AU:【Felino Del Infierno】》GaryCato

10 - 【"No es tu destino"】

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Los felinos del infierno tienen una conexión muy fuerte con su invocador, pueden sentir cuando algo está mal, que algo está fallando y que algo malo ocurrirá, pero tienen prohibido intervenir con el destino, si la muerte llegará deben dejarla fluir naturalmente, evitarlo sólo será tomado como una traición, y posterior a eso un castigo por parte del "gran superior".

La noche era helada y muy oscura, además de una lluvia que caía, una llovizna molesta y fría que empeoraba el ambiente, esas pequeñas gotas que crees no te harán nada, pero al final terminas empapado hasta los zapatos. En un salón de fiestas la música era muy fuerte, junto a las luces cegadoras de múltiples colores, una fiesta que se daba en celebración a los más queridos alumnos. . . Y también a los más odiados. Nadie diría que algo malo estaba pasando ahí, todo parecía estar relativamente normal. . . Pero Avocato sabía que algo muy malo estaba ocurriendo, algo grave, sentía que el vínculo con su amo poco a poco se estaba haciendo más suave, y eso lo ponía muy alerta.

Aterrizó justo en frente de ese salón de fiestas retrayendo sus grandes alas, miró alrededor notando la gran cantidad de autos estacionados e incluso alumnos alrededor recostados de los maleteros con bebidas en sus manos y sonrisas en sus rostros, ignoró aquello y entró  procurando que nadie más que Gary pudiera verlo, entró visualizando a todos bailando con normalidad, bajo las luces de una esfera de discoteca y música demasiado fuerte los jóvenes parecían estar pasándola de maravilla con alcohol y botanas, con sus ojos morados comenzó a ver alrededor hasta dar con Quinn; la chica estaba sola, parecía que estaba buscando a alguien y ese alguien seguramente era Gary, pero no lo conseguía aunque preguntaba por él a todos los presentes, eso ya le decía que algo andaba de mal en peor.

─── ¡Amo, Amo! ¡¿Me oye?! ─── No hubo respuesta, la música cada vez parecía ser más fuerte. — ¡Gary, GARY! ¿DONDE ESTÁS? ───

Buscaba con angustia por todos los rincones una y otra vez hasta que entró al baño de hombres, este tenía tranca pero él la abrió fácilmente encontrándose con una escena espantosa. El vidrio estaba roto en pedazos como si alguien lo hubiera azotado con algo. . . O alguien, pues los vidrios tenían rastros de sangre, sangre que llevaba en salpicaduras y gotas a un cubículo el cuál abrió de un azote de su bota.

Allí yacía Gary, sentado sobre el inodoro con un fuerte impacto en su cabeza, golpes por su cuerpo y su ropa completamente desarreglada, el impacto en el vidrio seguramente fue hecho por su frente contra el espejo pues este estaba sangrando recorriendo su rostro en finas gotas que caían por su mentón a su pecho, y lo demás parecía ser una golpiza, su mano descansaba sobre la tapa del inodoro como si hubiera intentando levantarse pero fallado en el intento y volviéndose a caer sentado, tosía bastante, y podía verse que se estaba ahogando con su propia sangre producto de una hemorragia interna, había sido víctima de una brutal paliza.

Eso despertó la furia de aquel gran demonio, pero no podía hacer nada. . . No por ahora.

Veía como estaba ahí, respirando con dificultad, moviéndose su pecho muy lentamente, inconsciente, seguro moriría pronto por los golpes en sus costillas que le evitaban respirar correctamente.

Sólo quedaba esperar para quedarse con esa alma, cuando Gary ya tenga su presencia en el más allá él sólo debe devorar su parte del trato, sólo se quedó ahí de pie a pocos centímetros de él, mientras la estruendosa música electrónica sonaba de fondo y los gritos de los muchachos emocionados.