldebarán, Mu y el mismo De Tauro comparten un momento muy íntimo. Puesto contra una pared, De Aries gime y jadea, al tiempo que recibe en su interior al brasileño. El cual, gracias a su gran tamaño, logra sostener en sus brazos a su amada oveja.

Con esta demostración amorosa, la pareja confirma su relación y la unión que la misma ha causado entre ellos. Después de todo, es el deseo que ha tenido el tibetano de nacimiento desde hace varios meses atrás.

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Gente lectora, este es un capítulo corto que espero les guste.

No tengo precisiones por hacerles porque todo está perfectamente claro.

Por lo tanto, sólo me resta despedirme y decirles que nos vemos en la siguiente actualización.

Laura Alejandra