Salón social. Moscú, Rusia, 11:47 pm.
Las luces encandilaban sus ojos, el olor a tabaco llegó a sus fosas nasales, ese olor le traía malos recuerdos.
—¡Hey! Ven y diviértete con nosotros, hermosura.
Gritó un hombre cerca suyo, su mirada estaba llena de lujuria para el desagrado del omega.
—No, gracias.
Mencionó el de ojos oscuros, ignorando tanto a alfas y betas del lugar, algo que hizo enfadar al hombre que anteriormente le había gritado.
—¡Maldita perra!
El frondoso hombre se levantó de su lugar, tomando sin cuidado alguno el cabello del joven omega, quien al sentir repentina acción, soltó un gemido de dolor; su cabeza fue jalada para atrás, levantando su mentón hasta el límite.
— Abre la jodida boca, omega de cuarta.
El mayor tenía en mano una pequeña pastilla, de extraña procedencia, cuando la acercó más logró distinguir la pastilla.
"Droga"
Pensó el joven, quien apretó aún más su mandíbula, intentando evitar que ingresaran aquello en su cavidad bucal, lo cual resultó en vano con tantas personas que había contra él; sintió como la píldora iba bajando por su garganta, hasta perderse en su cuerpo, debía terminar con su trabajo y salir de ahí rápidamente, antes de que hiciera efecto, nadie lo ayudaría al ser un omega de baja categoría.
Tomó la mano de uno de sus apresures y rápidamente lo estrelló contra otro, norteando unos momentos a los hombres para poder escapar, pateó y golpeó a algunos en la cara, logró zafarse de aquellos hombres, sin embargo, no tenía mucho tiempo antes de que lo encontraran nuevamente.
Con su mirada buscó a su presa, Ivan Kozlow, quien se encontraba rodeado de omegas y mujeres, parado cerca de la mesa de bebidas junto a otro hombre, negocios tal vez.
Subió a un lugar alto sin ser percibido y esperó a que el hombre se retirara a un lugar más privado, el tiempo tocaba sus talones y finalmente el hombre caminó a una de las habitaciones del lugar, a su lado un Omega que desde la distancia se notaba que también lo habían drogado.
—Te tengo
Susurró él menor, jalando el gatillo, mirando como la bala atravesaba el cráneo de su víctima, matándola al instante, guardó su arma y se dirigió a la salida, su respiración comenzaba a ser cada vez más erradica.
"Joder"
Al parecer la droga hizo efecto, no podía mantenerse de pie por mucho tiempo y con las luces se le dificulta ver, su vista se resumía en unos cuantos colores.
—¿Oye, te encuentras bien?
La dulce voz resonó en su cabeza y un dulce olor a manzanilla inundó sus fosas nasales, todo era tan borroso, su cuerpo cada vez le era más pesado, se dejó caer sobre la persona que soltaba olor a manzanilla.
Cerraba lentamente sus ojos, tranquilizandose con el olor ajeno, todo era tan confuso y tantas luces no ayudaban para nada.
Rojo, azul, amarrillo, verde y finalmente negro...
Cayó en la inconsciencia.
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Saki
Fantasy-¡Suéltame! ¡Lo voy a perder! ¡Por favor! Abundantes lágrimas escurren por sus mejillas, lo estaba perdiendo, no dejaría que lo abandonara, con movimientos agresivos intentaba soltarse de los brazos ajenos y estos cada vez ejercen más fuerza, hacién...