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"A Akaashi Keiji le gustaban las estrellas y a Bokuto le encantaba la forma en que brillaban sus ojos cuando las veía"
Parecía que no había dos personas más destinadas a estar juntos que ellos dos. Se conocieron en la facultad de medicina y se hicieron grandes amigos. Bokuto era brillante, pero tenía ocasiones en las que el estrés de la carrera la abrumaba y terminaba deprimido, en esos momentos, la mano que siempre se extendía para animarlo era la de ese chico de ojos azules cabello negro y lindo nombre: Keiji.
Bokuto juraba que si los Ángeles tuvieran un nombre se llamarían justo como él.
Akaashi no sólo era lindo, también era alguien muy inteligente. Se mantenía siempre sobrio y con la mente fría, sabía cómo actuar en situaciones de vida o muerte y sabía empatizar a la perfección con los pacientes. Todo mundo lo amaba, pero era un misterio total. Nadie sabía algo de su familia, sus pasatiempos, sus propósitos en la vida o su pasado. Akaashi se encargaba de mantener al margen de su vida privada a todos, pero por supuesto, con Bokuto nunca funcionaba.
El de cabello bicolor sabía perfectamente la forma de sacar a Akaashi de esa burbuja de soledad, donde se había sumergido el mismo. Akaashi por su parte, reconocía que los mejores años de su vida habían sido al lado de esos ojos dorados, pero claro, jamás se lo diría a Bokuto.
Al terminar la carrera , la separación fue inevitable. Sin embargo por azares del destino, se reencontraron en el hospital de Tokio donde hicieron su especialidad.
Bokuto había elegido pediatría, la carrera donde puedes ver mayormente el inicio de la vida. Keiji había elegido oncología, la especialidad que trata a las personas con algún tipo de cáncer, carrera donde puedes ver mayormente la desgracia de la muerte.
Algunas veces el de ojos dorados había bromeado con la contradicción que entre ellos parecía haber, y a Akaashi le gustaba ver reír a Bokuto, pero también era su apoyo cuando le tocaba que esa sonrisa en el rostro del otro, se transformará en lágrimas al saber que uno de sus "niños", sus pequeños pacientes, no había logrado soportar la enfermedad y había muerto.
Akaashi siempre estuvo ahí para él.
Comenzaron a estar más unidos. Kotaro conoció el corazón de Keiji. Su pasado, sus miedos,sus inseguridades, sus defectos, sus pedazos rotos y... los amo, adoro cada una de las partes de Keiji. Hasta que finalmente, una noche bajo las estrellas que tanto le gustaban al menor, le entregó un anillo dorado y le pidió matrimonio.
Un par de años juntos, un par de años que fueron el paraíso para el pediatra... hasta que de pronto, sin saber porqué, Akaashi se volvió encerrar en esa burbuja de soledad y Bokuto no pudo entrar más en ella, siempre estaba pensativo pero el oji- dorado no sabía qué era lo que pensaba.
Decidió arreglarlo y una noche, con un ramo de girasoles y una botella de vino, quiso sorprender a Akaashi que estaba en el balcón de la casa; pero todo se fue al carajo cuando la voz del ojiazul sonó fría e imperturbable.
-- Bokuto, debemos terminar.
Si, a Akaashi Keiji le gustaban las estrellas, pero esta vez, Bokuto no vio ningún brillo en sus hermosos ojos.
— Doctor Bokuto... ¡DOCTOR BOKUTO!
— ¿Eh...? ¿Qué? — Bokuto estaba tan sumergido en sus pensamientos que no notó a la enfermera que le había estado hablando desde hace varios minutos.
— ¿Está usted bien?
— Si, perdón Michimiya, me distraje un momento ¿Qué me decías?
— Le llamaron por el alto parlante del hospital, dicen que se presente en la oficina del director ¿No lo escuchó?
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Escala del dolor (Hospital Haikyuu)
Fanfiction-- ¿Estás seguro de esto, Keishin? -- preguntó el doctor Nekomata mientras se acomodaba el cuello de la camisa -- la academia te envío a los 5 peores médicos de la región. ¿Que garantía tienes de que no hundirán este hospital más? -- Todos merecemos...