Tokio, Japón. 10:30 am
—Uno de los mejores empresarios a llegado a la capital de Rusia, se dice que...
Se apagó la televisión, el silencio reinó en la sala, las fuertes feromonas del alfa líder se dispersaron por el lugar, estaba enojado.
—Les dije que lo quería muerto para ayer, ¿De quién diablos era la responsabilidad?
Mencionó el líder de la mafia más poderosa de todo Japón, Hajime Shojiki, mientras se sobaba las sienes, su paciencia se estaba acabando, las respiraciones y unos cuantos murmullos se escuchaban.
—Señor, el joven Haku tenía la tarea asignada
Respondió un devoto a la familia, el ambiente se hizo más pesado y las feromonas aumentaron, estaba furioso, varios en la sala cayeron de rodillas, betas y alfas por igual, los demás con la cabeza agachada mostrando sumisión ante el más fuerte.
—Tráiganme a Haku
Varios temblaron al escuchar la voz de alfa, acataron lo ordenado saliendo de la sala, buscando al hijo menor de la gran familia shojiki, Haku shojiki, el único omega ahí y la desgracia del líder.
Varios gritos sonaron a través de los pasillos de la gran residencia, forcejeos y algunas personas inconscientes en el suelo, un joven pelinegro corría habilidosamente, brincando algunas cosas y derribando a los alfas y betas que lo querían sostener.
—¡¿Qué mierda les sucede hoy?!
Gritaba el joven omega, parando su andar al ver a todos en el suelo, reguló su respiración e inmediatamente retomó su camino hacia la enorme puerta que daba hacia la calle, su punto de huida.
—Ese no es el lenguaje adecuado para un omega, joven amo.
Al momento de escuchar aquello unos brazos lo aprisionaron con fuerza, Haku intentó soltarse pero cada vez la fuerza era mayor, finalmente se resignó y volteó a ver al que lo había atrapado, conectó sus oscuros ojos con los del alfa rubio, Daniell Bristol, un extranjero que cayó en las manos de la familia shojiki a la tierna edad de los cinco años, en una de sus visitas a Estados Unidos.
—Puedo hablar como quiera, eso es solo uno más de los estereotipos
Bristol suspiró, levantó al de menor estatura posicionándolo sobre el hombro derecho, Haku simplemente se dejó hacer, no podía huir y aunque lo intentara, seguramente Daniell lo volvería a atrapar; todo el camino estuvo tranquilo hasta que reconoció a dónde se dirigía.
—¿Eh? No, no, no, no. ¡Suéltame! ¡Bájame! ¡No quiero ir!
Estaba entrando en pánico, comenzó a hiperventilar, su omega interior estaba pidiendo ayuda a todos los presentes, esa era una parte que Haku odiaba de su casta.
—Haku
La imponente voz de la cabeza de la familia hizo que todo su cuerpo se paralizara, al ser de la casta más débil, la voz de alfa le afectaba más, dejándolo en desventaja en diferentes maneras. El mayor se acercó, Bristol bajó a Haku para que padre e hijo quedaran frente a frente, el silencio y las feromonas de alfa era lo único que había, Hajime levantó su mano y la estrelló en la mejilla del pelinegro.
—P-Padre, yo...
Las feromonas del menor comenzaron a salir, olían a miedo, varios alfas querían ir corriendo a ayudar al joven omega pero su parte sensata los obligaba a mantenerse al margen.
—¡Cállate, carajo! Eres simplemente una maldita ramera inútil, te vas a largar de aquí e irás a hacer el trabajo, tienes un mes, si no lo cumples te venderé como el puto omega que eres.
Gritó el líder de la familia con furia, viendo a su hijo con cara de desagrado.
—Si, P-Padre.
Respondió Haku sin poder moverse a causa de las fuertes feromonas de su padre.
—¡Largo!
Como pudo, el menor salió de aquel lugar, yendo a cumplir el trabajo que lo llevará a la perdición o lo salvará.
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Saki
Fantasy-¡Suéltame! ¡Lo voy a perder! ¡Por favor! Abundantes lágrimas escurren por sus mejillas, lo estaba perdiendo, no dejaría que lo abandonara, con movimientos agresivos intentaba soltarse de los brazos ajenos y estos cada vez ejercen más fuerza, hacién...