Tessa Parnell fue sentenciada a muerte a los dieciséis años de edad.
Condenada a estar en aislamiento hasta cumplir los dieciocho por un crimen que jamás cometió, Tessa pondrá a prueba todo lo que sabe y lo que ha vivido cuando, en vez de ser expuls...
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𝟏𝟖. 𝐖𝐀𝐑𝐍𝐈𝐍𝐆𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐓𝐑𝐀𝐏𝐒.
⠀⠀—Son de jabalí —indicó Finn, examinando un par de huellas, inclinado muy cerca del fango.
Habíamos caminado el tiempo suficiente como para que el miedo en mi pecho se convirtiera en una terrible asfixia. Una que había aprendido a camuflar perfectamente. Mi mente me pedía a gritos que sujetara entre mis manos el rifle que descansaba sobre mi espalda y no la lanza, que sin importar qué tan rápida era, no me daría tiempo de tomar el arma si algún Terrestre nos atacaba.
Nos habíamos separado del resto del grupo lo suficiente como para cubrir un terreno más grande, atentos a cualquier señal de peligro o de posible comida, pero después de largos minutos de caminar, no habíamos visto ni oído nada en lo absoluto.
La calma resultaba inquietante.
—Se ven muy...
—Perfectas —completó Finn, frunciendo el entrecejo mientras me echaba una mirada por el rabillo del ojo.
—¿Qué significa eso? —Inquirió Myles, un chico que había pedido unirse a nosotros antes de abandonar el campamento. Lucía nervioso, pero intentaba taparlo con cortas sonrisas.
Clarke se arrodilló a mi lado, apareciendo después de haber revisado el perímetro. Sus ojos saltaron de Finn hacia mí.
—Que ellos también salieron a cazar —dije.
Myles se puso de pie, sujetaba el rifle con un débil temblequeo que me fue difícil pasar por alto. Una nueva sonrisa ansiosa apareció en sus labios.
—No veo nada.
Una ráfaga de viento frío me golpeó la mejilla cuando algo pasó a mi lado a toda velocidad. De la garganta de Myles se escapó un grito desgarrador que inundó el bosque cuando una flecha se clavó en su pierna. Clarke gateó hacia él con la intención de ayudarlo, pero antes de que pudiera hacer algo, otra flecha apareció de la nada e impactó en su pecho.
Miré hacia la densidad del bosque, paralizada y conteniendo la respiración. Temía que pudieran escuchar hasta los latidos de mi corazón.
—Tenemos que dejarlo. Tessa, Clarke, vámonos —susurró Finn tan bajo como pudo, estirando uno de sus brazos para que lo cogiéramos.
Sentí una presión en el pecho cuando me puse de pie y corrí. No quería dejarlo pero tampoco podía ayudarlo si no era capaz de divisar a mis enemigos. Ahogué un grito cuando un Terrestre salió detrás de un árbol y le asestó un golpe a Clarke en la cabeza, dejándola inconsciente.
