cap 2

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—el... No puede estar muerto ¿cierto? ¡no puede! — apenas habían pasado unos cuántos minutos desde qué entraron a ese pasillo y vieron a conny y a Ray. Emma seguía negando la realidad, no quería aceptarla. Ella quería que todo fuera una simple pesadilla y cuándo se despertase, seguro le daría un gran abrazo a Ray.

— Lo siento Emma pero... Ahora que recuerdo, Ray antes de irse dijo qué iba morir... ¿acaso ya lo sabía? — la pelirroja lo miró con sorpresa, demasiada información para procesar, no era fácil aceptar que la mujer que era cómo su madre nada más los estaba cuidando para ser comida, tampoco era fácil procesar el que tú amigo esta muerto y posiblemente ya sabía todo eso.

—Yo... No lo sé... Sólo quiero descansar, sólo eso. Tal vez mi mente me está jugando una mala pasada, mañana volverá a ser igual, sólo necesito dormir— ante esto, el albino prefirió no decir nada y ayudarle a regresar a casa sin que haga alguna estupidez, ella no estaba para hablar con alguien. Se veía a metros que esto le dio demasiado duro.

Y allí estaba el albino, buscando respuestas en la biblioteca dónde solía estar ray en un pequeño rincón

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Y allí estaba el albino, buscando respuestas en la biblioteca dónde solía estar ray en un pequeño rincón.

Su mente estaba nublada, no podía pensar en algo que no fuera la imagen del azabache atravesado por una flor, sus ojos sin vida y su piel excesivamente blanca.

Al igual que Emma, el quería negar todo lo que estaba pasando pero el no hacía evidente como la pelirroja y tampoco creía qué su estabilidad mental ayudara en ese momento, así que optó por fingir lo más relajado posible para no empeorar más el estado de su amiga.

Se acerco hacía el rincón de lectura de Ray y pudo notar una libreta. Era el... ¿diario de Ray? ¿que hacía ahí?.

La primera página fue de cuándo Ray tenía 5 años.

" hace un año empecé a trabajar para mamá, eso fue cuándo estaba cantando la canción que ella me cantó cuándo estaba embarazada y le dije qué recordaba todo y que ya sabía el secreto del orfanato. Así fue cómo empecé a trabajar para mamá a cambio de que me de unas cuántas cosas, lo que tenía que hacer era fácil.  Sólo debía encargarme dé que nadie se enterará del secreto.

Ahora estoy haciendo un plan de escape, pero todavía no puedo hacer nada más que reunir todo para un escape perfecto."

Ray lo sabía, no habían dudas, entonces por que no dijo?.

El albino le dio vueltas y vueltas al asunto hasta que no pudo seguir por el sueño.

—¿¡Ray!?, ¿¡enserio estás vivo!?— al fondo del túnel se encontraba el azabache aunque no se podía verle bien

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—¿¡Ray!?, ¿¡enserio estás vivo!?— al fondo del túnel se encontraba el azabache aunque no se podía verle bien.

— Norman... Por que no me salvaste?— ahora sea podía ver un poco mejor al azabache que tenía una flor incrustada en el pecho, ojos vacíos y piel exageradamente blanca.

— R-Ray yo... — el albino sorprendido dio unos pasos para atrás al ver al azabache.

—me dejaste morir — lágrimas salían de los ojos de el azabache y el piso se llenaba de sangre. El azabache estaba saliendo pero el albino corrió hacia el y lo abrazo con fuerza —no me dejes, por favor no me dejes— el azabache se desvanecio y el albino se quedó solo.

Ya había amanecido, Norman estaba apollado contra la mesa y abrazando fuertemente aquél diario del azabache.

—lo siento, lo siento. No me dejes— el albino estaba llorando mientras dormía. Hasta que se despertó y fue a su cuarto a guardar el diario.

El día era lluvioso, se supone que Norman y Emma debían hablar para decidir que hacer, pero el albino no estaba en condiciones así que solo habrio el cajón y echo allí el diario.

El día era lluvioso, se supone que Norman y Emma debían hablar para decidir que hacer, pero el albino no estaba en condiciones así que solo habrio el cajón y echo allí el diario

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Todos estaban preocupados por el albino y la pelirroja, Emma no quería jugar, estaba debajo del árbol de ray con una expresión bacía con algo de tristesa y dolor. Mientras que el albino no salía de la biblioteca y comía poco al igual que la pelirroja.

— hey, Emma. No sabía que te iba a afectar tanto lo de Ray— la peliverde iba a terminar la frase pero la pelirroja la interrumpió —no digas su nombre— oírlo solo la destrozaba más, era como si todo hubiera perdido su color, era cómo si todo estuviera negro. Era una pesadilla... Una pesadilla de la cuál no podia eacapar ni despertar.

—L-lo siento... No sabía que te dolía tanto— la pelirroja suspiro y siguió mirando a la nada —mmm puedo sentarme?— no le podía decir que no, des pues de todo, ella le gustaba. Asintió y la peliverde se sentó a su lado y juntaron sus manos.

El cielo se estaba oscurecido mientras que Emma y Gilda estaban juntas, ninguna de las dos quería hablar, estaban en paz y tranquilidad.

 DESCENDIENTES PERDIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora